miércoles, 30 de mayo de 2012

Río + 20 y el camino de los pueblos

Entre el 15 y 23 de junio confluyen en Río de Janeiro concepciones de vida, intereses económicos y diversos propósitos políticos que concreta un momento de definiciones sobre los paradigmas y las lógicas dominantes que han de regir el futuro de la humanidad.
 
Río+20, sin embargo, aparece en 2012 en un escenario altamente contestatario, con movimientos sociales en el mundo que rechazan las exigencias arregladas por las corporaciones transnacionales del poder global. Estos movimientos han puesto al descubierto que en los dos últimos años las emisiones de dióxido de carbono alcanzaron su mayor nivel histórico y que las reuniones de Copenhague (2009), Cancún (2010), Nagoya (2010) y Durban (2011), fueron solo escenarios en que los países causantes del calentamiento rehusaron asumir sus responsabilidades y se dedicaron a promover soluciones falsas como la “economía verde” y “gobernanza ambiental”, lo que pone de manifiesto que las potencias hegemónicas no están dispuestas a cambiar su matriz energética que genera las emisiones atmosféricas y que inciden en el calentamiento global.
 
Los movimientos sociales del mundo han lanzado una amplía convocatoria de la movilización mundial que emana de la Asamblea de los Movimientos Sociales del Foro de Porto Alegre. A ella, se ha sumado una treintena de organizaciones sociales del Perú que han decidido tomar las calles –como el resto del mundo – este 5 de junio para expresar la Defensa de la Vida y la Madre de Tierra contra la Mercantilización de la Naturaleza. En la convocatoria, las distintas organizaciones peruanas, señalan lo siguiente: “A 40 años de declararse el Día Mundial del Planeta, a 3 años de la matanza de Bagua, este 5 de junio, a las seis de la tarde, en la Plaza Francia de Lima, saldrán a las calles para cuestionar el régimen de producción y consumo incontrolados y de búsqueda de ganancia sin límites, que separa y opone al ser humano de la naturaleza, convirtiendo todo en mercancía: el agua, la tierra, el genoma humano, las culturas ancestrales, la biodiversidad, la justicia, la ética, los derechos de los pueblos, la muerte y la vida misma”.
 
En este contexto, mientras el mundo habla del calentamiento global y de cuidar a la Madre Tierra, la empresa Yanacocha ubicada en Cajamarca, pretende ejecutar el controvertido proyecto minero Conga, uno de los más grandes del país que busca extraer oro a pesar de que dicha actividad demanda la desaparición de fuentes naturales de agua dulce y su sustitución por represas y diques artificiales para proveer de agua a las poblaciones aledañas. A este conflicto se suma la población de Espinar del Cusco cuestiona la minera Xtranta Tintaya por los daños que causa al medio ambiente. Ante este escenario, una gran mayoría de peruanos sostiene que no habrá respecto al medio ambiente si no se logra cambiar el modelo económico neoliberal y esto podrá ser alcanzado, si es que la sociedad peruana comienza a ver la lucha por el respecto a nuestros recursos naturales como una demanda legítima y necesaria, peruana y global.
 
Todo esto me recuerda a los alcances de la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, realizada el 22 de abril, en Cochabamba cuando dijo: “Hoy, nuestra Madre Tierra está herida y el futuro de la humanidad está en peligro. De incrementarse el calentamiento global en más de 2º C, (…) existe el 50% de probabilidades de que los daños provocados a nuestra Madre Tierra sean totalmente irreversibles. (…). Entre un 20% y un 30% de las especies estaría en peligro de desaparecer. Grandes extensiones de bosques serían afectadas, las sequías e inundaciones afectarían diferentes regiones del planeta, se extenderían los desiertos y se agravaría el derretimiento de los polos y los glaciares en los Andes y los Himalayas”.
 
Los movimientos sociales del mundo se indignan, aprenden y acumulan experiencias, una de ellas, es la importancia de articular las expresiones de lucha globales con las locales frente a la crisis del sistema. Río+20 es un buen momento para rearticular el movimiento global y constituirse en bloque popular con alternativas capaces de oponerse a la mercantilización de la naturaleza. Ya que a dos décadas de ocurrida la Conferencia de las Naciones Unidas, conocida comúnmente como "Cumbre para la Tierra", efectuada en Río de Janeiro, en 1992, la Madre Tierra transcurre aún bajo el gobierno de tratados internacionales que inflingen la vida a la naturaleza. Por eso Río+20 será una gran movilización global contra el sistema capitalismo en defensa de la Madre Tierra.
 
Lima, 27 de mayo de 2010.
9:40 p.m.
 
Linda Lema Tucker
Socióloga y escritora peruana 
Alainet

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