sábado, 31 de diciembre de 2011

Buen 2012 a tod@s. La llama está encendida sólo hay que seguirla



Buen 2012!!

La llama está encendida sólo hay que seguirla 
Salud, fuerza moral, acción ciudadana y una sonrisa.
Un fraternal abrazo
Attac Murcia

Manual de desobediencia a la Ley Sinde


Manual de desobediencia a la Ley Sinde 
Hacktivistas.net
Colección:Traficantes de Sueños y Diagonal



Este Manual tiene el objetivo de demostrar la ineficacia radical de la Ley Sinde desde un punto de vista práctico. Los usuarios y webmasters encontrarán los métodos más útiles para sortear las barreras de la censura gubernamental. La llamada Ley Sinde ha despertado la oposición de diversos colectivos de ciudadanos tanto por la forma en la que se promovió, al margen de la ciudadanía; como por el hecho de que no responde a los objetivos que dice promover, la supuesta protección de creadores; como por las presiones externas de las industrias que en definitiva han acabado por imponerla. La oposición a la nueva legislación ha sido tan contundente y masiva que podemos decir sin tapujos que esta Ley no es representativa de la voluntad general ni está dirigida al bien común. Este Manual de desobediencia a la Ley Sinde tiene el objetivo de demostrar la ineficacia radical de la Ley Sinde desde un punto de vista práctico. Los usuarios y webmasters encontrarán los métodos más útiles para sortear las barreras de la censura gubernamental. Hacktivistas.net ha creado este Manual para que la primera web que sea cerrada, se convierta en la más popular de la blogosfera. Para que sus contenidos, lejos de desaparecer, inunden la red. Porque mientras ellos crean comisiones de censura, nosotras y nosotros «rippeamos», subtitulamos, traducimos y compartimos. Es un acto natural que crece de nuestras acciones colectivas.

"Porque la cultura quiere ser libre y lo será."

Entrevista a Hacktivistas.net 

Fuentes:  

http://www.diagonalperiodico.net/Manual-Desobediencia-Ley-Sinde.html

http://traficantes.net/index.php/editorial/catalogo/otras/Manual-de-desobediencia-a-la-Ley-Sinde



martes, 27 de diciembre de 2011

La representación ha fracasado

En una entrevista concedida al periódico francés Le Monde el pasado 13 de diciembre, Nicolas Sarkozy aseguraba que el acuerdo de Bruselas adoptado el día 9 para la redacción de un nuevo tratado europeo intergubernamental crea las condiciones para salir de la crisis, y que la ratificación de dicho tratado se hará de forma mucho más ágil que en ocasiones precedentes: “Queremos que todo esté listo para el verano de 2012”, afirmaba el presidente francés con la naturalidad de quien se sabe legitimado por el discurso dominante de la inmediatez. El tipo de discurso que también justificaba, unas semanas antes, un violento editorial del mismo periódico galo contra la intención de Yorgos Papandreu de someter a referéndum el plan de ajuste europeo para Grecia: “¿Podemos imaginar un pueblo que aceptaría, unánime, una purga tan violenta?”, se preguntaba entonces Le Monde. Un discurso en el que se apoyaba así mismo otro periódico supuestamente progresista, El País, para denunciar que “el daño que esta iniciativa puede infligir a la UE, al futuro de Grecia y a la imagen de sus dirigentes resulta incalculable”. De igual manera, tras las elecciones generales del 20-N en España, se ha asumido la idea según la cual el nuevo Gobierno deberá trabajar apremiado por la urgencia de los mercados.

Este discurso de la inmediatez se caracteriza por la abundancia de palabras contradictorias con la construcción de un proyecto político. La purga, la crisis, la urgencia, la recesión, los mercados, la deuda, el gasto… Todas estas palabras impiden proyectarse en un futuro más allá de las decisiones tomadas por quienes las enuncian mientras que la particularidad del discurso político debería residir, si seguimos al filósofo francés Paul Ricoeur, en su capacidad para ofrecer una escapatoria a la inseguridad del presente mediante un lenguaje (diferente del religioso, el nacionalista o el ideológico) en el que pueda intervenir el futuro como lugar utópico. Por eso, los discursos que afloran cuando la política se muestra incapaz de deshacerse del presente de la deuda y de los mercados son precisamente el religioso, el identitario y el ideológico.

A esta dictadura de la inmediatez, que muy bien podríamos llamar presentismo, le ha dedicado un libro (Ejército enemigo) el escritor español Alberto Olmos: “La solidaridad ha fracasado”, afirma el protagonista de la novela (una frase que ya empieza a ser algo así como un trending topic de la cultura crítica española) antes de puntualizar: “Habéis creado un mundo sin culpables”. ¿Acaso no es exactamente esto lo que está ocurriendo en nuestro contexto social y político contemporáneo en el que ya nadie es culpable de nada porque todos somos responsables de todo? Del agua que malgastamos, del petróleo que consumimos, de los préstamos que contraemos, de los plásticos que no reciclamos o del dinero que no donamos y, de este modo, si dejamos de malgastar y de consumir, si reciclamos y nos solidarizamos podemos presentarnos libres de culpa ante el espejo. En efecto, el fracaso de la solidaridad es su propio éxito: deja de ayudar y nadie ayudará por ti.

El acto político de la solidaridad se ha convertido así en una acción moral y por eso Alberto Olmos, un escritor profundamente provocador, reproduce el esquema católico del pecado, la culpa y la penitencia, y su narrador se pasa las 279 páginas de la novela confesando sus propios vicios y sus propias pasiones a modo de castigo. Porque, cuando la solidaridad ha fracasado como institución política, lo que emerge de nuevo es la confesión, el pecado y, paradójicamente, la culpa: el descubrimiento del individualismo.

De este modo, así como la solidaridad se ha convertido en el discurso propio de la moral individualista, la urgencia lo ha hecho en el de la ética política. La única responsabilidad que realmente debería construirnos colectivamente, la elección de nuestros representantes, desaparece en pos de los mercados (Grecia o Italia) o de la incompetencia (supuesta o real) de los partidos de Gobierno (España), y la alternancia política actual (ya sea de la izquierda a la derecha o viceversa) no es democrática, sino comercial, porque no se basa en la contienda política de la representación, sino en la sumisión al presente del valor de la deuda. Y así, como todos estamos sujetos a culpa (porque es lo propio de un mundo sin culpables) aceptamos sin rechistar (o con silenciosos gritos de indignación) el castigo de los mercados y nos pasamos nuestra existencia (como el protagonista de la novela de Olmos) saciando deseos impuros que no harán sino reforzar nuestra culpa y justificar nuestra penitencia: el rigor presupuestario.

Es sorprendente que los líderes políticos, en vez de denunciar una situación que transforma su legitimidad de representantes democráticos en sumisión a los resultados de su gestión se amparen en ella con fines retóricos para obtener efímeras victorias electorales. Aunque quizás haya que recordar este espíritu del capitalismo del que habló Max Weber para explicar el triunfo de un sistema que articulaba moral religiosa y éxito empresarial gracias a la ética de la austeridad de la religión protestante. Si es así, la herencia cristiana que tanto dio que hablar cuando se discutió la posibilidad de una constitución para Europa se habrá convertido, al fin, en el auténtico discurso europeo y si es así, el capitalismo entendido como valorización política y moral del tiempo presente habrá triunfado: la representación ha fracasado.

Toni Ramoneda
Doctor en Ciencias de la Comunicación
Público

lunes, 26 de diciembre de 2011

De recortes, ajustes y derechos: La ciudadanía despojada

Cuando a la población se le niega la vida y el diálogo en la plaza, es capaz de tomar la plaza. Pasa entonces de ser población a ser pueblo. Pasa de ser súbdito del mercado a vecino preocupado por reivindicar calidad en su estatus de ciudadanía.

1.Haciendo memoria:
Era septiembre de 2008, concretamente el día 25, cuando   en la ciudad de Toulon, el Presidente de la República Francesa Nicolás Sarkozy, en un discurso sobre la situación financiera internacional  proponía refundar el capitalismo sobre bases éticas porque, de acuerdo con sus propias palabras: “La idea de la omnipotencia del mercado que no debía ser alterado por ninguna regla es descabellada” porque “se ha financiado al especulador y no al emprendedor” y porque “no se han controlado los fondos especulativos”. “El miedo”, afirmaba en este discurso, “es sufrimiento, evita implicarse y emprender. Cuando se tiene miedo no se tienen sueños. Cuando se tiene miedo, uno no piensa en el futuro. Hay que vencer ese miedo” remataba.

Tres años después, el 26 de septiembre de 2011, coincidiendo con una reunión que los gobiernos de la eurozona celebraban para aumentar el fondo de rescate , Alessio Rastani, un bróker de la bolsa de Londres entrevistado en la BBC escandaliza por la  claridad de sus declaraciones al predecir  que en un año millones de personas perderán sus ahorros. De acuerdo con este especulador los mercados están dirigidos por el miedo y quien gobierna el mundo no son los gobiernos de los países sino Goldman Sachs”, un potentísimo fondo de inversión que tuvo entre sus empleados al actual presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi y entre sus asesores al designado nuevo primer ministro de Italia Mario Monti.

En un interesante ejercicio de funambulismo, el capital especulativo se ha reivindicado con fuerza: ha logrado que se cambie el discurso y se traslade la “carga de la prueba” de la crisis a otro actor y está  imponiendo sus dictados a los gobiernos europeos. Dictados que, con el respaldo  del Fondo Monetario Internacional pasan por hacer de los Estados, espacios vírgenes para el libre flujo del capital a fin de que  la “descabellada idea” –según Sarkozy-de que el mercado no sea alterado por ninguna regla sea la norma.

Para ello se han definido tres “enemigos” a erradicar: El Sector Público y más concretamente la inversión pública dirigida al sostenimiento del Estado del Bienestar sería el primero. Las rigideces en el mercado laboral serían  el segundo enemigo y el sistema impositivo fiscal de carácter progresivo sería el tercero.

Tal y como sucedía en el primer liberalismo El estado ha vuelto a ser el enemigo natural del mercado y es necesario “jibarizarlo[1]”. Para ello, y con la excusa de reducir  el déficit , se controla  el gasto público a través de la imposición de un límite al mismo y se promueven las desinversiones, externalizaciones o privatizaciones de los recursos existentes al tiempo que se hacen más flexibles  los mercados de trabajo y se permite la entrada de fondos de inversión privados en los sistemas de pensiones públicas. La receta para ello son las políticas de ajuste que se venden como mal necesario, como mal menor o como “sudores que evitarán las lágrimas del mañana”. En cuanto al sistema impositivo, el discurso imperante es que no se subirán impuestos, si bien y en honor a la verdad, hay que decir que se refiere a los impuestos que suponen progresividad (fundamentalmente renta, patrimonio y sucesiones) y no tanto a los impuestos indirectos que se aplican a todos por igual (carburantes, alcohol, tabaco o IVA)

2.Los ajustados, asustados
Lo que ciertamente se ha extendido entre la población es la sensación de incertidumbre. Como bien afirman Miguel Laparra y Begoña Pérez Eransus  refiriéndose al caso español: <> (Laparra y Perez Eransus 2010:464).

El miedo se encuentra muy presente hoy en la sociedad española. Razones no faltan: el riesgo de quedar en situación de desempleo, de no poder hacer frente a la hipoteca y ser desahuciado colocan a muchos españoles y españolas en condiciones de aceptar recortes en sus derechos con tal de permanecer entre los “integrados”, aunque sea de una manera cada vez más precaria. Otros, cada vez más, se plantean emprender un proyecto migratorio: En los años 2009 y 2010, el Padrón de Españoles residentes en el exterior (PERE) se había incrementado en más de 230.000 personas.[2]

Si la situación de los ciudadanos con empleo es de creciente incertidumbre, ésta no desaparece cuando la persona pierde su trabajo y va comprobando con estupor que la red pública de protección social ha disminuido y algunos o todos sus servicios son gestionados por otros operadores y/o  con otros criterios no tan orientados a la garantía de un servicio público eficaz. Cuando al ciudadano se le responde que no hay dinero para prestaciones encaminadas a sarisfacer sus situaciones de necesidad , cuando  descubre que  la asociación que otrora le proporcionaba acogida y defensa de sus derechos  ha cerrado el servicio, cuando demanda asistencia sanitaria ambulatoria y no se la proporcionan porque tiene su tarjeta bloqueada… En estos casos la sensación de desamparo es total. Con todo, eso no es todavía lo más grave, sino la generación de un discurso centrado en  el emprendimiento y la actitud activa hacia la productividad del desempleado basado en la idea de que la única vía de integración social es el empleo- sea cual sea la calidad de éste- y quedando los mecanismos de protección social para los casos “realmente urgentes”. En este escenario, si la persona no hace lo imposible por encontrar trabajo y se “cronifica” en el desempleo, corre el riesgo de ser estigmatizado por “perezoso” o por “aprovecharse de los servicios públicos”. McLaughlin (2011)  ha señalado agudamente la contradicción de un modelo que en lo laboral está cada vez más desregulado y que sin embargo pone cada vez más obstáculos  y controles para que el ciudadano pueda ser beneficiario de prestaciones sociales.

3.El despojo de la ciudadanía
La incertidumbre y el miedo ante el futuro, la profusión de mensajes que presentan los ajustes como absolutamente necesarios, las declaraciones de responsables políticos  en las que se afirma que dan por descontadas las manifestaciones de disgusto y censura que se producen en las calles, y por último la hipervisibilización policial en todas las manifestaciones y concentraciones callejeras  que desincentivan salir a la calle ante el temor de parecer un “antisocial”, provoca  que buena parte de los ciudadanos asuman con resignación y parálisis los recortes en sus derechos. Con ello están aceptando perder calidad en su condición de ciudadanos.

La ciudadanía y por extensión la calidad democrática está siendo la principal damnificada de estas políticas de ajuste. No cabe duda que decisiones como la de reformar el artículo 135 de la Constitución Española por la “vía rápida” obviando la posibilidad de su ratificación por referéndum en un momento en el que las elecciones generales convocadas para el 20 de Noviembre hacían viable una “tercera urna” hurtó la posibilidad de participación de los ciudadanos en un asunto que les afectaba muy directamente. Episodios como el amago de referéndum por parte del ex primer ministro griego Papandreu a principios de noviembre de 2011 (referéndum que nunca llegó a producirse) y la sustitución de éste por Lukas Papademos. Y en Italia, la sustitución de Silvio Berlusconi por Mario Monti, ambas sin que mediaran procesos electorales, hablan por sí mismos del miedo que tienen los gobiernos a la voz de los ciudadanos.

Pero no es sólo la ciudadanía política, sino la ciudadanía social la que se halla en riesgo. Este concepto, acuñado por Marshall supone que la ciudadanía tiene- a modo de taburete- tres patas. En una se encuentran los derechos civiles, en otra los derechos políticos. Pero para que el taburete se sostenga y se compense es necesario un grado de disfrute de derechos sociales y económicos garantizados por el Estado, de modo que se asegure la inclusión y participación plena de los miembros más pobres de la sociedad.

En el momento en que los recortes se ceban en aquellas estructuras que dan soporte y posibilidad a los derechos sociales y económicos, y desde el momento en que el Estado se inhibe de la garantía de los mismos, la ciudadanía se encuentra en peligro.

A mayor abundamiento, el desmantelamiento de las entidades del tercer sector social no lucrativo, altamente dependiente de financiación pública, está debilitando la voz de un actor importantísimo en el espacio comunitario. “Cuts kill communities” (los recortes matan a las comunidades) reza un eslogan que se corea en las protestas inglesas. Se pierde así la capacidad de interlocución y de denuncia.“Qué ha de ser de la vida si el que canta, no levanta la voz en las tribunas por el que sufre. Por el que no hay ninguna razón que le condene a andar sin manta[3]”  Guarany (1.961)

Si callan los actores sociales, si se calla el tejido comunitario, desaparece la vida y el diálogo en las plazas que son, de acuerdo con Walzer, los requisitos para la calidad democrática (Walzer 1983)

4.Y Sin embargo existe el Derecho:
El Legislador español constitucionalizó  el respeto a los Derechos Humanos en el mismo Preámbulo de la Carta Magna, al afirmar  que la Nación Española proclamaba su voluntad de proteger a todos los españoles en el ejercicio de los Derechos Humanos. También en el texto articulado aparecen referencias a esta protección. Así , en el artículo 53.3 se afirma, refiriéndose específicamente a los Derechos Económicos, Sociales y Culturales que el reconocimiento, el respeto y la protección de los mismos informarán la legislación positiva, la práctica judicial y el funcionamiento de los poderes públicos.

En el ámbito de la Unión Europea, el artículo 3.1 del Tratado de la Unión establece como finalidad de la Unión promover el bienestar de sus pueblos, y en los párrafos segundo y tercero del artículo 3.2 se alude expresamente a la voluntad de combatir la exclusión social, fomentar la justicia y la protección social y el fomento de la cohesión económica y social. Por su parte en el artículo 6.1se establece expresamente que << La Unión reconoce los Derechos, libertades y principios enunciados en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea de 7 de diciembre de 2000 tal y como fue adoptada el 12 de diciembre de 2007 en Estrasburgo, la cual tendrá el mismo valor jurídico que los Tratados>> Es muy importante resaltar que en la misma Carta, que ya forma parte de los tratados constitutivos de la Unón deja claro que sus disposiciones implicarán tanto a las instituciones comunitarias como a los estados miembros (art.51a 53)

De lo anteriormente afirmado pareciera desprenderse la existencia de una voluntad encaminada a  dotar con perspectiva de Derechos Humanos tanto la inspiración como el funcionamiento de las instituciones  españolas y de la Unión Europea. Sin embargo esta perspectiva no se encuentra presente en las políticas de ajuste estructural que se definen tanto desde el eje Berlín-Paris- Frankfurt como desde los distintos gobiernos de la UE ni mucho menos en la puesta en práctica de estas políticas.

En este punto se hace necesario enfatizar que los Derechos Económicos, Sociales y Culturales son Derechos Humanos, no meros principios, y tienen la misma categoría que los derechos Civiles y Políticos. Así lo establece la Declaración y el Programa de Acción de Viena, aprobado en 1.993 en el marco de la Conferencia Mundial de Derechos Humanos  en la que literalmente se afirma:
<<Todos los derechos humanos son universales, indivisibles e interdependientes y están relacionados entre sí. La comunidad internacional debe tratar los derechos humanos en forma global y de manera justa y equitativa, en pie de igualdad y dándoles a todos el mismo peso (artículo 5)>>

La ratificación por parte de España del Pacto Internacional de los Derechos Económicos Sociales y Culturales de las Naciones Unidas así como de  de su protocolo facultativo, le obligan  a promoverlos, evitar que se deterioren y proteger contra las violaciones que se produzcan en los mismos hasta el máximo de sus recursos disponibles. Además, y de acuerdo con la Observación General número 3 del Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales de las Naciones Unidas, la alegación de situaciones de recortes o ajustes o insuficiencia de recursos no son motivo suficiente para vulnerar derechos:
<< El Comité desea poner de relieve, empero, que, aunque se demuestre que los recursos disponibles son insuficientes, sigue en pie la obligación de que el Estado Parte se empeñe en asegurar el disfrute más amplio posible de los derechos pertinentes dadas las circunstancias reinantes.  Más aún, de ninguna manera se eliminan, como resultado de las limitaciones de recursos, las obligaciones de vigilar la medida de la realización, o más especialmente de la no realización, de los derechos económicos, sociales y culturales y de elaborar estrategias y programas para su promoción.>> ( Observación General del Comité de DESC nº3. Punto 11)
<<De manera análoga, el Comité subraya el hecho de que, aun en tiempos de limitaciones graves de recursos, causadas sea por el proceso de ajuste, de recesión económica o por otros factores, se puede y se debe en realidad proteger a los miembros vulnerables de la sociedad mediante la adopción de programas de relativo bajo costo.>> (Observación General del Comité DESC nº3. Punto 12)
Por tanto, de acuerdo con la doctrina de Derechos Humanos de Naciones Unidas resulta no sólo ilícito sino presuntamente ilegal y antijurídico recortar derechos sociales como consecuencia de la crisis tal y como ha señalado la experta independiente de las Naciones Unidas sobre la extrema pobreza Magdalena Sepúlveda Carmona en su informe distribuido el pasado 17 de marzo ante la 17ª sesión del Consejo de Derechos Humanos celebrada en Ginebra:
<< Existe una fuerte presunción de que las medidas deliberadamente regresivas que afectan el nivel de disfrute de los derechos económicos, sociales y culturales son una violación de las normas de derechos humanos. Entre los ejemplos de las medidas regresivas podrían figurar la adopción de una política o ley que tenga un efecto negativo directo o colateral en el disfrute de los derechos por las personas, o las reducciones injustificadas de los gastos dedicados a ofrecer servicios públicos que son esenciales para la realización de los derechos económicos, sociales y culturales, tales como los que garantizan la atención básica de la salud, aseguran el acceso a la enseñanza primaria u ofrecen asistencia para alimentación y vivienda>>

5.Y sin embargo existe la ciudadanía ( a modo de conclusión)
La presente crisis económica y las políticas de recorte han empezado a poner en riesgo en los países “desarrollados” el disfrute de una serie de derechos que se consideraban intocables  para buena parte de sus ciudadanos. Sin embargo conviene, una vez más, no caer en interpretaciones etnocéntricas: Estos derechos vulnerados y el estado del bienestar cuyo desmantelamiento se denuncia en las calles de Europa, Estados Unidos y Australia  lleva décadas siendo transgredida en los llamados “países en desarrollo”. En buena parte de los cuales se tiene una conciencia muy reciente  de lo que han supuesto para el bienestar de sus pueblos los programas de ajuste del Fondo Monetario Internacional. Las recetas son mutatis mutandis las mismas que se pretenden implementar –con una clamorosa falta de creatividad-en Europa.  Conviene asimismo tener presente que no existe ningún país del mundo en el que las políticas de recorte social hayan redundado en una mayor calidad de vida de sus ciudadanos después de su aplicación sino todo lo contrario.
Es preciso, en estos momentos especialmente, prestar atención y hacer memoria de procesos, situaciones y actitudes de las que se pueden extraer enseñanzas valiosas: Proponemos algunas sin que su enumeración sea exhaustiva.

Aprender a escarmentar “en cabeza ajena”
Algunos estados latinoamericanos fuertemente castigados por la deuda externa y las políticas de ajuste del FMI  han constatado que únicamente reforzando el papel del Estado, implementando políticas públicas de protección, promoviendo estructuras supranacionales de unión política y económica con fuerte contenido social han conseguido poner límite a las exigencias de los mercados. En Europa, los sistemas de Bienestar Social no están desmantelados, todavía existe una fuerte presencia del sector público  y una conciencia muy asentada de la importancia del Estado del Bienestar. Es preciso tener muy presentes las consecuencias que las políticas de ajuste han tenido en otros países para no permitir que esto suceda en la Unión. Es necesario también ser conscientes de lo difícil que resulta volver a ganar terreno al mercado desde el Estado una vez que el armazón de “lo público” se ha desmantelado.

Saber que “se tiene derecho”.
Existe un acervo de derechos protector de la dignidad humana que empodera a los ciudadanos y confiere de razón no ya moral, sino jurídica  a  los posicionamientos ante  violaciones y amenazas a los derechos humanos. Ese mismo acervo sitúa en los estados la obligatoriedad de crear un marco de respeto, promoción y defensa de los mismos. Existen mecanismos supranacionales- todavía insuficientes- de denuncia, e instancias ante las que se puede acudir. La conciencia en los derechos resulta esencial para empoderarse desde ellos y así mostrarse activo en su defensa.

Vencer el miedo.
En el Preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos se alude a la Humanidad liberada del temor y la miseria como destinataria de un mundo en libertad e igualdad. Sin embargo el miedo se ha erigido en protagonista de las acciones y decisiones cotidianas. Ello es explicable desde la clave de que el miedo del ciudadano es el ingrediente principal que da sentido al modelo imperante porque paraliza y disciplina a la población ante el despojo de sus derechos de ciudadanía, porque  encierra al individuo en sí mismo y le hace competitivo y desconfiado. Porque le anima a buscar chivos expiatorios de sus males en el “otro”, que a menudo es el “excluído”, “el extranjero” o simplemente el presunto perezoso que no trabaja y“se aprovecha de los impuestos de todos sin hacer lo posible por ser suficientemente productivo”. Es necesario romper el circulo vicioso: miedo-individualismo-desconfianza hacia el otro-  consumo-protección, por el circulo virtuoso: cercanía-vecindad- comunidad- derechos-ciudadanía.

Recuperar la vida y el diálogo en la plaza. Recuperar el espacio público
Cuando a la población se le niega la vida y el diálogo en la plaza, es capaz de tomar la plaza. Pasa entonces de ser población a ser pueblo. Pasa de ser súbdito del mercado a vecino preocupado por reivindicar calidad en su estatus de  ciudadanía. Movimientos como el “15” M o, más centrados en el ámbito de los inmigrantes, el “ferrocarril clandestino” han demostrado que desde las relaciones cercanas de solidaridad se puede reivindicar pacíficamente que “otra democracia es posible”, que es posible posicionarse de otra manera ante los desahucios, las redadas policiales o la situación en los centros de internamiento de extranjeros. La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos afirmaba en su mensaje con ocasión del Día Internacional de los Derechos Humanos que 2011 ha sido un año extraordinario para los Derechos Humanos porque  : << Varios millones de personas   han decidido que ha llegado la hora de reclamar sus derechos.  Tomaron las calles y plazas y exigieron un cambio>>…<< El mundo se ha transfigurado y transformado gracias al ejemplo de estos hombres, mujeres y niños comunes y corrientes pero comprometidos de Túnez, Egipto y otras partes del norte de África y el Oriente Medio. Su activismo pacífico se ha propagado en otras formas y maneras: a Madrid, Nueva York, Londres y  otras ciudades y pueblos de todo el planeta.  Su coraje frente a la violencia y la represión ha hecho que personas de todo el mundo que toman estos derechos por dados se solidaricen con la causa de los derechos humanos de todos>>.

Existen razones para no perder la esperanza. El mercado y las políticas de ajuste no tienen, ni la última, ni la única palabra en cuestiones de ciudadanía.

BITS (Boletín Informativo de Trabajo Social nº16) www.uclm.es/bits
BIBLIOGRAFÍA:
BAUMAN ,Z (2006) Confianza y temor en la ciudad. Vivir con extranjeros.Arcadia Barcelona.
GUARANY,H (1.974) Si se calla el cantor. Folklore argentine. Buenos Aires
JACOBS,J. (2004)  Dark Age ahead. Random House. New York.
KRAUSE,C, and SCHEININ,M. (Eds) (2009) International Protection of Human Rights. A textbook. Abo Acadmi Institute for Human Rights.
LAPARRA, M. y PEREZ ERANSUS, B . Eds (2010) El primer impacto de la crisis en la cohesion social de España. Colección estudios FOESSA nº32. Madrid.
Mc LAUGHLIN, H. (2011) Welfare cuts and their impact in the vulnerable groups in the United Kingdom. (No publicado)
NACIONES UNIDAS (1.966) Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Nueva York-  Ginebra.
NACIONES UNIDAS-Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales. (1.990) Observación General nº3. Nueva York- Ginebra
NACIONES UNIDAS (1.993) Declaración del Programa de Acción de Viena. Aprobada en la Conferencia Mundial de Derechos Humanos aprobada en Viena el 25 de junio.
NACIONES UNIDAS (2.008) Protocolo Facultativo al Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales . Nueva York- Ginebra.
NACIONES UNIDAS (2011) – Consejo de Derechos Humanos. Sesión nº17. Informe de la Experta Independiente encargada de la cuestión de los Derechos Humanos y la extrema Pobreza. Nueva York- Ginebra
PiSARELLO, G (2009). La justiciabilidad de los derechos sociales: realidad y desafíos. en Sociedad y Utopía. Revista de Ciencias Sociales nº34. Número dedicado a Derechos Económicos, Sociales y Culturales Facultad de Ciencias Políticas y Sociología León XIII Universidad Pontificia de Salamanca.(pp 139-163)
TAIBO, C (2011) Nada será como antes.Sobre el movimiento 15-M. Los Libros de la Catarata. Madrid
UNION EUROPEA (2010) Versión Consolidada del Tratado Constitutivo de la Unión Europea. DOUE c83 de 20 de marzo de 2010 , Bruselas
WALZER,M  (1983) Spheres of Justice. Blackwell. London

[1] La expresión “jibarizar” se emplea metafóricamente en el sentido de “reducir el tamaño” en alusión a los jíbaros, comunidad indígena de la selva amazónica que eran famosos por reducir las cabezas de sus enemigos.
[2] INE. Padrón de Españoles residentes en el exterior. www. ine.es (consultado el  4 de diciembre de 2011)
[3] Horacio Guarany creó en 1.961 esta canción que fue popularizada por la cantautora argentina Mercedes Sosa.

Emilio José Gómez Ciriano. Comité de apoyo de Attac-España
Universidad de Castilla-La Mancha


sábado, 24 de diciembre de 2011

Jornadas de Circo. Clown, malabares y actividades acrobáticas. 27-29 diciembre. Murcia


Jornadas de Circo. 
Clown, malabares y actividades acrobáticas

Centro Autogestionado de Artes Escénicas "La Chimenea", en Murcia.
Centro de Estudios 15-M
27 a 29 de diciembre

Lugar: c/ Chimeneas nº 13, El Churra, Murcia.
Teléfonos de contacto: 619690872 / 630571979
Correo-e: lachimenea13@gmail.com / centrodeestudios15m@gmail.com

El Centro de Estudios 15M en colaboración con el nuevo Centro Autogestionado de Artes Escénicas "La Chimenea" ofrecerá tres días de talleres relacionados con el aprendizaje y la historia del mundo del circo.
Son gratuitos y coordinados por profesores con amplia experiencia en la materia. 
 
CALENDARIO DE ACTIVIDADES


1) TALLER DE CLOWN
27 y 28 de diciembre. 11:00-14:00 hs.

Un curso de iniciación para aquellos que quieran introducirse en el mundo del clown y dar sus primeros pasos. Veremos cómo el fracaso nos revela nuestra humanidad y el deseo de crear . El clown es un juego teatral que nos lleva a encontrar la espontaneidad, la liberta de jugar y de ser uno mismo.

2) CURSO DE INICIACIÓN A LOS PORTES ACROBÁTICOS
27, 28 y 29 de diciembre. 16:30 a 18:30 hs.

Trabajaremos la confianza en el grupo, la vertical y la acrobacia de suelo como base de los portes acrobaticos. Hablaremos sobre el trabajo consciente del cuerpo. El taller está especialmente enfocado para aquellos que hallan desarrollado alguna actividad vinculada a la acrobacia.

3) TALLER DE MALABARES:
27, 28 y 29 de diciembre. 19:00 a 21:00 hs.

Es un taller que pretende dar a conocer el mundo de los malabares desde dos de sus vias de investigación: el estudio de movimiento humano y la coordinación de las extremidades y la matemática. El malabarismo posee cualidades numéricas sorprendentes.

Aprenderemos la forma más eficaz de entrenar malabares para la consecución de objetivos a través de los ejercicios educativos específicos para cada tipo de lanzamiento: - Distintos lanzamientos con 3 objetos - Ejercicios educativos para conseguir dominar hasta 4 y 5 objetos - Tiempos y ritmos.
- Conoceremos algunos de los malabares estándar utilizados históricamente.

La Chimenea está situada en El Churra, Murcia, junto a "La Polka" y enfrente del hospital veterinario,  debajo de un cartel grande que se ve desde Juan de Borbón de MRW. 
 

lunes, 19 de diciembre de 2011

¡Con la de casas vacías que hay en la ciudad!

Tras los desalojos del Hotel Madrid y el Espacio Vecinal Montamarta del lunes 5 de diciembre de 2011, nos gustaría hacer una breve reflexión sobre el acuciante problema de la vivienda en España, y sobre cómo estos espacios estaban planteando una alternativa habitacional que casi ninguna Administración Pública está siendo capaz de proporcionar en tiempo y forma. 

El artículo 47 de la Constitución Española reconoce el derecho de todos los españoles a disfrutar de una vivienda digna y adecuada, lo que obliga a todas las Administraciones Públicas, dentro de sus competencias, a promover las condiciones necesarias y a establecer las normas adecuadas para tutelar y hacer efectivo dicho derecho. 

Para ello, entre otras cosas, la Constitución establece el marco para la participación de la comunidad en las plusvalías generadas por el urbanismo, y prohíbe la especulación con el suelo. Es el único veto de este tipo en la carta magna. Sin embargo, como todos sabemos, hoy en día el derecho constitucional a la vivienda es solo teórico, y la situación que se vive en España se aleja completamente de los mandatos constitucionales. Así, si se da un rápido vistazo a los datos de la realidad inmobiliaria y residencial actual, se observará un escenario de lo más dramático. 


Hoy en día en España hay 3,5 millones de viviendas vacías, de un total de 25,5 millones de viviendas, lo que supone una desmesurada proporción de vivienda per cápita dentro del contexto europeo. De hecho, en España hay muchas más viviendas vacías que en alquiler —poco más de 2 millones, de las que solo 128 000 son viviendas de alquiler social[1]—. Además, se gasta menos dinero y se desarrollan peores políticas públicas de vivienda que en el resto de la ue: El 0,9 % de nuestro pib, frente al 2‑2,5 % de los Estados líderes de la ue, que disponen de mecanismos públicos de financiación de las políticas de vivienda, como la banca pública, la deuda pública finalista o la reserva de parte de la masa salarial[2]. De este 0,9 % de pib, solo un 0,3 % se destina al gasto directo, ya que dos terceras partes de nuestro gasto público en vivienda se invierten en la exención de impuestos, al revés de lo que ocurre en el resto de la ue. 

Por otra parte, en España se promueve la Vivienda de Protección Oficial (vpo) en propiedad, a diferencia del resto de la  ue, donde las políticas públicas de vivienda están exclusivamente dirigidas al alquiler y la rehabilitación. De hecho, en las últimas décadas no ha habido en España políticas públicas de vivienda orientadas hacia el fomento de un acceso asequible a una vivienda digna, sino medidas de promoción de la actividad y el empleo en el sector privado inmobiliario. De este modo, se ha regado el país con más de seis millones de nuevas viviendas libres para su venta y tenencia en propiedad, despreciando así el alquiler y la rehabilitación del parque ya existente. 

No obstante, el parque inmobiliario vacío no termina en las viviendas: en España existe actualmente una desorbitante cantidad de hectáreas urbanizadas o comercializadas sin uso alguno. Los promotores y los bancos disponen de suelo para 2,8 millones de nuevas viviendas; la mitad seguramente no se promoverá nunca[3]. Según datos de la  ue, España ha urbanizado en los últimos 15 años un tercio de todo su suelo artificializado en los 12 000 años anteriores[4]. Sin embargo, frente a estas escandalosas cifras de viviendas y suelo —la mayor parte sin uso—, el número de desahucios sigue batiendo récords históricos: en el segundo trimestre de 2011 se tramitaron 16 464, un 21,2 % más que en el mismo período del año anterior, y se calcula que la crisis ya ha puesto en la calle a más de un cuarto de millón de familias[5]



Esta esquizofrénica realidad habitacional (casas sin personas, personas sin casa y ayudas públicas para que las casas vacías sigan vacías) se ve agravada por el hecho de que la clase dirigente no está acometiendo las reformas estructurales necesarias para hacer efectivo el derecho constitucional al que aludíamos. No es que no existan mecanismos, herramientas o ejemplos para tratar de resolver esta situación; es que no existe voluntad política para aplicarlos. 

Por ejemplo, España está a la cola de Europa en las medidas de control público de la vivienda vacía, considerada en la ue una patología urbana, social y medioambiental. Mientras, países como Holanda, el Reino Unido, Alemania, Suecia, Francia o Italia aplican toda serie de medidas que van desde multas y penalizaciones hasta expropiaciones y legalización de la ocupación, pasando por derribos —cuando lo que está vacío es un edificio entero— y los alquileres y ventas forzosas —cuando se han rechazado las ayudas públicas a la rehabilitación y el alquiler[6]. La aplicación de algunas políticas de los vecinos europeos ya supondría por sí sola un notable avance hacia la concepción de la vivienda como bien social y no especulativo, así como hacia el despliegue de la función social de toda propiedad y la subordinación de toda riqueza al interés general, tal como proclaman los artículos 33.2 y 128.1 de la Constitución, respectivamente. 

Pero no hace falta irse tan lejos. En el País Vasco, por ejemplo, se vienen aplicando interesantes políticas de vivienda social desde hace unos años, del mismo modo que también ha habido ejemplos de buenas prácticas en Cataluña, Aragón, Navarra o Extremadura. 

Euskadi es la Comunidad Autónoma en la que, por ley, se construye un mayor porcentaje de vivienda protegida en las nuevas promociones inmobiliarias. La Ley 2/2006 de suelo y urbanismo, entre otras muchas cosas, obliga a que el 75 % de la vivienda en suelo urbanizable y el 40 % en suelo urbano sean viviendas protegidas. Así, desde 1994 existen en Euskadi reservas legales de suelo destinado a vivienda protegida (el 65 % en suelo urbanizable y el 20 % en suelo urbano). Estos porcentajes contrastan con la realidad de otras cc. aa., en las que no existe más reserva legal que la mínima fijada por el texto refundido de la Ley del Suelo estatal (el 30 % en suelo urbanizable); a veces, esta ni siquiera se cumple. En este punto cabe señalar que las abundantes viviendas protegidas vascas[7] cuentan con una calificación permanente; es decir, que lo son de por vida. Además, las Administraciones Públicas establecen un control férreo sobre quién accede a ellas, cómo se usan y cómo se entregan a una nueva persona inscrita en el registro de demandantes de vivienda protegida; ello se traduce en un fraude cercano a cero. 

En segundo lugar, entre las buenas prácticas vascas en materia de vivienda, debemos citar la creación, hace menos de una década, de Bizigune, una sociedad pública que moviliza viviendas privadas vacías y facilita su uso en alquiler a personas cuyos recursos económicos no son suficientes para acceder a una vivienda del mercado libre. A través de este programa, se abona menos del 80 % de una renta de mercado a sus propietarios cedentes, y los arrendatarios pagan un alquiler mensual que supone, como máximo, el 30 % de sus ingresos. Cabe citar otro aspecto destacado de las políticas públicas de vivienda vascas: En menos de diez años, se ha construido partiendo de cero un parque de vivienda pública de alquiler y no propiedad que supera las 45 000 unidades. De esta cantidad, la mitad son viviendas protegidas en alquiler público y la otra mitad, viviendas protegidas en derechos de superficie a 75 años, una especie de alquiler público de por vida. 

Sin duda, el caso de Euskadi marca un referente necesario, aunque posiblemente insuficiente en los tiempos que corren. En un contexto tan crítico como el actual, además de buenas políticas públicas de vivienda a medio y largo plazo, tal vez sea necesario aplicar medidas más drásticas, como ya se está haciendo en otros países. Por ejemplo, en Estados Unidos, los bancos pagan los gastos de demolición de edificios de su propiedad que están vacíos desde hace meses y se los regalan a los ayuntamientos para que hagan parques, equipamientos comunitarios o aparcamientos. 

No obstante, la falta de aplicación de políticas públicas de acceso a la vivienda no es el único motivo de la actual problemática habitacional en España; la Ley Hipotecaria es otra de sus causas más flagrantes. Se trata de una disposición pensada más para beneficiar a las entidades financieras que a los ciudadanos o la sociedad en su conjunto, cuya modificación ha sido constantemente bloqueada por los dos partidos mayoritarios. Este marco legal contrasta con las realidades de otros países europeos, en los que sí se aplican fórmulas para solucionar los problemas a los que se enfrentan actualmente las familias que no pueden seguir pagando sus cuotas hipotecarias. Por no mencionar los límites legales preventivos impuestos a los niveles de endeudamiento hipotecario familiar y a la exposición a activos inmobiliarios de las entidades financieras[8], que constituyen una medida destinada a evitar el sobreendeudamiento y sus funestas consecuencias. 

En este contexto, la regulación de la dación en pago adquiere especial relevancia, cuya aplicación va a ir haciéndose cada vez más necesaria, no solo por el aumento exponencial de las ejecuciones hipotecarias y desahucios, o por las terribles consecuencias sociales y económicas que acarreará dejar a miles de familias en la calle y endeudadas; sino también por ser una medida que ayudaría a rebajar el precio de la vivienda y a mejorar el acceso a esta: una valoración más realista del riesgo por parte de la banca implicaría créditos razonables para que las familias adquirieran viviendas a precios coherentes con el poder adquisitivo real de los salarios. 

Sin embargo, la clase dirigente permanece impertérrita ante estos indicadores, vetando cualquier tentativa de reforma de la actual Ley Hipotecaria. Lo que resulta más sangrante aún es que continúa rescatando con abundantes fondos públicos a promotores y financieros que han realizado su trabajo de forma poco profesional, temeraria, avariciosa y, en ocasiones, simple y llanamente delictiva. 

En este contexto, las medidas planteadas en materia de vivienda por el futuro gobernante Partido Popular durante la campaña electoral no hacen sino ahondar en los mismos errores del pasado. Así, los populares recogían en su programa una serie de medidas destinadas únicamente a la mejora de la accesibilidad a la vivienda y a la movilización del stock, a través de la liberalización del mercado de suelo y de una profundización en la política fiscal de vivienda del psoe de los pasados años; en romano paladino, esto significa que el pp plantea un retorno a 1998, año cero de la burbuja inmobiliaria, para aplicar básicamente las mismas fórmulas, provenientes de la ortodoxia neoliberal. Recordemos que, lejos de provocar vivienda más accesible para la gente de a pie en los pasados 10 años, han provocado una ordalía de vivienda cada vez más numerosa, cada vez más cara[9], cada vez más inaccesible y cada vez con más riesgos sistémicos para la sociedad y la economía española. En definitiva, el pp pretende resolver la burbuja con otra burbuja, que es lo mismo que tratar de solucionar un martillazo en un dedo con un nuevo martillazo en ese mismo dedo.

Hay que plantearse una cuestión sobre las rebajas fiscales y la «liberalización del suelo»: ¿A quién benefician? ¿A aquel que se ha quedado sin casa porque no ha podido pagar su deuda hipotecaria? ¿A aquellos cuyo sueldo de mileurista no les permite acceder a una vivienda? ¿O a aquellas clases pudientes que pueden seguir invirtiendo en el sector inmobiliario, y que ven la vivienda solo como una inversión a la que le beneficia la subida del precio derivada de los perversos incentivos fiscales, hipotecarios y urbanísticos? 

Los incentivos fiscales solo benefician a la especulación con suelo y vivienda y, en el caso de las clases medias y bajas, tienen el perverso efecto de aumentar el precio de la vivienda, pues el mercado las añade al precio, al procesar la deducción fiscal como mayor capacidad de compra. Evidentemente, las medidas destinadas a la movilización del stock inmobiliario privado no resuelven los problemas de la vivienda en España, que es el hecho de que, en estos momentos, no se hace efectivo el artículo 47 de la Constitución, y no que el sector inmobiliario no pueda comercializar su stock de vivienda sin bajar de los precios del período 2005‑2007. Porque, recordemos, el sector, con el apoyo de psoe y pp, no quiere reconocer sus pérdidas por las bajadas de los precios de la vivienda que ya se han producido, que deberían haberse producido y que deberían producirse en el futuro. 

Dado que las buenas prácticas comentadas exigen una voluntad política y la inminente aplicación de medidas diametralmente opuestas (las recogidas en el programa electoral del  pp), ¿qué solución les queda a los cientos de miles de personas y familias que durante los últimos años se han quedado sin casa, condenados a vivir en la calle? ¿Y a los millones que no pueden disfrutar de una vida plena por no poder acceder a una vivienda digna en alquiler o en propiedad, nueva o rehabilitada, de mercado o pública? 

Toda vez que las clases dirigentes y los poderes financieros han anulado cualquier opción de operar dentro del sistema inmobiliario actual, es el momento de aplicar estrategias alternativas. En este punto destacan, al menos, tres: 

  1. Alquiler social universal público  para cualquier persona que lo solicite al sector público, lo cual implica que las Administraciones deberán contar con un parque público permanente y suficiente de vivienda de alquiler, que en nuestro caso debería proceder básicamente de la movilización de vivienda vacía y el stock de vivienda ya construida; así como con un programa de ayudas públicas directas al pago de alquileres en un parque privado concertado con el sector público (modelo centroeuropeo). 
  2. Cooperativas de uso de vivienda  impulsadas por la ciudadanía con medidas de apoyo público (parte del modelo nórdico). 
  3. Realojo en edificios vacíos  (modelo holandés): A tenor de los últimos acontecimientos (Hotel Madrid, Espacio Vecinal Montamarta, Concepción Jerónima, etc.) parece que la opción más recurrente, tanto por la emergencia habitacional como por su valor simbólico‑político, va a ser esta última. 
Si bien el realojo a través de inmuebles vacíos es la alternativa más inmediata para resolver las necesidades habitacionales de aquellas personas que se han quedado sin casa, también hay que considerar los riesgos y consecuencias tanto económicas como legales que esta actividad acarrea. Los recientes desalojos han puesto de relieve esta cuestión, con numerosas detenciones y diez personas que tienen abierto un expediente de expulsión; por no hablar de las multas y sanciones aplicadas para desalentar este tipo de prácticas. 

Desde luego, estos condicionantes no nos permiten establecer un horizonte muy halagüeño, en lo que se refiere a resolver las necesidades habitacionales de las personas sin casa o deficientemente alojadas. No obstante, hay margen y referentes históricos para la esperanza. De la misma manera que los movimientos antimilitares consiguieron poner en jaque al servicio militar obligatorio, gracias a la práctica masiva de la insumisión; también se pueden empezar a plantear líneas de acción similares. Y es que, llegados a un punto en el que cientos de miles de personas se verán abocadas a vivir en la calle y millones tienen congelado su proyecto vital, una sobresaturación del sistema judicial y penitenciario, además de legítima, no parece del todo descabellada. 

No obstante, la aplicación efectiva de estas estrategias de realojo masivas pasa, en gran medida, por abrir un período sosegado de reflexión y organización; esto no significa renunciar a la lucha contra los intentos de creación de un banco malo público, la puesta en marcha de experiencias cooperativas por parte de la sociedad y de parque de alquiler público por parte de las Administraciones Públicas. Todo ello, en contraposición a la actual inercia de los acontecimientos, fuertemente condicionados por la espontaneidad y la acción emocional. Si no, puede que nos estemos aventurando hacia un abismo al que, lamentablemente, los primeros en caer sean aquellas personas que se encuentren en una situación más grave. 

Lo que no sabemos es si la gente sin casa puede esperar tanto... 



[1] Fuente: Series estadísticas del Ministerio de Fomento
[2] Fuente: Sánchez Martínez, María Teresa, et ál.: La política de vivienda en España (2010)
[3] Datos obtenidos del Banco de España, así como de estudios de varios bancos privados (entre ellos el Banco Nomura).[4] Corine Land Cover de la ue.
[5] Datos de las memorias y bases estadísticas del Consejo General del Poder Judicial.
[6] Datos obtenidos de los trabajos realizados por las profesoras Pilar Garrido, Leire Escajedo y Miren Gorrotxategui para el grupo de estudios de la UPV-EHU Ekiten Thinking.
[7] La cuota de mercado en Euskadi es de más del 50 % de las nuevas viviendas desde hace unos años, como se puede comprobar en el Observatorio de la Vivienda del Gobierno Vasco.
[8] Referencia a la Ley Neiertz francesa y la nueva regulación de la fsa británica del sobreendeudamiento hipotecario: http://leolo.blogspirit.com/tag/loi%20neiertz
[9] La burbuja inmobiliaria ha supuesto un incremento de los precios de la vivienda de más del 200 %, y del suelo de más del 500 %, según datos del ine y el Ministerio de Fomento.
Jon Aguirre Such es miembro de Paisaje Transversal 
Revisión y corrección de estilo del texto a cargo de Sara Hernández Pozuelo
Paisaje Transversal es una Plataforma que trabaja sobre nuevos modelos de gestión urbana desde un punto de vista transdisciplinar y participativo.

Fuente: http://politicadeviviendasocial.blogspot.com/2011/12/con-la-de-casas-vacias-que-hay-en-la.html

domingo, 18 de diciembre de 2011

Roedores y homínidos

De entre los muchos animales que todavía pueblan el planeta, hay dos que siguen aumentando su número de modo alarmante: La rata y el hombre. Aunque no lo parezca, hay muchas similitudes entre ambos: Son quienes mejor se han sabido adaptar al medio, se multiplican de modo irracional, son los primeros en abandonar el barco en cuanto barruntan que se puede hundir, son depredadores voraces, transmiten enfermedades infecciosas de difícil curación y tratamiento, viven agrupados, en gremios, en enormes comunidades, tienen un genoma bastante parecido y muerden. Pero no hay que alarmarse, si existen rasgos comunes irrefutables, no son menos aquellos diferentes que vienen a demostrar, por mucho que nos moleste, que la rata es un animal mucho más desarrollado y hábil que el hombre: Hay cuatro ratas por cada ser humano, lo que evidencia que su capacidad de adaptación cuadruplica a la del hombre capitalista; la rata no ataca a sus semejantes, los protege con uñas y dientes, incluso con el rabo, por el contrario, el hombre capitalista aético, que es el que más abunda en los llamados países desarrollados, vive de atacar a sus hermanos, de practicar el genocidio, de explotar a los que no son de su tribu selecta; la rata se conforma con alimentarse de la mierda que el hombre produce y esparce por toda la faz de la tierra, el hombre, no, el hombre capitalista tiene que comérselo todo, lo que le pertenece, lo que no le pertenece, lo que necesita y lo que le sobra; la rata es mucho más fecunda, se multiplica a la velocidad de la luz pese a la persecución de los homínidos y, por último, la rata es más justa que el hombre, abunda más en los lugares dónde el hombre acumula más basura, en los países ricos, le gusta vivir en la riqueza: Allá dónde no hay nada que comer, dónde no existe la basura, dónde campea el hambre, la rata apenas hace acto de presencia, sabe que no hay nada que hacer y que podría ser devorada.

Al hombre capitalista, le importa un bledo vivir en los sitios más pobres pues tiene los instrumentos necesarios para sacar toda la riqueza oculta, para provocar guerras civiles que le permitan robar acompañado de la paz que dan los cementerios, para construirse mansiones y llenarlas de esclavos, para hacer películas románticas que hablen de esos tiempos y de estos. El hombre capitalista puede vender miles de Kalashnikov a personas que no tienen para comer y creen que con ese artilugio mortífero podrán conseguir una parcela de poder que les permita ser alguien en el infierno. Es un ser despiadado, no tiene escrúpulos, no distingue entre el bien, el regular y el mal. Todo le está permitido, todo es lícito siempre que su acción, caiga quien caiga, proporcione beneficios económicos sustanciales. Siguiendo los dictados de su codicia, el hombre capitalista se inventó a Dios, y en su nombre invadió países que decía ignotos, cuando en ellos vivían otros hombres menos codiciosos desde antes del Diluvio. Extrajo de ellos sus materias primas más valiosas, dejando como marca de la casa la muerte, la desolación y su presencia sempiterna. No tuvo problemas para destruir buena parte de América, Asia, África y Oceanía, incluso su propia morada; no tuvo remordimiento alguno para arrojar sobre el país díscolo las bombas que le apetecieron pretextando las excusas más inverosímiles, no tuvo regomeyo para talar bosques hermosísimos que no le pertenecían, ni a él ni a nadie sino a todos, para dejar hueca las entrañas de la tierra, para mantener tiranos en todos los países en los que puso su garra, para extender el hambre por doquier mientras su barriga crecía en proporción geométrica.

El hombre capitalista sigue teniendo a Dios de su lado, por eso casi nunca muere, y cuando uno lo hace, salen cien como él para ocupar su puesto. Al contrario que el rey Midas, que convertía en oro todo lo que tocaba, el hombre capitalista es capaz de convertir en ruina todo lo que toca. Así lo hizo en México, Perú, Brasil, Colombia, La India, Vietnán, Camboya, Sudáfrica, Mozambique, Indonesia, el Congo, Marruecos, Chad, Argelia, Irak, Afganistán, Irán, Egipto, Sudán, Etiopía, Somalia, Honduras y todos aquellos territorios que tuvieron la desgracia de tener algo que se podía vender. Así lo hicieron y así lo siguen haciendo, sólo que ahora, en los albores del siglo XXI su nivel de crueldad despiadada, de eficacia depredadora se ha disparado al calor del desarrollo de las nuevas tecnología y de la falta de una contestación articulada por parte de los ciudadanos de pueblos que otrora supieron levantarse contra la injusticia y hoy duermen la paz de los injustos sin preocuparse siquiera de que ocurrirá mañana con su techo, con su familia, con sus fines de semana, con sus vacaciones pagadas, con su seguridad social, con su burguerkings, sus parques temáticos, su televisión de plasma, su navidad, con sus privilegios obtenidos del saqueo del mundo entero. Son pueblos descuidados, embriagados por el laudano mortífero del dinero, con la música envenenada que sale de las flautas que tocan en Wall Street o la City londinense. No, no hay motivo para sentirse orgulloso de pertenecer a esa especie degenerada que arrasa con los bosques y las selvas, que vive del trabajo de sus semejantes, que fomenta la discordia y la guerra entre hermanos, que encumbra al ambicioso y margina a quien no lo es, que inventa enfermedades experimentando con los más pobres, que luego inventa el medicamento y lo vende jugando con la vida, que acaba con la respiración de los mares, que manda bombas a los más necesitados si osan alzar la voz, que es incapaz, y eso es lo peor, de vivir con las demás especies animales y vegetales del planeta, que está dispuesto a acabar con él, a devorarlo con tal de alimentar su codicia.

Como Antonio Machado, yo también espero otro milagro de la primavera, y lo espero para pronto, para mañana si es posible, si ustedes lo quieren, si entre todos lo queremos. Existen medios, hoy más que nunca, para erradicar el hambre, la pobreza, el analfabetismo, el odio, la xenofobia, la incultura y la mayoría de las enfermedades, para reconstruir lo que hemos destrozado, para comenzar a ser justos y así ser más libres y poder vivir verdaderamente satisfechos. Pero para todo eso, es preciso que el hombre capitalista y los teóricos que le dan argumentos, pasen al desván de la historia de la infamia. De no ser así, el hombre, sin tardar mucho, tendrá que librar una de sus últimas batallas, aquella que le enfrente con un animal que lo supera en todo ampliamente: La rata, pues hombres y ratas tendrán el privilegio de disputarse un mundo en agonía. Confío en esa primavera. Está al llegar. 

Pedro Luis Angosto
Rebelión

sábado, 17 de diciembre de 2011

Crónica de un desahucio

De acuerdo a las cifras que la Plataforma de Afectados por la Hipoteca -PAH- tiene recogidas, se producen en España más de 200 desahucios cada día; según sus propias palabras “son auténticas armas de destrucción masiva que amenazan la cohesión social de nuestras ciudades y pueblos, una condena a la exclusión, un ataque a nuestros proyectos de vida y a nuestra dignidad..” La PAH es una asociación gratuita que se creó en febrero de 2009 en Barcelona; a día de hoy ha logrado parar desde el 3 de noviembre de 2010, fecha de su primera actuación, más de 100 desahucios. Visto así, su éxito estribaría en unos objetivos que sólo alcanzan a la mitad de desahucios de un sólo día del año. Sin embargo, su fortaleza se basa en su permanente lucha por la búsqueda de la equidad, la visión del problema para pedir justicia, esa conciencia necesaria para alcanzar que se cumpla con un derecho fundamental, la vivienda,que a su vez, debe ser amparada por el estado, las administraciones y las leyes; mientras, cada día se mueven de sus hogares a una media en torno a las 1.000 personas sin que nadie reaccione para superar la ineficacia a todos los niveles. Toda la ayuda va para los que han provocado la crisis ; parece mentira que existiendo tantos dramas humanos, aún no se haya conseguido sacar adelante la dación en pago y que no se hayan articulado medidas que los palíen o resuelvan. Todos estamos pagando por los errores políticos de un sistema productivo basado en el ladrillo y la especulación; medios que han tenido apoyo desde todas las administraciones y que tienen nombres y apellidos.

Si Vds. no han acudido nunca a un desahucio sería conveniente que lo hicieran, se aprende mucho además de colaborar a ayudar a personas. a las que el infortunio coloca en una situación tremendamente trágica, más aún cuando los encargados de auxiliarles se convierten en sus verdugos. Prima el poder sobre la razón, la ambición sobre la humanidad, el mercantilismo sobre los derechos humanos y, lo que es peor, sale la violencia contenida por la rabia del ser acomplejado, del mandado impersonal que, con casco y forrado hasta los dientes, parece no cuestionarse que ataca a un semejante por más que lo ignore; lo que degrada su personalidad y deprime la posibilidad de familias enteras en las que hay niños, ancianos; sencillamente ciudadanos y ciudadanas, a los que el propio sistema obliga a la marginación, siendo culpable de su funesto desarrollo, y acaba arrebatándoles el techo. Es aún más espantoso cuando los demandantes, para mayor retórica, son organismos de carácter público como lo son el Instituto Municipal de la Vivienda o el IVIMA, por citar ejemplos típicos con los que empezamos a familiarizarnos en Madrid. Que yo sepa, tras uno y otro, estamos los mismísimos madrileños, ignorantes de formar parte de este circo justiciero en el que se están aplicando los principios de la ley de la selva. Respecto a los acomplejados no vale decir que son profesionales, ellos saben perfectamente que están actuando muy mal.

Si Vds. no han ido nunca a un desahucio, tienen multitud de oportunidades ahora. Aunque el embargo no ha sido nunca ajeno al propio sistema a lo largo de la historia, en este tiempo está en pleno auge y se ha convertido en la actividad de moda (cada día más) para el entrenamiento de las distintas fuerzas del orden; esas que deberían estar, en cambio, protegiendo a las familias; a esos niños y niñas y a muchos y muchas ancianas que, a su edad, se ven abocados tras su culminación a vivir debajo de un puente, si no existe solución alternativa. En cualquier caso, siempre será una solución insensible e inadecuada cuando más necesitan tranquilidad y sosiego. Pero cualquiera de esos arreglos obligados carecen de sentido; más, en casos en los que los organismos que les han de proveer cobijo, son los que han pedido que les saquen con violencia de sus casas y de sus hogares.

Les puedo decir que yo si he estado en algún desahucio; puedo asegurarles que es una imagen surrealista desde los primeros momentos. Se genera un espectáculo indescriptible de solidaridad y de amor por las personas, junto a un añadido de exabruptos por la defensa de lo material. La persona frente a la materia. El espíritu y el alma , la conciencia, frente al dinero y el mercantilismo, la mayor parte de las veces enmascarando la especulación, nacida del vicio por el poder y por el dominio de los semejantes.

Si deciden asistir a un desahucio, palabra triste e insolidaria, podrán ver muchas personas simpatizantes del vecindario;  vecinos llegados desde puntos más o menos cercanos;  activistas que quieren cambiar el mundo de los mercados para convertirlo en el de las personas. Todas ellas llegan optimistas, decididas a cubrir con sus propios cuerpos a quienes van a ser despojados de lo que es, desde hace mucho tiempo, uno de los derechos humanos fundamentales. Verán también cómo llegan los medios, y cada vez más los extranjeros; quieren atestiguar si es verdad esa obscenidad que les han contado; ver cómo se despoja a una familia de su casa; de su hogar; de su espacio de privacidad, para convertirlo en su espacio de publicidad. Y a todo ello se sumarán números y números de las distintas policías, depende del grado de importancia del que reclama; unos y otros, trabajadores a los que pagamos con el sudor de nuestra propia frente, incluso proveniente de la frente de quienes va a ser expropiados, sacados y lanzados al abismo de la calle. Rodean el circuito anexo, esas que se denomina lecheras, ¿Por qué será? Cuya gasolina, cuya compra, cuyo mantenimiento, también pagamos con nuestro mismo esfuerzo.

La escena, no tiene desperdicio visual y emociona tanto, como puede hacerlo una obra creativa que mezcla realidad e imaginación, trasfondo íntimo subjetivo con expresionismo constatado. Cierren los ojos y vean a muchas personas delante de la vivienda a tomar; véanlas entrelazando sus brazos en una línea continuada de unión y fuerza moral; enfrente, de pie, muchos de aquellos uniformados, también aquéllas, otean desde la enemistad; sacan sus porras; estiran sus manos; cogen de aquí y allá; estiran; arrastran; desenganchan a unos de los otros; retiran; empujan; agreden …….y los otros gritan; chillan; cantan; denuncian; exigen; reclaman; piden a voces que oigan a la humanidad; piden a voces que sean humanos o den muestras de alguna humanidad. Un poco más retirados, pero casi encima, se oyen, o no se oyen, disparos y disparos y más disparos, provenientes de distintos tipos de cámaras; de imágenes fijas o de imágenes en movimiento. Son imágenes que después te sacarán el alma del cuerpo y te producirán esa lágrima que, en el momento álgido de este surrealista momento, no fuiste capaz de verter. Y llegan desde el juzgado, cuando deciden ir, y desde la parte obstinadamente ofendida, cuando tienen reaños para hacerlo, y son abordados por abogados o mediadores de la familia agredida; esa que va acabar en un lugar extraño, un poco tiempo después, si la acción popular no lo remedia.

Si Vds. no han acudido aún a ningún desahucio vayan, pero vayan pronto; se les caerán muchos velos y empezarán a comprender que las cosas no son blancas o negras; hay una larguísima línea llena de matices grises que si es mínimamente humano, humana, y solidario, solidaria, le harán decantarse directamente por ayudar y proteger a la familia y, sobre todo, por arremeter contra quienes arropándose de una autoridad que les hemos dado nosotros no mueven ni un solo gesto, ni un solo músculo.

Y luego dirán que son fuerzas del orden; pero no dicen que se refieren al orden de los mercados, no de las personas de bien.

Mª Carmen Esbrí
Coordinadora Observatorio Servicios Públicos de Attac Madrid
http://www.attacmadrid.org/?p=6076