Imaginen que en la Cámara de los Comunes una
mayoría de diputados decide cambiar los estatutos de la BBC, acabar con su
independencia, y que el Gobierno designa para la cúpula directiva a forofos de
guardia.
Imaginen que el nuevo presidente
francés, en una situación de crisis financiera, ponga a parir en público,
tratándolos de incompetentes, a los responsables del Banco de Francia, y que
anuncie una gran auditoría de los bancos nacionales por empresas privadas
extranjeras, en algún caso de dudoso historial.
Imaginen que el presidente del
Tribunal Supremo de Estados Unidos viaje a Florida veinte largos fines de
semana, ocupe un hotel de lujo en Miami Beach, con costes a cargo de la propia
institución. Imaginen que este presidente declare a la prensa, en su descargo,
que esos dispendios suponen “una miseria”.
Imaginen que la Academia de la Historia de Alemania
publique un Diccionario Biográfico Alemán, financiado por el Estado, en el que
se niegue el carácter totalitario del régimen de Hitler y se omita su historial
represor.
Imaginen que el gobierno de Suecia decreta una
amnistía fiscal para defraudadores, con la facilidad de “blanquear” el dinero
por Internet.
Imaginen que los portavoces del
ministerio de Educación y Cultura de Italia desacrediten de forma reiterada la
calidad de las universidades italianas, al tiempo que recorta sus recursos,
pese a la evidencia de que miles de jóvenes investigadores son reclamados y
contratados por universidades y empresas de otros países. Imaginen que la misma actitud se
mantiene con las creaciones culturales, en especial con el cine.
Imaginen que la presidenta de la
comunidad de Madrid recibe con hospitalidad a los españoles vascos y catalanes
que acuden a la final de la competición de Copa del Rey y que, como liberal,
les anime a expresarse con libertad y en paz, sin caer en provocaciones y violencia.
En fin, mean sobre nosotros.
Imaginen que es lluvia.
Manuel Rivas
El País
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