martes, 30 de junio de 2009

El informe Stiglitz es un paso en la buena dirección

Entrevista a Françoise Houtart

François Houtart es un conocido sociólogo belga que en la Universidad de Lovaina creó hace años el Centro Tricontinental y también la revista Alternatives Sud. Sacerdote católico y pensador marxista, ha participado en los 9 Foros Sociales Mundiales realizados hasta la fecha. Nos sentamos a conversar en la cafetería Viena de la sede de Naciones Unidas de Nueva York, nada más terminar la mesa redonda en la que ha presentado una ponencia.

Como miembro de la Comisión de Expertos de la Conferencia de Naciones Unidas sobre la crisis, ¿podrías contar a la gente de Attac cómo se ha desarrollado el proceso de elaboración del llamado Informe Stiglitz?

La Cumbre de Doha sobre financiación del desarrollo de noviembre 2008 aprobó un Resolución en la que se pedía a la ONU que convocase una Conferencia sobre la crisis económica y financiera y su impacto sobre el desarrollo y el Presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas, Miguel D’Escoto, se puso a actuar inmediatamente. Lo primero que hizo fue pedir a Joseph Stiglitz que constituyera y presidiera una Comisión de Expertos (CE) encargada de elaborar un informe para presentar a la Conferencia. Stiglitz tuvo total libertad para elegir a los demás miembros, y la Comisión quedo pronto integrada con economistas neokeynesianos como él.

No obstante, D’Escoto se reservó la facultad de nombrar directamente a tres delegados personales: uno fue Martin, también economista, el segundo un politólogo norteamericano y el tercero, yo mismo. Nada mas formada la Comisión, empezamos a trabajar desde finales de 2008 en la elaboración del texto, pero antes de tenerlo terminado lo fuimos haciendo circular en sucesivos borradores para ir viendo las distintas reacciones que producía. El texto que se entregó al final al Padre Miguel aborda muchos aspectos prácticos en relación a la crisis y aunque yo no soy economista para hacer una valoración del mismo, sí puedo decir que incorpora muchas propuestas concretas para reformar el sistema financiero y monetario internacional, siempre desde una perspectiva neokeynesiana, y también para transformar las instituciones internacionales financieras y comerciales, creando nuevos organismos.

Sólo hay un aspecto que para mí no se aborda convenientemente en el Informe y es el siguiente: se trata de reformar el sistema financiero, de acuerdo, pero ¿con qué finalidad?. Porque si es para poder volver a la situación anterior a la crisis, entonces dentro de poco estaremos otra vez montando una Comisión de Expertos y convocando otra Conferencia de NU como esta. Y es que lo que creo que le falta al sistema no son sólo regulaciones…

¿Qué ocurrió una vez que la Comisión de Expertos entregó el Informe al Presidente?

En ese momento D’Escoto elabora y firma como Presidente de la AG un documento que recoge el análisis y las propuestas del Informe y se lo manda a los Estados miembros para proceder a su discusión, y poder ser aprobado después por la Asamblea General en la Conferencia sobre la crisis. El documento es a partir de ese momento objeto de numerosas modificaciones, y de hecho, hoy mismo, a mitad de la Conferencia, ha seguido sufriendo cambios derivados de las intensas negociaciones que estamos teniendo. El texto considerado definitivo no estará disponible antes de un mes y lo que puedo decir es que todas las ideas que contenía el Informe inicial siguen y seguirán estando en el documento que se difundirá en varias lenguas dentro de unas semanas.

El documento ha de ser considerado como un primer paso en la buena dirección. Pero hay que ir más allá y poner en cuestión los conceptos mismos de crecimiento, desarrollo y prosperidad, y preguntarse sobre su contenido cuando se tiene en cuenta los límites del planeta y los problemas de la crisis climática o la soberanía alimentaria.

Supongo que el Presidente de la Asamblea General habrá sufrido muchísimas presiones. El aplazamiento de unas semanas que sufrió la Conferencia, ¿se ha debido a esas presiones?

La lucha ha sido enorme. Yo mismo he asistido a discusiones que han durado días y la confrontación mayor ha sido entre países del Norte y países del Sur, con concepciones que en muchos casos eran radicalmente diferentes. Un segundo frente de confrontación ha sido entre quienes defendían firmemente el capitalismo y quienes planteaban pasos progresivos hacia alguna forma de postcapitalismo.

El hecho es que Miguel D’Escoto ha sido abiertamente descalificado por muchos Gobiernos para incrementar la presión sobre el contenido del documento y hacerlo menos concreto. Bélgica, mi país, ha dicho por ejemplo que D’Escoto no ha respetado las reglas y procedimientos de Naciones Unidas y que ello explicaría el comportamiento de algunos estados. Pero no nos engañemos, es un pretexto. Los que han actuado a la contra en el proceso nunca han tenido voluntad política de apoyarlo y el cambio de fechas ha sido utilizado como disculpa. Siguiendo con Bélgica, el primer ministro no contestó a mi escrito en el que le instaba a venir a Nueva York y al final mandó a un Jefe de Gabinete, ni tan siquiera a un ministro. Yo he sido testigo de que ha habido presiones para que no se realice esta Conferencia.

¿No encuentras significativo que justo una semana antes del comienzo de la Conferencia, se haya escenificado la presentación pública de los países BRIC (Brasil, Rusia, India y China)?

Es que todos ellos son miembros del G20. Brasil, por ejemplo, ha tenido en todas las reuniones una actitud muy negativa. China es verdad que ha mostrado más comprensión pero es porque está presionando desde hace meses para que se de una solución a su gran problema que no es otro que la cantidad de dólares que tiene en su poder. Un país que ha tenido una postura relativamente positiva ha sido Alemania, pero ello se ha debido a la participación de su ministro de Cooperación en todas las discusiones, donde ha defendido planteamientos abiertamente socialdemócratas.

Lo que contrasta con la postura del Gobierno español que ni tan siquiera a participado en las discusiones, ¿no es cierto?

Si, es cierto. España ha estado ausente de las discusiones. Lo que contrasta al ser también un país que ha participado en el G20.

¿Cuál es tu valoración de lo que llevamos de Conferencia?

Creo que dentro del contexto general, la Conferencia está yendo bastante bien. Todos los países que han querido han podido expresarse y en las intervenciones se han ofrecido caminos nuevos. Probablemente el documento que resulte de las discusiones podrá parecernos excesivamente general e inconcreto pero eso siempre ocurre cuando se busca el consenso. Si cuando termine la Conferencia el texto sigue vivo, pese a los esfuerzos por matarlo, habremos dado un paso importante pues servirá para que se difundan por el mundo algunas ideas nuevas sobre la crisis y sus causas. Lo que ya no sabemos es que va a pasar cuando el Padre Miguel deje la Presidencia de la Asamblea General en septiembre. No me cabe duda que D’Escoto pondrá todo su empeño en dar continuidad a la gran labor que ha realizado durante su mandato, y probablemente lo consiga.

Desde las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) se ha apoyado la convocatoria de la Conferencia, y de hecho muchas organizaciones se han movilizado tras la idea de un G192 versus un G20. Pero, ¿crees que tiene alguna posibilidad la ONU de intervenir en los temas financieros, que en cierta forma son coto privado del FMI y del BM? ¿No hay un pacto no escrito entre los gobiernos de los países ricos para que las NU aborde solo los temas sociales o de seguridad?

Todo va a depender de la actitud de los que vengan a continuar el trabajo del Padre Miguel. En cualquier caso es muy importante el apoyo que ha recibido la convocatoria de Conferencia por parte de las OSC. Y he de decir que yo estoy personalmente muy satisfecho por haber propiciado que ese apoyo se produjera. Es verdad que ha habido ciertas reticencias por parte de los que opinaban y opinan que la ONU es completamente ineficaz e incluso negativa en sus intervenciones. Por ejemplo, en el Consejo Internacional del FSM hubo algunas voces muy opuestas al apoyo a esta Convocatoria de D’Escoto. Sin embargo, la mayoría la respaldó.

Para terminar, ¿cómo ves a los Movimientos Sociales después del FSM de Belém y en el cambio de escenario que ha supuesto la crisis?. ¿Observas como yo un cierto desplazamiento hacia posiciones más abiertamente políticas?

Si. Estoy de acuerdo. Me llamó mucho la atención las valientes posiciones adoptadas en las diferentes Asambleas del último FSM, por suponer avances significativos en la conciencia colectiva de lo que es la realidad socioeconómica, y sin miedo a entrar en el terreno político. Claro que ha influido mucho en este cambio la nueva realidad política en América Latina, con unos gobiernos progresistas que se acercaron a Belém a contarnos sus experiencias transformadoras. Pero, ¡cuidado! el FSM tiene que quedarse como lo que es, un espacio de encuentro de movimientos sociales y Organizaciones de la Sociedad Civil y no tratar de cambiar su esencia.. Sin embargo, la metodología que se siguió en Belem de dos días de talleres completado con otros dos días de Asambleas es algo nuevo que creo que hay que mantener en los sucesivos.

Quedan más preguntas en la mochila, pero son las seis de la tarde y no me atrevo a seguir fatigando a este hombre de 84 años cuya energía parece inagotable, sobre todo cuando me comenta que aún ha de participar esta tarde en nuevas discusiones para tratar de consensuar el 5% que aún está pendiente en la Resolución que ha de aprobar la Conferencia.

Entrevista realizada en 25 de junio en Nueva York por Ricardo Gª Zaldívar, delegado de Attac en la Conferencia.


domingo, 28 de junio de 2009

LA ONU, organización clandestina

"No podemos asentir y sonreír con resignación mientras nos pisan."

Busco y rebusco, oigo y miro y por ningún lado encuentro.

Sé, porque lo sé, que se está celebrando desde el miércoles 24 de junio la Asamblea General de Naciones Unidas sobre la crisis, pero no encuentro esa noticia en ningún medio de comunicación. Una asamblea de todos los pueblos y naciones de la tierra convocada por el presidente de la Asamblea General no se ha hecho sitio en ningún medio de comunicación de masas, ningún periódico ha hablado de ello, en ninguna emisora de radio se ha escuchado el mas mínimo comentario, ninguna televisión lo ha mencionado y hoy, la prensa abre con la escandalosa noticia de que nuestro gobierno ha aprobado nuevas ayudas a la banca de 99.000 millones de euros, que se suman a la inicial de 50.000 y a los avales por 100.000 concedidos, en total 249.000 millones de euros. A algunos les puede parecer poco, pero son el doble de lo que el Gobierno se gasta cada año en sus presupuestos. En otras palabras, les hemos regalado y por adelantado dos años de nuestro trabajo a esos filibusteros que controlan financieramente a los medios de comunicación para que no nos digan lo que debemos saber.

¿Alguien puede tener ya alguna duda de quien manda en España?, ¿alguien puede albergar la mas mínima duda de que obedecemos a monigotes mientras ignoramos quienes mueven los hilos, siempre, en función de sus intereses de acumular mas y mas riqueza aun a costa de acabar con la vida en el planeta?.

En fin, para los que queráis leerlo os adjunto una frase del discurso de inauguración de la Asamblea por parte del padre Miguel D’Escoto, su presidente:

“No es humano ni responsable construir una Arca de Noé que salve solamente al sistema económico imperante dejando a la gran mayoría de la humanidad a su propia suerte, sufriendo las nefastas consecuencias de un sistema impuesto por una irresponsable, aunque poderosa minoría. Tenemos que tomar colectivamente un conjunto de decisiones que atiendan, lo más posible, a todos, incluyendo la gran comunidad de vida y la Casa Común, la Madre Tierra.”

No podemos asentir y sonreír con resignación mientras nos pisan.

-Enlace a la página de la ONU sobre la Conferencia

-Declaración final de la Conferencia

Toni Gabaldón. Attac-PV

jueves, 25 de junio de 2009

El trabajo, fundamento de un crecimiento económico sostenible

Manifiesto de los 800 expertos

De manera unánime, expertos de todas las disciplinas sociales, gobiernos y organizaciones internacionales consideran que la legislación laboral no ha sido la causa de la crisis. Sin embargo, y por paradójico que resulte, las consecuencias de la misma están teniendo un intenso y negativo impacto sobre el empleo.

La actual crisis económica internacional se produce debido a un crecimiento desregulado del sector financiero de la economía con una escasa supervisión, lo que, unido a otros factores económicos, ha venido generando un fuerte incremento de las desigualdades sociales a escala planetaria.

Entre otras, se puede extraer una lección del proceso de la crisis actual: los mercados son imperfectos de manera natural. Precisamente cuando la oscuridad, la falta de transparencia y la perdida de credibilidad en la actuación de los operadores se adueñan de los mercados financieros, se ponen de manifiesto los riesgos que acarrea un tipo de crecimiento basado en la revalorización de activos financieros frente a la generación de valor en la economía real y por tanto más necesaria resulta la intervención de reguladores públicos.

En el caso español las lecciones a aprender también son importantes, porque si bien es correcta la regulación del sistema bancario, ha habido muchas carencias en la prevención de los riesgos derivados de la fuerte implicación de éste en la actividad inmobiliaria. A ello hay que añadir el pinchazo de la burbuja en dicha actividad, con la que convivíamos en los últimos años en el marco de un modelo de crecimiento extremadamente vulnerable.

Es tiempo de actuar para salir de la crisis y paliar sus efectos. La secuencia de salida de la crisis requiere de la intervención pública en, al menos, tres escenarios interconectados, temporal y funcionalmente.

En primer lugar, se trata de frenar y revertir la estrategia conservadora de restricción del crédito, por la que han optado buena parte de las instituciones financieras, que está agudizando la delicada situación de las empresas y las familias.

Lo prioritario es lograr un clima de confianza que impregne a todos los sujetos de la economía y la sociedad española, y estimule la definición de un proyecto de futuro con credibilidad y recursos para ponerlo en marcha, recursos públicos para impulsar políticas industriales y energéticas y recursos financieros para incentivar la actividad del sector privado.

Es urgente inyectar liquidez para hacer frente al endeudamiento del sistema financiero con el exterior e impulsar la circulación crediticia, al tiempo que se abordan sus problemas de solvencia, investigando en profundidad la situación de las principales instituciones financieras del Estado español. No debería olvidarse el interés que tiene, en esta dirección, promover una red de entidades públicas que permitan al Estado canalizar sus recursos financieros directamente a la economía real, para sortear los problemas de distribución a los que se enfrenta en la actualidad su agencia financiera, el ICO.

En segundo lugar, el Estado ha de intensificar sus esfuerzos para paliar los efectos de esta crisis en los trabajadores, extendiendo las redes de protección a todos los desempleados y alargándola en el tiempo. Y en tercer lugar, ha de actuar incentivando la recuperación del consumo privado y la generación de empleo, a través de una política de incremento controlado del gasto publico, que promueva la creación de infraestructuras económicas y sociales, creando empleo y ofreciendo oportunidades de actividad productiva en los sectores más dinámicos de nuestro tejido empresarial, particularmente entre las PYME.

Junto a estas actuaciones en el corto plazo, es también precisa la intervención del sector público para impulsar una salida de la crisis que lleve consigo un cambio paulatino y profundo del modelo productivo que ha agotado sus posibilidades de sostenibilidad en la actual crisis. Es necesario sustituir el modelo de crecimiento económico vigente hasta la fecha, apoyado en el uso intensivo de trabajo precario, mal remunerado y poco cualificado, por otro nuevo basado en la innovación que permita incrementar la calidad y la productividad del trabajo; de ahí el protagonismo que han de alcanzar las políticas industriales, energéticas y medioambientales y educativas para desbloquear los principales cuellos de botella que dificultan el cambio mencionado en España.

Para ello se requieren también modificaciones profundas en las pautas y formas de gestión de las empresas, cubriendo lagunas tanto en el ámbito de la innovación gerencial y empresarial como en la formación de los trabajadores, para lo que la negociación colectiva tiene una importancia crucial. Es ahora, más que en ningún otro momento de nuestra historia moderna, cuando la innovación y la formación tienen la posibilidad de convertirse en el auténtico motor de la economía española.

Lejos de mantener posturas inmovilistas, sostenemos que los sistemas económicos han de ser reconstruidos mediante la atribución al trabajo de una inexcusable centralidad. El trabajo es la fuente primera y esencial de derechos de ciudadanía social, confiere libertad individual, asegura progreso económico, garantiza cohesión y solidaridad social y ofrece seguridad material. De ahí, la imperiosa necesidad de situar el trabajo en el centro de las políticas diseñadas por los agentes públicos y de las decisiones económicas adoptadas por los agentes privados. La creación de más y mejores empleos ha de ser un objetivo irrenunciable y compartido por poderes públicos, actores y organizaciones productivas.

No es promoviendo el despido sin causa ni control judicial, como se avanza hacia un mercado laboral en el contexto de un nuevo modelo económico más productivo. La pretendida simplificación en el régimen de la contratación terminaría haciendo aflorar su verdadero propósito: la simplificación del régimen de despido. Ya no habría, salvo en limitadísimas ocasiones, despidos procedentes ni improcedentes; el resultado sería la precariedad generalizada de los trabajadores y el abaratamiento del despido.

Por tanto si resulta unánime la opinión de la inexistencia de conexiones entre la actual crisis económica y la regulación del mercado de trabajo, no es en modo alguno congruente querer aprovechar la presente situación para reducir o eliminar derechos sociales. O en palabras más enérgicas, nos parece políticamente indecente pretender desplazar a los trabajadores una parte sustancial de los costes de la crisis económica.

Las medidas de reforma laboral que se adopten han de estar coordinadas con las medidas que se introduzcan para favorecer el cambio de patrón de crecimiento. En muy buena parte, la prosperidad de la economía española y el incremento de las tasas de actividad y de empleo han estado basados a lo largo de estos años atrás en un modelo económico que ha dado de lado, hasta terminar menospreciando, las inversiones generadoras de valor añadido, las políticas de investigación, innovación y desarrollo, favorecedoras de empleos cualificados, las mejoras de la competitividad mediante la innovación y el establecimiento y potenciación de servicios eficientes o, en fin, la búsqueda de la calidad en las acciones formativas de capital humano.

La negociación colectiva constituye el escenario natural en el que pueden concretarse y tomar cuerpo las medidas de reforma del mercado de trabajo que se pacten en el Diálogo Social y sean transpuestas a las leyes respectivas. Una de las más urgentes necesidades de nuestro sistema de relaciones laborales es modificar el principio rector dominante en la gestión de la mano de obra, que de estar anclado en el uso y abuso de reglas de flexibilidad externa (contratación temporal y despido con escasos controles) ha de transitar a fórmulas de flexibilidad interna, negociada y con participación sindical. Y ahí es donde la actividad contractual colectiva puede colaborar de manera eficiente y equitativa. Por lo demás, la adecuada contribución de la negociación colectiva a estas tareas precisa la inmediata y urgente adaptación de su estructura, que ha de racionalizarse a través de unas técnicas de vertebración y articulación dotadas de seguridad y certidumbre jurídica, atributos éstos que son los que, precisamente, hoy no ofrece el marco legal.

Estos cambios han de orientarse hacia la búsqueda de mayores niveles de productividad del trabajo, que no en la disminución en los niveles salariales o en la generalización de la precariedad laboral.

No permaneceremos indiferentes al tiempo que nos ha tocado vivir. Y por ello rechazamos visiones que consideramos profundamente equivocadas, que sólo cualifican como adecuadas las reformas laborales que contienen recortes en los derechos sociales y laborales. Por el contrario, abogamos por un horizonte de cambios estructurales que propicien una economía más productiva y consecuentemente un trabajo decente, más cualificado y, por extensión, más productivo. El trabajo es la fuente primera y esencial de derechos de ciudadanía social, confiere libertad individual, asegura progreso económico, garantiza cohesión y solidaridad social y ofrece seguridad material.

Manifiesto firmado por firmado por alrededor de 800 catedráticos y profesores universitarios y profesionales (economistas, abogados, psicólogos y sociólogos) conocedores del mercado laboral.

D´Escoto y Stiglitz impulsan el papel de la ONU en la crisis

Ayer miércoles 24 de junio comenzó la Conferencia de Naciones Unidas sobre la crisis. La cumbre planteada al más alto nivel se ha quedado en un encuentro internacional que muchos tratarán además que pase lo más desapercibida posible, casi clandestina como dice con razón Joaquín Estefanía. 140 naciones han mandado al final delegación pero sólo 14 están encabezadas por un jefe de estado o de gobierno y 10 de ellos son latinoamericanos. Chávez, Evo Morales y Correa pueden aprovechar esta Conferencia para reafirmar su liderazgo en la región y cargar contra una salida excluyente y en falso de la crisis: Miguel D’Escoto, Presidente de la Asamblea General de UN les ha ofrecido una excelente caja de resonancia.

Ayer comenzó por tanto mi trabajo como delegado de ATTAC en la Conferencia, aunque el día anterior ya se había producido un animado debate en el Foro de la Sociedad Civil que reunió a un centenar de delegados toda la mañana en una sala cedida por Naciones Unidas. Estos encuentros te permiten comprobar la variedad y dinamismo que caracteriza a Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) de todo el planeta, y sobre todo te sirve para ponerles cara a las más activas, a las que Internet ha ofrecido la posibilidad de estrechar lazos y constituirse en redes muy interconectadas, para presionar socialmente en temas comunes. Sí que se observa en cualquier caso unas ciertas diferencias de planteamiento y de temática entre aquellas que provienen básicamente de los países del Sur y el resto.

Pese a la cómoda hora prevista como inicio de la sesión que abre la Conferencia, las 10 de la mañana, ha tocado madrugar porque a las 8:45 estaba convocada una reunión previa en la propia sede de la ONU para debatir la estrategia de las OSC en el desarrollo de la Cumbre. Es una cita que se repetirá los tres días del encuentro internacional y que busca acercar posiciones entre todos y presentar un frente común. Esta primera ha tenido mucho de informativa sobre aspectos prácticos de cómo participar en los debates, aunque también se ha hecho referencia a la Declaración final de la Conferencia, que aún está en discusión, lo que a los movimientos sociales y ONGs nos preocupa mucho por cuanto su redacción pueda escudarse en excesivas ambigüedades e inconcreciones y ni siquiera recoja las propuestas más enjundiosas contenidas en el Informe Stiglitz,

La sesión plenaria se ha desarrollado en la conocida sala de la Asamblea General, en sesiones de tres horas, mañana y tarde. El discurso inaugural del Presidente, el Padre Miguel, ha sido particularmente vibrante para un hombre de 76 años, que ha estado trufado de referencias a la Madre Naturaleza y de llamamientos a salvaguardar el bien común de la Tierra y la Humanidad. Tras una breve intervención del Secretario General, Ban Ki-Moon, en la que ha alertado de la larga duración previsible de los impactos negativos de la crisis, ha comenzado el desfile de jefes de delegaciones por la tribuna, que continuará hoy y mañana.

Uno de los momentos más interesantes de la jornada ha tenido lugar en la sala del ECOSOC donde en la hora del almuerzo se ha producido un rico intercambio de ideas entre la Comisión de expertos que preside Stiglitz y las OSC. Durante hora y media, movimientos sociales y ONGs hemos tenido la ocasión de pedir aclaraciones a los miembros de la Comisión sobre su informe y reflejar nuestras dudas o inquietudes respecto a su contenido. Attac por ejemplo preguntó a la Comisión si estaba de acuerdo en que había llegado la hora de aplicar impuestos globales y de erradicar los paraísos fiscales, para lo cual Naciones Unidas tendría que crear un programa específico como hizo cuando constituyó el Programa para el Desarrollo (PNUD) o para el Medio Ambiente (PNUMA). Yaga V. Reddy primero y Stiglitz después, se mostraron receptivos a la idea desde la Comisión, sobre todo en el tema de los paraísos fiscales, aunque no quisieron pronunciarse abiertamente en lo referente a impuestos internacionales por lo “delicado” que resulta afectar a la soberanía de los estados.

Por la tarde, en la sala plenaria continuaron las intervenciones de las delegaciones. Una vez confirmado que ni Evo Morales ni Correa hablarían el primer día, y que la delegación española aún no había ni llegado a Nueva York, pareció más conveniente dejar la gran sala para asistir a la primera de mesas redondas previstas y que respondía a un título larguísimo: El papel de la Organización de Naciones Unidas y sus Estados Miembros en los debates internacionales en curso sobre la reforma y el refuerzo del sistema financiero y económico internacional y de su arquitectura. En estos debates, al igual que en los plenarios de la Conferencia, las OSC asistimos de oyentes en la tribuna, desde donde seguimos las ponencias desarrolladas por los que interviene desde la mesa, y el turno para que las delegaciones de los países expongan sus posiciones. En este templo de La Palabra que es la ONU, algunos discursos como el de la OMC nos llegaron absolutamente alejados de La Realidad, aunque otros, como por ejemplo el de Cuba o el de Venezuela, nos resultaron ciertamente muy próximos a ella. Es verdad que cada cual tenemos una concepción sumamente particular de lo que es real y lo que no lo es.

Está confirmado que habrá Resolución al final de la Conferencia con lo que el fracaso que desde hace semanas planeaba sobre la sede de la ONU se disipa. Y también se ha aclarado quien sucederá a Miguel D’Escoto cuando en septiembre termine su mandato como Presidente de la Asamblea General: será el libio Ali Treki de quien el Padre Miguel ha declarado que está seguro que impulsará como él lo ha hecho el papel de las Naciones Unidas y su Asamblea General en la resolución de los graves problemas que tiene planteados la Comunidad internacional.

Ricardo García Zaldívar - Delegado de Attac España en la Conferencia de la ONU

domingo, 21 de junio de 2009

FAO: Sufre hambre uno de cada seis habitantes del planeta

Uno de cada seis habitantes del planeta pasa hambre todos los días, la mayor cifra en la historia de la humanidad. No es que las cosechas hayan sido malas. La falta de alimento en las mesas de mil 20 millones de personas en todo el mundo –cerca de 10 veces la población de un país como México y casi el doble de la de América Latina– es provocada por la crisis económica, que ha causado a su vez una disminución en los ingresos de los más pobres y un alza en el desempleo. Así lo reveló un informe de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) difundido este viernes.

El mayor número de personas que pasa hambre vive en Asia y zonas aledañas al Pacífico, con 642 millones, 63 por ciento del total. Pero en América Latina la situación se deteriora: hasta hace un año era la única región en que había habido señales de mejoría en los últimos años; a raíz de la crisis, el número de sus habitantes que padece hambre creció a 53 millones, un incremento anual de 12.8 por ciento, añadió el reporte.

Riesgo para la paz

Por primera vez en la historia de la humanidad, mil 20 millones de personas, una sexta parte de la población mundial, padece hambre, indicó la FAO. Esta crisis silenciosa del hambre supone un serio riesgo para la paz y la seguridad mundiales, planteó Jacques Diouf, director general del organismo, en un texto que acompaña el informe. Y también, según el reporte, es una muestra de que el actual modelo agrícola en el mundo necesita cambios estructurales con carácter urgente.

La FAO asegura que en el último año el número de habitantes del planeta que pasa hambre todos los días aumentó en 100 millones, hasta alcanzar el número de mil 20 millones. La evolución de estos datos en los últimos 12 meses muestra un considerable deterioro de la tendencia observada en los últimos 10 años, que ya era desalentadora, según el organismo. El repunte de la inseguridad alimentaria que se ha producido en 2009 pone de relieve, consideró, la urgencia de encarar las causas profundas del hambre con rapidez y eficacia.

El organismo consideró que una sucesión de crisis es la que ha provocado que el número de víctimas del hambre sea hoy mayor que nunca. La actual recesión de la economía mundial, que siguió al disparo en el precio de los alimentos básicos y al alza en el costo de los combustibles entre 2007 y mediados de 2008 está en el centro del fuerte aumento del hambre en el mundo.

El problema ahora no es que escaseen los alimentos, sino que la gente más pobre y la que se ha empobrecido como consecuencia de la crisis, no puede pagar por ellos.

Señala la FAO: el aumento del número de personas subnutridas no es resultado de limitaciones en los suministros internacionales de alimentos. La producción mundial de cereales será elevada, aunque ligeramente inferior a la producción récord de 2008, que fue de 2 mil 287 millones de toneladas.

Lo que ocurre es que al disponer de menos ingresos, continúa el informe, los pobres ven limitadas sus posibilidades de comprar alimentos, especialmente donde los precios de los mercados internos son todavía persistentemente elevados. Y eso es algo que está ocurriendo en todo el mundo en desarrollo.

Mientras los precios de referencia internacional de los alimentos han disminuido en los últimos meses, los que rigen en los países en desarrollo, y es algo que se observa claramente en Latinoamérica, no han bajado al mismo ritmo, explicó Gustavo Anriquez, economista del departamento de economía del desarrollo agrario de la FAO.

Incluso los precios de alimentos en países en desarrollo se han mantenido 25 por ciento arriba, en términos reales, del nivel que tenían hace dos años, añadió.

Las consecuencias de la reducción de los ingresos como resultado de la crisis económica y los elevados precios de los alimentos han sido devastadoras para las poblaciones más vulnerables del mundo, menciona el informe.

Ante el desempleo, la reducción de los salarios y la disminución de la demanda de su trabajo, las familias procuran mantener los ingresos mediante la migración, la venta de activos –como el ganado– o la participación en nuevos tipos de actividades económicas. Con base en información recabada en todo el mundo, la FAO señala que las mujeres intentan incorporarse a la fuerza laboral como respuesta a la recesión económica. También es posible, abunda, que los niños se vean obligados a participar en actividades laborales remuneradas.

Las familias modifican sus pautas de gastos y reducen las compras de bienes duraderos en relación las de alimentos y otros artículos esenciales. Los gastos en alimentos también tienden a destinarse a alimentos más baratos, ricos en calorías y en contenido energético, como los granos, en detrimento de otros más caros, ricos en proteínas y nutrientes, como la carne, lácteos, frutas y hortalizas, menciona.

En consecuencia, dice, los mecanismos para afrontar la crisis suponen concesiones indeseables pero a menudo inevitables: por ejemplo, es menos probable que las madres trabajadoras pobres procuren obtener atención sanitaria para sí mismas o para sus hijos; la migración podría debilitar la cohesión de comunidades; el retiro de los niños de las escuelas destruye el capital humano a largo plazo; la venta de bienes reduce las existencias de recursos físicos o financieros y no es fácilmente reversible. Y más, según el informe: pasar a consumir alimentos menos nutritivos, o simplemente comer menos, causa malnutrición, afecta a la productividad laboral y reduce el potencial cognitivo de los niños.

Muchos de los que sufren pobreza y hambre en el mundo son pequeños campesinos en los países en desarrollo, comentó Kanayo F. Nwanze, presidente del fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), en un texto divulgado ayer por la FAO. Estos pequeños campesinos tienen el potencial no sólo de cubrir sus propias necesidades sino de mejorar la seguridad alimentaria y catalizar un mayor crecimiento económico, de acuerdo con el experto.

Para liberar ese potencial y reducir el número de víctimas del hambre en el mundo, los gobiernos, con el apoyo de la comunidad internacional, necesitan proteger las inversiones clave en la agricultura, de forma que los pequeños campesinos tengan acceso no sólo a semillas y fertilizantes, sino también a tecnologías adaptadas para ellos, infraestructuras, financiación rural y mercados, abundó.

La FAO dice en su reporte que el universo de seres con hambre aumentaba antes de la recesión que no ha hecho sino agudizar esa tendencia. Esto pone de manifiesto la fragilidad del sistema alimentario actual, que necesita cambios estructurales urgentes, dice.

En la mayoría de los países en desarrollo no existe apenas duda de que invertir en los pequeños agricultores supone crear la red de seguridad más sostenible, en especial en tiempos de crisis mundial, apuntó Nwanze.

Según el reporte, los pobres que viven en ciudades serán quienes tengan más dificultades para hacer frente a la recesión mundial, aunque el hambre también crecerá en el medio rural, dado que millones de residentes urbanos se verán forzados a regresar al campo, de donde habían emigrado en los últimos años.

La FAO insiste en que los países en desarrollo realicen cambios estructurales en sus sistemas de producción de alimentos, así como dar acceso a los pequeños agricultores a medios de producción y tecnologías.

Fuente: La Jornada


sábado, 20 de junio de 2009

"VII Marcha en defensa del Litoral"

"VII Marcha en defensa del Litoral"
Domingo 28 de junio 2009
Desde Portman (La Unión)

http://murcia-nosevende.blogspot.com


Antiguo Puerto de Portmán (Cartagena). Recorrido hasta El Gorguel y vuelta para comer en Portman.
La Coordinadora "La Región de Murcia No Se Vende" ha convocado la "VII Marcha en defensa del Litoral" para el próximo Domingo 28 de Junio.
Este año se centra en denunciar el insostenible y disparatado proyecto de macropuerto en El Gorguel, cuyo promotor es la Autoridad Portuaria de Cartagena, y que de llevarse acabo provocaría graves e irreparables impactos visuales, socioculturales y medioambientales.
Hay que recordar que dicho macropuerto afectaría directamente a espacios protegidos sumergidos y terrestres, como la Sierra de La Fausilla (LIC y ZEPA, entre otras figuras de protección), y que comprometería seriamente otras alternativas como son la regeneración de la Bahía de Portmán, y la puesta en valor de la Sierra Minera de Cartagena, que podrían generar miles de puestos de trabajo estables de manera sostenible, al tiempo que ayudarían a conservar los valores naturales, paisajísticos y culturales de la zona.
Para dicha marcha proponen dos alternativas:
Una ruta a pie desde Portmán a El Gorguel y una ruta alternativa en piragua.
Al final de la marcha se podrá comer el clásico caldero de la zona comprando uno de los tickets que la organización ha puesto a la venta (información y reservas: http://murcia-nosevende.blogspot.com)
SE HAN SACADO
- TICKETS PARA EL AUTOBÚS DESDE MURCIA (8 € IDA Y VUELTA).
- TICKETS PARA EL MACROCALDERO (7 € INCLUYE BEBIDA Y FRUTA) - Como novedad se servirá con platos, vasos y cubiertos compostables, más ecológicos que los de plástico.
- TICKETS PARA RUTA EN PIRAGUA (20 € POR PERSONA, DICEN QUE PARA ABARATAR SI 2 SE PONEN DE ACUERDO UNO PUEDE HACER LA IDA Y OTRO LA VUELTA).
TICKETS ESTÁN A LA VENTA EN MURCIA:
- DISCOS TRAFICO,
- CAFETERÍA ITAKA
- SINDICATO STERM
- SEDE DE ECOLOGISTAS EN ACCIÓN
SI VAS A COMPRAR TICKETS HAZLO CUANTO ANTES PARA FACILITAR LA ORGANIZACIÓN.
Más información:
Coordinadora "La Región de Murcia No Se Vende"
murcia-nosevende.blogspot.com

Cumbre de la ONU sobre la crisis: ¿Cuál es la estrategia o la ideología del Gobierno español?

El Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero ha movilizado recientemente toda la maquinaría diplomática de España para conseguir que nuestro país estuviese representado en el foro del G-20, que ahora se ha convertido en G-22 (con la inclusión también de Holanda). La participación de España en este foro informal de potencias consagradas y emergentes, que tiene como meta reconfigurar el sistema económico y financiero mundial, se presentó a la ciudadanía como una cuestión de Estado. La imagen internacional de nuestra nación estaba en juego. Por su historia, su cultura y su posición como la octava economía del mundo, España no se podía permitir el lujo de quedar fuera de esta institución, nos decían desde la Moncloa. Gracias a un gran esfuerzo diplomático ciertamente exitoso (sobre todo en relación a Brasil) y la ayuda inestimable de Francia (a la que le debemos otro favor), Zapatero pudo estar tanto en Washington como en Londres en las cumbre del G-20. España es ahora parte del Consejo de Estabilidad Financiera (CEF) internacional y es difícil que la saquen del mismo. La pregunta que nos hacemos sin embargo es: ¿Qué pinta España en esos foros? ¿Qué influencia tiene nuestro Gobierno? Porque la verdad es que la prensa internacional sólo saca a Sarkozy, Merkel, Brown y a Berlusconi. ¿Qué es de Zapatero y de sus propuestas para rehacer el capitalismo con una vertiente más progresista, siguiendo la línea fundadora del Partido Socialista Obrero Español?

La conferencia de las Naciones Unidas sobre la crisis económica y financiera, que se celebrará del 24 al 26 de junio en Nueva York tras la publicación en estas últimas semanas del ‘atrevido’ informe sobre la reforma del sistema financiero y monetario internacional redactado por la comisión de expertos encabezada por el premio Nobel de economía Joseph Stiglitz, puede que nos aclare de alguna manera estas dudas. España ha estado fuera de este proceso desde el inicio. En la comisión de expertos, como era de esperar, estuvieron representantes de las grandes potencias: Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y China, todos miembros del Consejo de Seguridad. Pero también hubo representación de países como Alemania, Japón, Brasil, Egipto y la India, que se ven con responsabilidad de influir los destinos del mundo. ¿Qué pasa con España? ¿Por qué no está entre los grandes?

Hace unos días Attac le preguntó a nuestro ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, sobre la conferencia en cuestión y él le restó importancia, subrayando las dificultades que existen para poner de acuerdo a tantos Estados. España enviará a un secretario de estado, probablemente Soraya Rodríguez, la secretaria de cooperación internacional. Nadie sabe en estos momentos cual es la posición de nuestro país en relación a este proceso, que para muchos tiene mayor legitimidad mundial que el G-22 porque se realiza bajo el amparo legal de los 192 países que forman la Asamblea General de las Naciones Unidas y no bajo el marco informal de un club exclusivo que deja de lado a los más desfavorecidos del planeta. Parece que, como casi siempre, España no se compromete con el proceso y deja a otros decidir.

El Gobierno socialista de Zapatero pierde así una nueva ocasión para establecer una estrategia diplomática internacional de país independiente. Está muy bien crear Alianzas de Civilizaciones bajo el amparo de la ONU, pero cuando llegamos a los temas claves de política-económica España vuelve a escurrir el bulto. El Informe Stiglitz es en nuestra opinión uno de los mejores y más atrevidos análisis que se han hecho de la crisis mundial que está asolando nuestro país. En él se identifican claramente las causas de la misma, que tienen que ver más que nada con el pensamiento neo-liberal, dominante históricamente en los países anglosajones, pero traspasado en los últimos años a la Europa continental, de que los mercados se autorregulan y por tanto hay que evitar cualquier tipo de intervención estatal. Esta crisis ha demostrado que esta forma de pensar lleva a efectos desastrosos y los expertos alrededor de Stiglitz así lo entienden. El Gobierno socialista de Zapatero, si es fiel a sus ideales, debería apoyar en la mayor medida de lo posible este análisis sobre todo porque hay otros gobiernos, con estrategias nacionales propias, que se oponen a las conclusiones y propuestas del informe por considerar que son demasiado radicales y van contra el estatus quo establecido.

Aquí se ve de nuevo la influencia política que tienen los intereses corporativos y financieros de los Estados Unidos y el Reino Unido en la reestructuración del sistema económico mundial. Está claro que estos dos países quieren evitar por todos los medios que el Informe Stiglitz y la conferencia de las Naciones Unidas lleguen a buen puerto. Para ello han intentado minar el proceso desde la publicación del primer borrador. En el informe se pide una reforma completa y exhaustiva del sistema financiero mundial y no un simple maquillaje como el que se está forjando en el seno del G-22. Entre otras cosas se exige una regulación real (y no ficticia) de todos los actores, espacios y productos en el sistema financiero mundial, más libertad para establecer control y tasación de transacción de capitales para preservar los bienes públicos globales, el establecimiento de un sistema bancario público que sirva para financiar proyectos sociales a largo plazo, la creación de una moneda universal que sustituya el dólar y evite la volatilidad recurrente en los mercados de divisas, el establecimiento de un Consejo Económico dentro de la ONU que esté a la par con el Consejo de Seguridad y la reforma de instituciones obsoletas como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

Mientras Estados Unidos y el Reino Unido se oponen tajantemente a estas propuestas porque minarían los intereses de Wall Street y la City de Londres, China y Alemania, por ejemplo, tienen mucho interés en que la conferencia tenga éxito. China está promulgando con insistencia desde hace varios meses la creación de una moneda global para poder deshacerse cuanto antes de la montaña de dólares que tiene acumulada. Ve que en el G-22 no hay muchas ganas de hablar sobre el tema y por eso quiere abrir el debate en las Naciones Unidas. Alemania, por su parte, ve difícil conseguir a corto plazo un puesto en el Consejo de Seguridad, con lo cual, dado su peso económico, ha tomado la estrategia de establecer el Consejo Económico. Una idea que ha salido de Angela Merkel justo antes del G22 y que también, por razones obvias, no ha levantado mucho interés por parte de los estadounidenses, británicos y franceses. Los alemanes esperan que el informe y la conferencia sirvan para promover la idea entre los países que no están en el Consejo de Seguridad ni en el G22.

Dicho esto, la pregunta vuelve a ser la misma. ¿Cuál es la posición o la estrategia de España en relación al Informe Stiglitz? Viendo el carácter progresista del informe, queremos pensar que el Gobierno de Zapatero respalda totalmente la propuesta y está haciendo todo lo que puede detrás de bastidores para conseguir establecer un sistema financiero mundial más regulado, más equitativo y más sostenible. Por ahora, sin embargo, la realidad nos dice todo lo contrario. España va a firmar lo que acuerden otros porque el Gobierno socialista no tiene ni estrategia ni ideales.

Attac, que estará presente en la conferencia de las Naciones Unidas sobre la crisis económica y financiera como movimiento social invitado, presionará con todas sus fuerzas junto al resto de las organizaciones de la sociedad civil para que las propuestas del Informe Stiglitz se concreten en reformas que hagan menos injusto e insostenible el planeta. De lo que haga nuestro Gobierno en esta conferencia informaremos a nuestro regreso.

Miguel Otero. Comisión de Justicia Fiscal Global de Attac España

Sobre la Conferencia de la ONU de junio de 2009

La ONU ha convocado una conferencia sobre la crisis económica mundial (1). En este sentido, es necesario precisar el tipo de postura a adoptar, toda vez que la crisis económica ha modificado los términos del debate ideológico y ha abierto, sin duda, un nuevo período.

Las posturas presentes

Si se deja de lado la franja de ideólogos ultraliberales que consideran que es el exceso de reglamentación lo que ha conducido a la crisis actual, dos posturas son hoy las que se debaten entre las clases dirigentes, las élites político-administrativas y los intelectuales que las siguen.

La primera postura considera la crisis como fruto de disfunciones momentáneas de los mercados debidas a excesos que es necesario corregir. El objetivo, en esta situación, consiste en intentar regular las imperfecciones producto del no cumplimiento de las normas de los mercados que reveló la crisis. Se cuestionan la falta de transparencia de algunos productos financieros demasiado complejos, el papel inadecuado de las agencias de notación, la codicia de algunos agentes financieros, etc. Se trata pues de adoptar hoy medidas urgentes, como los planes de reactivación, para limitar los daños y si es posible revertirlos, como la nacionalización de algunos bancos, y no plantear más que el mínimo de obstáculos a los mercados financieros. Básicamente la idea es volver a la situación previa e impedir que se reproduzca una nueva crisis. El lugar de la industria financiera, de las finanzas de mercado, ya no se pone obviamente en entredicho en absoluto. A efectos prácticos, llamaremos aquí esta postura neoliberal reformada.

Es en gran medida la dominante hoy entre las clases dirigentes, y la que inspira las posiciones del G20. El momento de pánico de mediados de septiembre de 2008 pasó ya, y los neoliberales reformados quieren creer que el hundimiento financiero se evitó definitivamente, y que la recesión, ciertamente grave, será de corta duración, a la vez que prevén la recuperación para 2010, o incluso a finales de 2009. La crisis no ha traído pues, –¿por ahora?– ningún cambio de paradigma entre las clases dirigentes. Ciertamente, hay divergencias entre ellas o entre algunas instituciones –por ejemplo la política de la Reserva Federal estadounidense (FED) no es la misma que la del Banco Central Europeo (BCE) y se debate sobre la amplitud de los planes de reactivación–, pero básicamente la perspectiva sigue siendo la misma. Se trata de restaurar el antiguo orden, intentando borrar las imperfecciones que pudieron conducir a la crisis actual.

Otra postura, que llamaremos para simplificar regulacionista considera en cambio que la crisis es muy profunda y que tiene su fuente en la misma dinámica de las finanzas de mercado. Para esta postura, la raíz de la crisis viene de la incapacidad de autocontrol de éste, ya que por naturaleza los mercados financieros tienden a la inestabilidad y su dinámica implica automáticamente la formación de burbujas que no pueden sino estallar. Los regulacionistas preconizan pues limitar el funcionamiento de los mercados financieros mediante normas estrictas y permanentes. Los más lúcidos conectan incluso la burbuja del crédito al estancamiento de los salarios, sin por ello extraer conclusiones prácticas. Los regulacionistas no ponen en entredicho la existencia de la industria financiera. Quieren limitar sus excesos, imponiéndole normas que puedan supuestamente impedir las crisis financieras.

Estas dos posiciones no son obviamente homogéneas y existe, en realidad, un continuo que permite pasar de una a la otra.

Una tercera postura, que llamaremos a falta de algo mejor la postura altermundialista, es la adoptada más o menos claramente por los movimientos sociales, las organizaciones sindicales, algunas asociaciones y algunos partidos políticos. Puede compartir con los regulacionistas el análisis de la dinámica de las finanzas de mercado, pero la conecta a las transformaciones que se produjeron en la esfera productiva con la instauración del capitalismo accionarial. Es la dinámica de la lógica accionarial la que, al aplicar una compresión salarial amplia, alimentó las finanzas de mercado. En este marco, creer que se puede limitar la actividad de la industria financiera sin afectar al capitalismo accionarial y sin poner en entredicho el reparto de la riqueza producida que éste impone, resulta bastante inútil. No se trata solamente de contener las finanzas de mercado, sino de partirle el espinazo e imponer un nuevo tipo de desarrollo dirigido a la satisfacción de las necesidades sociales, la reducción masiva de las desigualdades y la aplicación de los imperativos ecológicos.

El informe Stiglitz

En el marco de la preparación de la citada conferencia del presente mes, el presidente de la Asamblea General de la ONU ha creado una comisión encargada de presentar propuestas. Está presidida por Joseph Stiglitz que, aunque pertenece al establishment, no ha ahorrado estos últimos años sus críticas contra el capitalismo financiero. Además, la comisión integra en su seno a un militante altermundialista reconocido, François Houtart. El informe resultante de los trabajos de esta comisión es especialmente interesante por lo que revela el punto de equilibrio alcanzado.

El informe reconoce que la crisis no es solamente económica, sino global y que se trata, en particular, de una crisis social. Se admite la disparidad creciente de las rentas en la mayoría de los países. Se aborda la crítica de las políticas efectuadas por las instituciones internacionales y los bancos centrales. Aún cuando critica de paso los acuerdos comerciales actuales, el informe no pone sin embargo en entredicho el dogma del libre comercio generalizado, y pone en guardia contra el proteccionismo, sin plantear la cuestión de qué es lo que hay de proteger, quién puede hacerlo y de quién hay que protegerlo. Se sospecha de los planes de reactivación en el sentido de que pueden falsear las reglas económicas del juego.

Resulta por otra parte llamativa la extrema timidez de las propuestas. No solamente el informe se concentra únicamente en la esfera financiera, sino que incluso en este terreno las propuestas siguen siendo limitadas, tanto sobre los bancos, como sobre los productos derivados o la titulización. Da incluso su “apoyo a la innovación financiera destinada a mejorar atenuación de los riesgos (…) y a fomentar todo lo que pueda contribuir a que los mercados desempeñen mejor sus funciones.”

No se trata en absoluto de pensar ingenuamente que tal comisión habría podido adoptar posturas altermundialistas. Pero a partir de una crítica bastante lúcida del sistema actual, resulta incapaz de proponer un verdadero cambio de paradigma, incluso permaneciendo en el marco del capitalismo, como el fordismo pudo serlo en su tiempo.

Por lo que se refiere a la gobernanza del sistema, el informe propone dos innovaciones. La primera es crear en el marco de la ONU un grupo de expertos que aconseje a la Asamblea General, basado en el modelo del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (GIEC). Aunque el informe precisa que tal organismo debería incluir a representantes de los movimientos sociales internacionales, el planteamiento revela una cierta ingenuidad cientifista. Contrariamente a la evolución del clima, cuya medida remite a un planteamiento científico, aunque los apriorismos no deben nunca excluirse completamente, la economía no es una ciencia cuya suerte pueda regularse por expertos, sino que es resultado de opciones políticas y sociales, y, en consecuencia, de relaciones de fuerzas.

El informe propone también la instauración de un Consejo mundial de coordinación económica que se reúna a escala de Jefes de Estado o de Gobierno para definir las grandes orientaciones en los ámbitos económico, social y ecológico. El informe indica que debería garantizar una representación de todos los continentes y de todos los grandes países, teniendo a la vez una composición suficientemente limitada. Es difícil ver cuál pueda ser la diferencia concreta entre tal organismo y el actual G20 al que se supone que sustituiría.

¿Qué postura?

La apuesta de la postura neoliberal reformada es que la crisis no resurja ni empeore. Si tal es el caso, la esperanza es administrar relativamente tranquilamente las tensiones inherentes a la situación. Las tensiones sociales internas a cada país en primer lugar: hay que reconocer que, por el momento, éstas están bajo control. Aunque en algunos países hayan tenido lugar movilizaciones sociales muy importantes, no han conseguido pesar significativamente sobre las políticas públicas, y las explosiones de cólera han estado, por el momento, limitadas, (el caso de Grecia no invalida el diagnóstico global.)

A continuación, las tensiones geoestratégicas entre grandes países, de ahí la rápida instauración del G20. Si, desde nuestro punto de vista, se puede pensar que estas reuniones parieron un ratón, la parte fundamental para los gobiernos, más allá de la puesta en escena destinada a la opinión pública, era dotarse de un marco estable de tratamiento de conflictos, con el fin de evitar que la crisis pudiera llegar a confrontaciones incontroladas y a un repunte de los extremismos.

La crisis de los años treinta desembocó en un nuevo capitalismo y un compromiso social inédito. Si, en teoría, una evolución de este tipo no puede excluirse, no se dan por el momento las condiciones, lo que no quiere decir que no existirán nunca. En efecto, para que las clases dirigentes acepten un nuevo paradigma que ponga en entredicho sus privilegios, por poco que sea, sería necesario no sólo una agravación considerable de la crisis actual, sino también el hecho de que se sintieran amenazadas en su existencia. Sería necesario un movimiento de contestación del orden social existente de una amplitud mayor al de hoy.

Por último, es preciso señalar que después de Segunda Guerra Mundial se vio en numerosos países una renovación muy importante de las capas dirigentes político-administrativas, lo que favoreció considerablemente la instauración de este nuevo compromiso social. En cambio, por ejemplo, el gobierno Obama se puebla de individuos que participaron activamente, años atrás, en la desregulación financiera. Ciertamente, la gente puede cambiar y es aún demasiado pronto para hacer un balance del gobierno Obama. El mismo Roosevelt llevó a cabo una política contradictoria. Sin embargo, el plan de tratamiento de los activos tóxicos de los bancos, muy favorable al sector privado, y la negativa del gobierno Obama a poner límites a la remuneración de los banqueros son desde este punto de vista aspectos muy significativos. Incluso más allá de los Estados Unidos, la continuidad del personal política en los países dominantes dificulta pues aún la aparición de una alternativa al neoliberalismo reformado en el seno de las clases dirigentes actuales.

Esta situación explica en parte porqué los regulacionistas no tienen el viento en popa, al mismo tiempo que se podría creer que representan la solución racional para el capitalismo.

El movimiento altermundialista ha hecho de la denuncia del capitalismo financiero uno de sus leitmotives. Con todo, la crisis no lo reforzó, si bien el último Foro Social Mundial (FSM) tuvo un cierto éxito. Mientras que la denuncia de las fechorías del neoliberalismo era su marca de fábrica, hoy esta denuncia forma parte completamente del dominio público. Aunque que el movimiento altermundialista tenga un diferente análisis de la crisis y las propuestas que ponen en entredicho los fundamentos del capitalismo financiero, tiene dificultades para aparecer como portador de una alternativa global, y sobre todo de propuestas capaces de movilizar la sociedad. Sus posiciones aparecen como una variante más de una serie donde los puntos en común parecen más numerosos que las divergencias. En resumen, estamos en un momento concreto en el cual, incluso más allá de una serie de dificultades, es la independencia estratégica del movimiento lo que está en juego.

Sin embargo, nada indica a priori que la situación esté estabilizada, y la evolución pueden producirse rápida y precipitadamente. La crisis financiera puede rebrotar, la recesión puede instalarse con carácter permanente, las divisiones entre las grandes potencias acentuarse, pueden desarrollarse alternativas como en América Latina, y los movimientos sociales tomar una nueva amplitud. Tal situación implicaría una redistribución de las cartas, sin embargo no es hoy el caso. Es en el marco actual en el que hay que comprender la conferencia de la ONU sobre la crisis económica y financiera de junio de 2009, y la localización que debe tomarse con relación ella.

Hay tres posturas posibles. La primera consiste en decir que todo esto no tiene ninguna importancia, que la ONU está en cualquier caso bajo la égida de las grandes potencias y que el resultado final no podrá sino reflejar este estado de hecho. Esta postura tiene una ventaja evidente: es clara y se basa en realidades innegables. Tiene un inconveniente principal, nos impide formar alianzas a fin de aprovechar las contradicciones del campo contrario, y no nos permite ninguna victoria ni siquiera parcial. Se trata pues de una postura testimonial.

La segunda postura, que será la probablemente la de muchos movimientos ciudadanos, es prestar un apoyo más o menos crítico al proceso en curso que considera que la ONU, el G192, es a pesar de todo más democrática que el G20, y considerar que el informe Stiglitz, aunque imperfecto, es un punto de apoyo. Esta postura plantea dos problemas bastante entrelazados. El primero remite al marco de la ONU. Es ilusorio pensar que, por naturaleza, se trataría de un marco más democrático que el G20. Incluso más allá del hecho de que numerosos países representados sean dictaduras oligárquicas, y sin entrar en el debate sobre la naturaleza de las democracias representativas, la ONU será simplemente, como el G20, la escena donde se establecerá el punto de intersección de las fuerzas entre los intereses de las grandes potencias, y de las empresas a ellas vinculadas, si las relaciones de fuerzas creadas por los movimientos sociales y ciudadanos siguen siendo lo que son.

Este punto remite al segundo problema, la independencia estratégica del movimiento altermundialista. Apoyar de manera crítica el proceso en curso en la ONU no plantearía ningún problema si, por otra parte, el citado movimiento hubiera sido capaz de hacer claramente oír su voz y sus propuestas alternativas, siquiera sobre algunos temas clave, y en consecuencia de organizar movilizaciones ciudadanas significativas. Ahora bien esto dista mucho de ser el caso. Apoyar, incluso de manera crítica, el proceso en curso, equivale pues a abdicar, de hecho y al menos por un tiempo, toda veleidad de delimitación, y a transformarse en sustitutivo de combates de los que no controlaremos ni los contornos, ni los resultados.

Salir del dilema –simple testimonio o desaparición política– no será sencillo. Un tercer tipo de postura es sin embargo posible. Se puede descomponer en cuatro puntos:

1) Ni la ONU ni el G20, ni ningún organismo internacional es hoy legítimo: el G20 agrupa los países más ricos, la ONU no tiene un funcionamiento democrático ya que está dominada por las grandes potencias y, además, está formada por Estados mucho de los cuales son no democráticos;

2) Sea cual sea la instancia que se reúna, afirmamos una serie de exigencias fundamentales a escala económica, social y ecológica para transformar la situación. Sería preciso hacer una corta lista de comprensión inmediata y, en consecuencia, asumible por la opinión pública;

3) Estamos dispuestos a apoyar todo proceso que vaya en el sentido de la satisfacción de estas exigencias;

4) Por último, en las reuniones de estas instancias, tomamos todas las iniciativas posibles para hacernos oír, sensibilizar la opinión pública y mejorar nuestra relación de fuerzas.

Se trata pues de tener un hilo conductor que nos saque del simple testimonio y nos lleve a librar batallas políticas y campañas sobre temas concretos, sin por ello transformarnos en una fuerza supletoria de combates que no son los nuestros.

Traducido para Rebelión por S. Seguí

(1) “Las Naciones Unidas celebrarán una cumbre de líderes mundiales en su Sede durante tres días, del 24 al 26 de junio de 2009, para analizar la peor crisis económica que ha vivido el mundo desde la Gran Depresión. El objetivo es determinar respuestas de emergencia y de largo plazo para mitigar los efectos de la crisis, especialmente en las poblaciones vulnerables, e iniciar un necesario diálogo sobre la transformación de la arquitectura financiera internacional, teniendo en cuenta las necesidades y preocupaciones de todos los Estados Miembros.” http://www.un.org/es/ga/econcrisissummit/

Pierre Khalfa - ATTAC Francia

miércoles, 17 de junio de 2009

Por fin un G-192 que ponga en su lugar al G-20

Naciones Unidas (NU) ha convocado del 24 al 26 de junio en su Sede de Nueva York a una Conferencia sobre la crisis a los 192 Estados Miembros que forman parte de la organización mundial. El objetivo, según la propia ONU convocante, es determinar respuestas de emergencia y de largo plazo para mitigar los efectos de la crisis, especialmente en las poblaciones vulnerables, e iniciar un necesario diálogo sobre la transformación de la arquitectura financiera internacional, teniendo en cuenta las necesidades y preocupaciones de todos los Estados Miembros.

El Presidente de la Asamblea de NU, Miguel d’Escoto Brockmann, ha sido el encargado de organizar esta Cumbre «al más alto nivel». Además de las sesiones plenarias, la Conferencia ha programado cuatro mesas redondas con los líderes mundiales, representantes del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional y del sector privado. Las organizaciones de la sociedad civil (OSC) han sido invitadas también a participar en las mesas y Attac, que ha sido una de las admitidas en la Conferencia, estará con ellas en Nueva York haciendo valer sus propuestas.

Las cuatro mesas planteadas por d’Escoto son las siguientes: 1) los efectos de la crisis sobre el empleo, el comercio, la inversión y el desarrollo, incluida la consecución de los objetivos de desarrollo convenidos internacionalmente y los Objetivos de Desarrollo del Milenio; 2) las iniciativas y medidas apropiadas para mitigar los efectos de la crisis sobre el desarrollo; 3) el papel de las Naciones Unidas y sus Estados Miembros en el debate internacional en curso sobre la reforma y el fortalecimiento del sistema y la arquitectura financieros y económicos internacionales; y 4) las contribuciones del sistema de las Naciones Unidas para el desarrollo en respuesta a la crisis

Distintos movimientos, redes y organizaciones sociales de muchas partes del planeta han valorado muy positivamente la iniciativa de la ONU y por ello han enviado a los Presidentes y Jefes de Estado de sus países respectivos una carta resaltando la importancia de participar en la Cumbre de junio. Por ejemplo, Attac España remitió a Zapatero una carta el 10 de mayo en la que le instaba a asistir a Nueva York para debatir junto a los líderes de los 192 estados miembros las medidas a adoptar para salir de la crisis, ya que, como se dice textualmente en el escrito enviado a la Moncloa, (…) el G-20, pese al altísimo porcentaje que contabiliza del PIB mundial, solo representa a una pequeña parte del conjunto de Estados que forman nuestro planeta y no debe ser quien decida en solitario.

Attac ha querido unirse así a otras OSC en la denuncia de las respuestas avanzadas por grupos excluyentes como el G8, el G20 y las propias Instituciones Financieras Internacionales, que se afanan por salvar el sistema financiero aunque sea sobre las espaldas de las mismas poblaciones y países que hace mucho tiempo vienen pagando los costes de la crisis.

Para las OSC, la Conferencia de Nueva York debe convertirse en el espacio legítimo para consensuar respuestas respetuosas de los derechos humanos y ambientales y para hacer avanzar la construcción de un nuevo paradigma de relaciones socioeconómicas, financieras y ambientales a nivel mundial. Es en el G-192 y no en el G-20 donde han de articularse propuestas y planes de acción para modificar radicalmente un sistema global económico y financiero que ha colapsado con la crisis, buscando la aprobación de iniciativas tales como la creación de una moneda de referencia internacional, independiente del cualquier Estado, la gestión pública de los bienes públicos globales (océanos, espacio, ciberespacio…), cuyo uso privado ha de ser sujeto a impuestos globales para el bien de todos, o el reforzamiento del ECOSOC (Consejo Económico y social de las Naciones Unidas) como institución democrática de gobierno mundial.

¿Y cual es la postura del Gobierno de España? Hace unos días Attac le preguntó a Miguel Ángel Moratinos sobre la estrategia de España en la conferencia de la ONU, y si el gobierno contaba con enviar una delegación del más alto nivel. Contestó que ni el Presidente ni el Ministro tenían pensado acudir por problemas de agenda, para tratar a continuación de restar importancia a la Cumbre de Nueva York. Efectivamente, en el Ministerio nos han confirmado después que el gobierno español enviara una delegación encabezada por Soraya Rodríguez, la secretaria de cooperación internacional, pero lo que la ciudadanía sigue si saber en estos momentos es cual va a ser la posición de nuestro país en la Conferencia de la ONU. Lo previsible es que España tenga una participación de bajo perfil, impropia para un país de su importancia internacional y para un gobierno que se considera progresista.

Attac ha hecho un esfuerzo por estar presente en las mesas redondas de la conferencia de las Naciones Unidas sobre la crisis económica y financiera, y en ellas presionará junto al resto de las OSC para que las propuestas de la Comisión de Expertos creada por D’Escoto y presidida por Stiglitz se concreten en reformas que hagan menos injusto e insostenible el planeta. Desde Nueva York iremos informando de su desarrollo y de las posiciones mantenidas por nuestro Gobierno.

Ricardo García Zaldívar - Delegado de Attac España en la Conferencia de la ONU