Este artículo detalla las
razones por las cuales la huelga general está más que justificada en
respuesta a las políticas que está realizando el gobierno conservador de
España.
Mírese como se mire, muchas de las
políticas públicas del gobierno del Partido Popular tienen como objetivo
disminuir los salarios y reducir la protección social. Tal objetivo se
justifica con el argumento de que hay que recuperar la confianza de los
“mercados financieros”, temerosos éstos de que el elevado déficit del
Estado español imposibilite el pago de los intereses de la deuda
pública, creando un grave problema para tal Estado, pues no podrá
conseguir dinero prestado de tales mercados para realizar sus funciones.
Esta justificación ha adquirido la dimensión de dogma, impuesto por las
autoridades que rigen la Eurozona y la Unión Europea. En realidad,
tales autoridades ya han nombrado un supervisor que instruya al gobierno
español sobre cuándo y cómo alcanzar tales objetivos, convirtiendo a
España en un protectorado, con escasa soberanía y capacidad de decisión
nacional. Tal argumento requiere para su sostenibilidad que la población
crea que tales medidas, que son altamente impopulares, son necesarias
para recuperar su bienestar, presentándolas como las únicas posibles.
Lo que la ciudadanía
debería conocer (y no es fácil que conozca, debido a la escasísima
diversidad ideológica existente en los medios de información y
persuasión del país) es que cada uno de los supuestos que sostienen tal
justificación es erróneo. La evidencia científica ampliamente disponible
muestra los siguientes hechos:
- La falta de confianza
de los llamados mercados financieros hacia la economía española no se
debe, en este momento, al “excesivo déficit” o a la “excesiva deuda
pública” (más baja que la de Alemania), sino al escaso crecimiento
económico, que empeorará con las medidas de recortes de gasto público
(incluyendo gasto público social) y de empleo público, y con la
reducción de los salarios. La evidencia de que tales medidas empeorarán
la situación económica es abrumadora. Ha pasado en Grecia, está pasando
en Portugal, y ocurre también en España.
- Los intereses de la
deuda pública están altamente influenciados por el comportamiento del
Banco Central Europeo (BCE), el cual es, en realidad, más un lobby de la
banca que un banco central. El BCE está ayudando masivamente a la banca
europea (incluyendo la banca española) a costa de no ayudar a los
Estados. Si el Banco Central Europeo fuera un banco central, España y
los otros países periféricos de la Eurozona no tendrían el problema que
tienen en poder vender deuda pública, pues tal banco compraría tanta
como fuera necesario para bajar sus intereses. Ahora bien, el hecho de
que el Banco Central Europeo no intervenga y ayude a los Estados
comprando deuda pública directamente, es precisamente para beneficiar a
los bancos. La evidencia de que esto es así es también abrumadora.
- En realidad, el
elevado desempleo de España no se debe ni a las “supuestas” rigideces
del mercado de trabajo ni a la “excesiva” protección social. España fue,
en 2011, el país junto con EEUU e Irlanda, donde proporcionalmente se
despidieron más trabajadores, tanto fijos como temporales. Y el gasto
público social por habitante es el más bajo de la UE-15 (el grupo de
países de semejante nivel de desarrollo económico al español). La
evidencia científica de que los recortes sociales y las reformas del
mercado laboral no solo no crearán empleo sino que lo destruirán, es
contundente y abrumadora.
La pregunta que el
lector se hará es: ¿por qué, entonces, el Partido Popular hace tales
políticas? La respuesta es que los intereses que representan –la banca y
la gran patronal- sí que se están beneficiando de estas políticas. En
realidad, están consiguiendo lo que siempre han deseado. Están
utilizando la crisis que ellos crearon (y muy en especial, la banca)
para alcanzar lo que siempre quisieron, es decir, bajar los salarios,
disminuir la protección social y privatizar el Estado del Bienestar. Y
lo están haciendo sin que hubiera un mandato popular. En realidad,
habían negado que harían cada una de las medidas que están ahora
implementando. Este insulto democrático debe denunciarse en una
democracia. Y la manera de responder es con una huelga general.
Una última
observación. No es casualidad que los países que tienen mayores
problemas económicos y financieros en la Eurozona son aquellos países
que han estado dominados por periodos más largos de su historia, por las
fuerzas conservadoras: Grecia, Portugal y España. En estos países, los
Estados han sido influenciados en gran manera por la banca, la gran
patronal y las grandes fortunas, que explica la regresividad de sus
políticas fiscales y el gran fraude fiscal. Según los técnicos de la
Agencia Tributaria del Estado español, el 72% de todo el fraude fiscal
en España lo realizan estos grupos, cuya influencia sobre el Estado es
enorme. Esta situación explica la pobreza del Estado español (tanto
central, como autonómico y municipal), su deuda pública y el
subdesarrollo de su Estado del Bienestar. Son estas mismas fuerzas
financieras y económicas las que ahora están imponiendo tales políticas,
con el apoyo de las elites gobernantes de la Eurozona. De ahí que una
huelga general es también una continuación de una larga historia para
recuperar la democracia y el bienestar de la ciudadanía, denunciando los
responsables, dentro y fuera de España, de su escaso desarrollo social.
Vicenç Navarro
v.navarro.org
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