domingo, 12 de agosto de 2012

Retomando la calle, haciendo política:Primavera árabe,15M y más. "Vicios vs nuevas virtudes tácticas"

Este texto es un resumen de una entrada preparada por la autora, activista en la lucha por la neutralidad de la red, para un curso organizado por X.net. Puedes leer el texto original aquí.

Hemos aprendido de la Red y de cómo puede extrapolarse a todos los espacios de lucha. Internet no es sólo una herramienta, es una época histórica y un campo de batalla. El desarrollo tecnológico modifica las formas de organización, de pensar y de ver el mundo. Es la oportunidad de actuar diferente y cambiar las reglas del juego. La Red está en continuo movimiento y evolución, es lo que la caracteriza. Lo que podemos retener es la esencia, la filosofía, la ética de estas prácticas, más que las prácticas en sí.

Las observaciones recogidas en este texto se refieren a la manera de estructurar acciones políticas. Estamos hablando de acciones desde dentro de la lógica ilógica del sistema. Como es obvio, siempre hemos de ponderar tácticamente qué es lo que el momento histórico nos pide. Por ejemplo: es claramente diferente la acción que pedía el momentum del principio del 15M a lo que el 15M necesita ahora.

1) Hay que venir llorados de casa
Parece obvio, pero no lo es: siempre nos hemos de preguntar qué objetivo tenemos. Ha de ser concreto, no una hipótesis. Las legítimas ilusiones, los sueños, los dogmas, la fe, hay que llevarlos con nosotros pero guardados en el fondo de nuestro corazón/mente. En el espacio común de la lucha sólo se vuelcan cosas concretas que se puedan/ deban conseguir. A menudo, hablando de objetivos, la parte de la crítica suele redundar; la de la propuesta o de la re-afirmación suele ser demasiado débil y privada de fundamento.

Saber lo que no se quiere es fácil, porque se experimenta; saber lo que se quiere es difícil porque, para que tenga consistencia, debe contener invención y experiencia a la vez. Lo que hemos aprendido en internet, de la ética de la Red y de la ética hacker, es que no se reclama que las cosas ‘se hagan’, sino que se hacen. Si reclamamos algo es que sea retirada cualquier tipo de traba al ‘hacer’.

2) Quiénes queremos ser y quiénes somos: un individuo, un grupo cerrado, un grupo abierto o difuso, una plataforma de grupos y/o personas, etc. Podemos ser varias de estas identidades a la vez, pero debemos ser conscientes de los diversos comportamientos que implican. Mezclarlas de forma inconsciente puede resultar fatal táctica e incluso ‘legalmente’. La opción de cada una de estas identidades no significa sustraerse a los espacios de interacción globales voluntarios o inevitables –la asamblea o el barrio, la ciudad...–. Ocupamos y operamos en todos los espacios posibles, pero respetamos el formato de la identidad que cada dinámica requiere.

Manada: está constituida por un gran número de agentes simples que interactúan entre ellos y con su ambiente. Su comportamiento colectivo es descentralizado y auto-organizado, actúa como una unidad en movimiento conjunto, pero su función emerge del comportamiento no coordinado de individuos que buscan su propio bienestar. En la manada cada individuo se encuentra espontáneamente y según sus aptitudes desempeñando funciones diferentes durante breves períodos hasta que otro individuo naturalmente toma el relevo... La manada no puede actuar con agilidad y precisión, pero tiene grandes poderes de expansión y de agregación.

Catalizador: aquel agente o aparato que sirva para acelerar un proceso específico. En química los catalizadores son pequeños conjuntos de moléculas que alteran la velocidad de una reacción, acelerándola –o retrasándola–. A través de ellos se necesita menos energía para un cierto proceso. Amplifican la potencia, la dirigen. Son grupos pequeños y ágiles que encauzan la ‘atención conjunta’.

Hay épocas en las que la historia nos pide ser manada y épocas en las que hemos de ser catalizadores. No debemos temer ser pocos cuando sólo podemos o debemos ser pocos. Ni hay que atribuir a una manada las cualidades de un catalizador. En esta etapa del 15M es evidente que ha llegado el momento de acelerar procesos trabajando como muchos nodos pequeños, independientes y soberanos en sus decisiones, que saben lo que tienen que hacer y que, cuando es necesario, se apoyan los unos a los otros conociéndose por los resultados del trabajo de cada uno y basando en esto la confianza recíproca.

3) Ya sabemos que saber lo que une no es suficiente. Hemos de decidir cómo nos manifestamos en el mundo exterior. Podemos manifestarnos como: una ‘marca’, una identidad efímera, una identidad anónima, un lobby, un medio de difusión, etc. Podemos tener varias de estas identidades a la vez pero debemos ser conscientes de los diversos comportamientos que implican. Mezclarlas de forma inconsciente puede resultar fatal.

4) Nuestras relaciones no han de ser horizontales, sino meritocráticas, en el buen sentido del término: méritos siempre en construcción y accesibles a quienes los cultiven a partir de las experiencias y del trabajo, de las necesidades de cada uno. Para la mayoría de las comunidades virtuales, esto es evidente y práctica natural. Somos todas diferentes. Esta es la mejor garantía de que es imposible ‘verticalizar’ una ‘meritocracia’ porque nunca habrá un solo mérito o habilidad, sino muchas a cargo de gente muy distinta. Por esto las fuerzas se concentran alrededor del ‘trabajo hecho’, teorías-puestas-en-práctica y no de opiniones. No nos define nuestra identidad, nos definen nuestros resultados.

La horizontalidad es una falacia: como Michel Bauwens, entre otros muchos, ha más que demostrado, en un grupo un 1% ejecuta, un 9% ayuda y un 90% parasita, se queja y tira hacia abajo. Para clarificar todavía más esta ‘provocación’: cuando alguien opina, lo natural es poder preguntar: “Sobre esto de lo que opinas, ¿qué has hecho o sabes hacer?”.

5) Por esta misma razón defendemos la atribución –también la imposibilidad de atribuir cuando quien ‘hace’, así lo quiere–: el empoderamiento y autonomía individual crean grupos sanos, donde cada miembro puede aportar según sus habilidades, sus posibilidades y conocimientos, siendo reconocido y respetado por ello. El reconocimiento de la comunidad y del mundo exterior es cuidado y te permite liberarte de la frustración y del ansia de afirmación para serenamente dejar libre el fruto de tu trabajo.

6) Elogio del fork (divorcio): cooperamos como individuos autónomos alrededor de cosas concretas; no pedimos al grupo lo que no nos puede dar, porque habremos venido llorados de casa. No hay una relación de dependencia sino de cooperación. La Red de Redes es una Red distribuida y esta es la base de su funcionamiento y filosofía: redes competentes de confianza distribuidas, autónomas, alrededor de sus actividades específicas. Una organización ‘democrática’ no consiste en el imposible de estar de acuerdo sino en crear espacio de confianza ética, que nos permita hacernos cargo de algunas cosas y desarrollar nuestras habilidades en ellas, mientras podemos perder el control en otras, porque sabemos que otros se harán cargo. Es mentira que para conseguir el objetivo “debemos permanecer todos juntos”, que la manada siempre es mejor. Podemos convivir hasta que plazca, pero no seremos nunca la misma carne.

Simona Levi
Diagonal

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