Desde que empezó la crisis económica originada en el sector
financiero (bancos, cajas y entidades de crédito) hemos oído toda clase
de justificaciones falaces para realizar el rescate de las entidades,
desde el “demasiado grandes para caer”, hasta “los rescates no costarán
ni un solo euro al erario público”. Contrasta esa actitud indulgente,
compartida hasta la casi completa unanimidad desde los principales
medios de comunicación hasta los diferentes gobiernos, con la severidad
que estos mismos han mantenido respecto al gasto en nuestro precario
Estado de bienestar, objeto de constantes recortes y retrocesos
importantes desde el año 2010 y achacado a su supuesta prodigalidad o al
ya ubicuo ” vivir por encima de nuestras posibilidades”. Esta auténtica
ley del embudo, que siempre tiene su extremo amplio por el lado de las
entidades financieras y el extremo estrecho por el lado de los servicios
públicos, es una manifestación del deterioro de nuestra democracia,
donde pesan más intereses privados de accionistas multimillonarios que
el mantenimiento de servicios esenciales para la población como la
educación y la sanidad públicas.
Es un tratamiento injusto que se ha plasmado en una sucesión de leyes
generosas dotando de abundantes fondos públicos a la banca (FAAF, FROB y
la recién aprobada reforma financiera), fondos que suponen una inmensa
carga sobre la hacienda pública que ascienden a 141.000 millones, sin
contar con los adicionales 52.000 millones de la nueva reforma y sin
tener en cuenta los gastos financieros originados por el aumento del
diferencial sobre los títulos de deuda pública española causados por la
desconfianza en la exposición a la burbuja inmobiliaria de nuestro
sistema financiero, o que buena parte de los avales públicos tengan que
ser ejecutados. La otra cara de la moneda son las políticas de
austeridad hacia la mayoría de la sociedad que han dinamitado un Estado
de bienestar aun subdesarrollado y que dificulta si no impide cualquier
posibilidad de salir de la recesión, cuando no nos aboca hacia una
depresión si cabe más profunda.
El día 24 de febrero de 2012, convocada por DRY y por quienes apoyen
esta iniciativa, se ejercerá una acción de protesta pacífica contra el
rescate de los bancos con dinero público, de forma coordinada y
simultánea en todas las ciudades del estado, acción que desde ATTAC
consideramos del mayor interés, animando a toda la ciudadanía a
participar en ella para poner freno a la injusticia flagrante de los
recortes para los pobres y los rescates para los ricos.
ATTAC España. 20 de febrero 2012
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