Cuando a la población se le niega la vida y el
diálogo en la plaza, es capaz de tomar la plaza. Pasa entonces de ser
población a ser pueblo. Pasa de ser súbdito del mercado a vecino
preocupado por reivindicar calidad en su estatus de ciudadanía.
1.Haciendo memoria:
Era septiembre de 2008, concretamente el día 25, cuando en la
ciudad de Toulon, el Presidente de la República Francesa Nicolás
Sarkozy, en un discurso sobre la situación financiera internacional
proponía refundar el capitalismo sobre bases éticas porque, de acuerdo
con sus propias palabras: “La idea de la omnipotencia del mercado que no
debía ser alterado por ninguna regla es descabellada” porque “se ha
financiado al especulador y no al emprendedor” y porque “no se han
controlado los fondos especulativos”. “El miedo”, afirmaba en este
discurso, “es sufrimiento, evita implicarse y emprender. Cuando se tiene
miedo no se tienen sueños. Cuando se tiene miedo, uno no piensa en el
futuro. Hay que vencer ese miedo” remataba.
Tres años después, el 26 de septiembre de 2011, coincidiendo con una
reunión que los gobiernos de la eurozona celebraban para aumentar el
fondo de rescate , Alessio Rastani, un bróker de la bolsa de Londres
entrevistado en la BBC escandaliza por la claridad de sus declaraciones
al predecir que en un año millones de personas perderán sus ahorros.
De acuerdo con este especulador los mercados están dirigidos por el
miedo y quien gobierna el mundo no son los gobiernos de los países sino
Goldman Sachs”, un potentísimo fondo de inversión que tuvo entre sus
empleados al actual presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi y
entre sus asesores al designado nuevo primer ministro de Italia Mario
Monti.
En un interesante ejercicio de funambulismo, el capital especulativo
se ha reivindicado con fuerza: ha logrado que se cambie el discurso y se
traslade la “carga de la prueba” de la crisis a otro actor y está
imponiendo sus dictados a los gobiernos europeos. Dictados que, con el
respaldo del Fondo Monetario Internacional pasan por hacer de los
Estados, espacios vírgenes para el libre flujo del capital a fin de que
la “descabellada idea” –según Sarkozy-de que el mercado no sea alterado
por ninguna regla sea la norma.
Para ello se han definido tres “enemigos” a erradicar: El Sector
Público y más concretamente la inversión pública dirigida al
sostenimiento del Estado del Bienestar sería el primero. Las rigideces
en el mercado laboral serían el segundo enemigo y el sistema impositivo
fiscal de carácter progresivo sería el tercero.
Tal y como sucedía en el primer liberalismo El estado ha vuelto a ser el enemigo natural del mercado y es necesario “jibarizarlo[1]”.
Para ello, y con la excusa de reducir el déficit , se controla el
gasto público a través de la imposición de un límite al mismo y se
promueven las desinversiones, externalizaciones o privatizaciones de los
recursos existentes al tiempo que se hacen más flexibles los mercados
de trabajo y se permite la entrada de fondos de inversión privados en
los sistemas de pensiones públicas. La receta para ello son las
políticas de ajuste que se venden como mal necesario, como mal menor o
como “sudores que evitarán las lágrimas del mañana”. En cuanto al
sistema impositivo, el discurso imperante es que no se subirán
impuestos, si bien y en honor a la verdad, hay que decir que se refiere a
los impuestos que suponen progresividad (fundamentalmente renta,
patrimonio y sucesiones) y no tanto a los impuestos indirectos que se
aplican a todos por igual (carburantes, alcohol, tabaco o IVA)
2.Los ajustados, asustados
Lo que ciertamente se ha extendido entre la población es la sensación
de incertidumbre. Como bien afirman Miguel Laparra y Begoña Pérez
Eransus refiriéndose al caso español: <> (Laparra y Perez Eransus
2010:464).
El miedo se encuentra muy presente hoy en la sociedad española.
Razones no faltan: el riesgo de quedar en situación de desempleo, de no
poder hacer frente a la hipoteca y ser desahuciado colocan a muchos
españoles y españolas en condiciones de aceptar recortes en sus derechos
con tal de permanecer entre los “integrados”, aunque sea de una manera
cada vez más precaria. Otros, cada vez más, se plantean emprender un
proyecto migratorio: En los años 2009 y 2010, el Padrón de Españoles
residentes en el exterior (PERE) se había incrementado en más de 230.000
personas.[2]
Si la situación de los ciudadanos con empleo es de creciente
incertidumbre, ésta no desaparece cuando la persona pierde su trabajo y
va comprobando con estupor que la red pública de protección social ha
disminuido y algunos o todos sus servicios son gestionados por otros
operadores y/o con otros criterios no tan orientados a la garantía de
un servicio público eficaz. Cuando al ciudadano se le responde que no
hay dinero para prestaciones encaminadas a sarisfacer sus situaciones de
necesidad , cuando descubre que la asociación que otrora le
proporcionaba acogida y defensa de sus derechos ha cerrado el servicio,
cuando demanda asistencia sanitaria ambulatoria y no se la proporcionan
porque tiene su tarjeta bloqueada… En estos casos la sensación de
desamparo es total. Con todo, eso no es todavía lo más grave, sino la
generación de un discurso centrado en el emprendimiento y la actitud
activa hacia la productividad del desempleado basado en la idea de que
la única vía de integración social es el empleo- sea cual sea la calidad
de éste- y quedando los mecanismos de protección social para los casos
“realmente urgentes”. En este escenario, si la persona no hace lo
imposible por encontrar trabajo y se “cronifica” en el desempleo, corre
el riesgo de ser estigmatizado por “perezoso” o por “aprovecharse de los
servicios públicos”. McLaughlin (2011) ha señalado agudamente la
contradicción de un modelo que en lo laboral está cada vez más
desregulado y que sin embargo pone cada vez más obstáculos y controles
para que el ciudadano pueda ser beneficiario de prestaciones sociales.
3.El despojo de la ciudadanía
La incertidumbre y el miedo ante el futuro, la profusión de mensajes
que presentan los ajustes como absolutamente necesarios, las
declaraciones de responsables políticos en las que se afirma que dan
por descontadas las manifestaciones de disgusto y censura que se
producen en las calles, y por último la hipervisibilización policial en
todas las manifestaciones y concentraciones callejeras que
desincentivan salir a la calle ante el temor de parecer un “antisocial”,
provoca que buena parte de los ciudadanos asuman con resignación y
parálisis los recortes en sus derechos. Con ello están aceptando perder
calidad en su condición de ciudadanos.
La ciudadanía y por extensión la calidad democrática está siendo la
principal damnificada de estas políticas de ajuste. No cabe duda que
decisiones como la de reformar el artículo 135 de la Constitución
Española por la “vía rápida” obviando la posibilidad de su ratificación
por referéndum en un momento en el que las elecciones generales
convocadas para el 20 de Noviembre hacían viable una “tercera urna”
hurtó la posibilidad de participación de los ciudadanos en un asunto que
les afectaba muy directamente. Episodios como el amago de referéndum
por parte del ex primer ministro griego Papandreu a principios de
noviembre de 2011 (referéndum que nunca llegó a producirse) y la
sustitución de éste por Lukas Papademos. Y en Italia, la sustitución de
Silvio Berlusconi por Mario Monti, ambas sin que mediaran procesos
electorales, hablan por sí mismos del miedo que tienen los gobiernos a
la voz de los ciudadanos.
Pero no es sólo la ciudadanía política, sino la ciudadanía social la
que se halla en riesgo. Este concepto, acuñado por Marshall supone que
la ciudadanía tiene- a modo de taburete- tres patas. En una se
encuentran los derechos civiles, en otra los derechos políticos. Pero
para que el taburete se sostenga y se compense es necesario un grado de
disfrute de derechos sociales y económicos garantizados por el Estado,
de modo que se asegure la inclusión y participación plena de los
miembros más pobres de la sociedad.
En el momento en que los recortes se ceban en aquellas estructuras
que dan soporte y posibilidad a los derechos sociales y económicos, y
desde el momento en que el Estado se inhibe de la garantía de los
mismos, la ciudadanía se encuentra en peligro.
A mayor abundamiento, el desmantelamiento de las entidades del tercer
sector social no lucrativo, altamente dependiente de financiación
pública, está debilitando la voz de un actor importantísimo en el
espacio comunitario. “Cuts kill communities” (los recortes matan a las
comunidades) reza un eslogan que se corea en las protestas inglesas. Se
pierde así la capacidad de interlocución y de denuncia.“Qué ha de ser de
la vida si el que canta, no levanta la voz en las tribunas por el que
sufre. Por el que no hay ninguna razón que le condene a andar sin manta[3]” Guarany (1.961)
Si callan los actores sociales, si se calla el tejido comunitario,
desaparece la vida y el diálogo en las plazas que son, de acuerdo con
Walzer, los requisitos para la calidad democrática (Walzer 1983)
4.Y Sin embargo existe el Derecho:
El Legislador español constitucionalizó el respeto a los Derechos
Humanos en el mismo Preámbulo de la Carta Magna, al afirmar que la
Nación Española proclamaba su voluntad de proteger a todos los españoles
en el ejercicio de los Derechos Humanos. También en el texto articulado
aparecen referencias a esta protección. Así , en el artículo 53.3 se
afirma, refiriéndose específicamente a los Derechos Económicos, Sociales
y Culturales que el reconocimiento, el respeto y la protección de los
mismos informarán la legislación positiva, la práctica judicial y el
funcionamiento de los poderes públicos.
En el ámbito de la Unión Europea, el artículo 3.1 del Tratado de la
Unión establece como finalidad de la Unión promover el bienestar de sus
pueblos, y en los párrafos segundo y tercero del artículo 3.2 se alude
expresamente a la voluntad de combatir la exclusión social, fomentar la
justicia y la protección social y el fomento de la cohesión económica y
social. Por su parte en el artículo 6.1se establece expresamente que
<< La Unión reconoce los Derechos, libertades y principios
enunciados en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea
de 7 de diciembre de 2000 tal y como fue adoptada el 12 de diciembre de
2007 en Estrasburgo, la cual tendrá el mismo valor jurídico que los
Tratados>> Es muy importante resaltar que en la misma Carta, que
ya forma parte de los tratados constitutivos de la Unón deja claro que
sus disposiciones implicarán tanto a las instituciones comunitarias como
a los estados miembros (art.51a 53)
De lo anteriormente afirmado pareciera desprenderse la existencia de
una voluntad encaminada a dotar con perspectiva de Derechos Humanos
tanto la inspiración como el funcionamiento de las instituciones
españolas y de la Unión Europea. Sin embargo esta perspectiva no se
encuentra presente en las políticas de ajuste estructural que se definen
tanto desde el eje Berlín-Paris- Frankfurt como desde los distintos
gobiernos de la UE ni mucho menos en la puesta en práctica de estas
políticas.
En este punto se hace necesario enfatizar que los Derechos
Económicos, Sociales y Culturales son Derechos Humanos, no meros
principios, y tienen la misma categoría que los derechos Civiles y
Políticos. Así lo establece la Declaración y el Programa de Acción de
Viena, aprobado en 1.993 en el marco de la Conferencia Mundial de
Derechos Humanos en la que literalmente se afirma:
<<Todos los derechos humanos son universales, indivisibles e interdependientes y están relacionados entre sí. La comunidad
internacional debe tratar los derechos humanos en forma global y de
manera justa y equitativa, en pie de igualdad y dándoles a todos el
mismo peso” (artículo 5)>>
La ratificación por parte de España del Pacto Internacional de los
Derechos Económicos Sociales y Culturales de las Naciones Unidas así
como de de su protocolo facultativo, le obligan a promoverlos, evitar
que se deterioren y proteger contra las violaciones que se produzcan en
los mismos hasta el máximo de sus recursos disponibles. Además, y de
acuerdo con la Observación General número 3 del Comité de Derechos
Económicos Sociales y Culturales de las Naciones Unidas, la alegación de
situaciones de recortes o ajustes o insuficiencia de recursos no son
motivo suficiente para vulnerar derechos:
<< El Comité desea poner de relieve, empero, que,
aunque se demuestre que los recursos disponibles son insuficientes,
sigue en pie la obligación de que el Estado Parte se empeñe en asegurar
el disfrute más amplio posible de los derechos pertinentes dadas las
circunstancias reinantes. Más aún, de ninguna manera se eliminan, como
resultado de las limitaciones de recursos, las obligaciones de vigilar
la medida de la realización, o más especialmente de la no realización,
de los derechos económicos, sociales y culturales y de elaborar
estrategias y programas para su promoción.>> ( Observación General del Comité de DESC nº3. Punto 11)
<<De manera análoga, el Comité subraya el hecho de
que, aun en tiempos de limitaciones graves de recursos, causadas sea por
el proceso de ajuste, de recesión económica o por otros factores, se
puede y se debe en realidad proteger a los miembros vulnerables de la
sociedad mediante la adopción de programas de relativo bajo costo.>> (Observación General del Comité DESC nº3. Punto 12)
Por tanto, de acuerdo con la doctrina de Derechos Humanos de Naciones
Unidas resulta no sólo ilícito sino presuntamente ilegal y antijurídico
recortar derechos sociales como consecuencia de la crisis tal y como ha
señalado la experta independiente de las Naciones Unidas sobre la
extrema pobreza Magdalena Sepúlveda Carmona en su informe distribuido el
pasado 17 de marzo ante la 17ª sesión del Consejo de Derechos Humanos
celebrada en Ginebra:
<< Existe una fuerte presunción de que las medidas
deliberadamente regresivas que afectan el nivel de disfrute de los
derechos económicos, sociales y culturales son una violación de las
normas de derechos humanos. Entre los ejemplos de las medidas regresivas
podrían figurar la adopción de una política o ley que tenga un efecto
negativo directo o colateral en el disfrute de los derechos por las
personas, o las reducciones injustificadas de los gastos dedicados a
ofrecer servicios públicos que son esenciales para la realización de los
derechos económicos, sociales y culturales, tales como los que
garantizan la atención básica de la salud, aseguran el acceso a la
enseñanza primaria u ofrecen asistencia para alimentación y
vivienda>>
5.Y sin embargo existe la ciudadanía ( a modo de conclusión)
La presente crisis económica y las políticas de recorte han empezado a
poner en riesgo en los países “desarrollados” el disfrute de una serie
de derechos que se consideraban intocables para buena parte de sus
ciudadanos. Sin embargo conviene, una vez más, no caer en
interpretaciones etnocéntricas: Estos derechos vulnerados y el estado
del bienestar cuyo desmantelamiento se denuncia en las calles de Europa,
Estados Unidos y Australia lleva décadas siendo transgredida en los
llamados “países en desarrollo”. En buena parte de los cuales se tiene
una conciencia muy reciente de lo que han supuesto para el bienestar de
sus pueblos los programas de ajuste del Fondo Monetario Internacional.
Las recetas son mutatis mutandis las mismas que se pretenden
implementar –con una clamorosa falta de creatividad-en Europa. Conviene
asimismo tener presente que no existe ningún país del mundo en el que
las políticas de recorte social hayan redundado en una mayor calidad de
vida de sus ciudadanos después de su aplicación sino todo lo contrario.
Es preciso, en estos momentos especialmente, prestar atención y hacer
memoria de procesos, situaciones y actitudes de las que se pueden
extraer enseñanzas valiosas: Proponemos algunas sin que su enumeración
sea exhaustiva.
Aprender a escarmentar “en cabeza ajena”
Algunos estados latinoamericanos fuertemente castigados por la deuda
externa y las políticas de ajuste del FMI han constatado que únicamente
reforzando el papel del Estado, implementando políticas públicas de
protección, promoviendo estructuras supranacionales de unión política y
económica con fuerte contenido social han conseguido poner límite a las
exigencias de los mercados. En Europa, los sistemas de Bienestar Social
no están desmantelados, todavía existe una fuerte presencia del sector
público y una conciencia muy asentada de la importancia del Estado del
Bienestar. Es preciso tener muy presentes las consecuencias que las
políticas de ajuste han tenido en otros países para no permitir que esto
suceda en la Unión. Es necesario también ser conscientes de lo difícil
que resulta volver a ganar terreno al mercado desde el Estado una vez
que el armazón de “lo público” se ha desmantelado.
Saber que “se tiene derecho”.
Existe un acervo de derechos protector de la dignidad humana que
empodera a los ciudadanos y confiere de razón no ya moral, sino
jurídica a los posicionamientos ante violaciones y amenazas a los
derechos humanos. Ese mismo acervo sitúa en los estados la
obligatoriedad de crear un marco de respeto, promoción y defensa de los
mismos. Existen mecanismos supranacionales- todavía insuficientes- de
denuncia, e instancias ante las que se puede acudir. La conciencia en
los derechos resulta esencial para empoderarse desde ellos y así
mostrarse activo en su defensa.
Vencer el miedo.
En el Preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos
se alude a la Humanidad liberada del temor y la miseria como
destinataria de un mundo en libertad e igualdad. Sin embargo el miedo se
ha erigido en protagonista de las acciones y decisiones cotidianas.
Ello es explicable desde la clave de que el miedo del ciudadano es el
ingrediente principal que da sentido al modelo imperante porque paraliza
y disciplina a la población ante el despojo de sus derechos de
ciudadanía, porque encierra al individuo en sí mismo y le hace
competitivo y desconfiado. Porque le anima a buscar chivos expiatorios
de sus males en el “otro”, que a menudo es el “excluído”, “el
extranjero” o simplemente el presunto perezoso que no trabaja y“se
aprovecha de los impuestos de todos sin hacer lo posible por ser
suficientemente productivo”. Es necesario romper el circulo vicioso:
miedo-individualismo-desconfianza hacia el otro- consumo-protección,
por el circulo virtuoso: cercanía-vecindad- comunidad-
derechos-ciudadanía.
Recuperar la vida y el diálogo en la plaza. Recuperar el espacio público
Cuando a la población se le niega la vida y el diálogo en la plaza,
es capaz de tomar la plaza. Pasa entonces de ser población a ser pueblo.
Pasa de ser súbdito del mercado a vecino preocupado por reivindicar
calidad en su estatus de ciudadanía. Movimientos como el “15” M o, más
centrados en el ámbito de los inmigrantes, el “ferrocarril clandestino”
han demostrado que desde las relaciones cercanas de solidaridad se puede
reivindicar pacíficamente que “otra democracia es posible”, que es
posible posicionarse de otra manera ante los desahucios, las redadas
policiales o la situación en los centros de internamiento de
extranjeros. La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos afirmaba en su mensaje con ocasión del Día
Internacional de los Derechos Humanos que 2011 ha sido un año
extraordinario para los Derechos Humanos porque : << Varios
millones de personas han decidido que ha llegado la hora de reclamar
sus derechos. Tomaron las calles y plazas y exigieron un
cambio>>…<< El mundo se ha transfigurado y transformado
gracias al ejemplo de estos hombres, mujeres y niños comunes y
corrientes pero comprometidos de Túnez, Egipto y otras partes del norte
de África y el Oriente Medio. Su activismo pacífico se ha propagado en
otras formas y maneras: a Madrid, Nueva York, Londres y otras ciudades y
pueblos de todo el planeta. Su coraje frente a la violencia y la
represión ha hecho que personas de todo el mundo que toman estos
derechos por dados se solidaricen con la causa de los derechos humanos
de todos>>.
Existen razones para no perder la esperanza. El mercado y las
políticas de ajuste no tienen, ni la última, ni la única palabra en
cuestiones de ciudadanía.
BITS (Boletín Informativo de Trabajo Social nº16) www.uclm.es/bits
BIBLIOGRAFÍA:
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NACIONES UNIDAS-Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales. (1.990) Observación General nº3. Nueva York- Ginebra
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NACIONES UNIDAS (2011) – Consejo de Derechos Humanos. Sesión nº17. Informe de la Experta Independiente encargada de la cuestión de los Derechos Humanos y la extrema Pobreza. Nueva York- Ginebra
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Derechos Económicos, Sociales y Culturales Facultad de Ciencias
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WALZER,M (1983) Spheres of Justice. Blackwell. London
[1]
La expresión “jibarizar” se emplea metafóricamente en el sentido de
“reducir el tamaño” en alusión a los jíbaros, comunidad indígena de la
selva amazónica que eran famosos por reducir las cabezas de sus
enemigos.
[2] INE. Padrón de Españoles residentes en el exterior. www. ine.es (consultado el 4 de diciembre de 2011)
[3] Horacio Guarany creó en 1.961 esta canción que fue popularizada por la cantautora argentina Mercedes Sosa.
Emilio José Gómez Ciriano. Comité de apoyo de Attac-España
Universidad de Castilla-La Mancha
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