No hay tiempo para
digerir, existe una indigestión general en la ciudadanía, un hartazgo de
información que nos repite, corrupción acá, al norte, al sur, en todas
direcciones. Por la mañana, nos enteramos que la cúpula del Partido
Popular (PP) lleva años cobrando sobresueldos en dinero negro; a
mediodía nos apuntan que el primogénito de Jordi Pujol, ex presidente de
la Generalitat de Cataluña, actual secretario general de Convergencia,
cobra comisiones para financiar su organización. A la hora del café, nos
dicen que la Comunidad de Madrid paga las nóminas de los trabajadores
de las empresas privadas de la sanidad, mientras recorta personal
sanitario, a la merienda, nos atragantamos con que la ministra de
Sanidad, Ana Mato, a la sazón redactora del código ético del PP, ha
cobrado en especie más de 60 mil euros. Bolsos de marca, viajes al
extranjero, fiesta de cumpleaños de hijos y la primera comunión. En la
noche nos dicen que su ex marido, ex alcalde y destacado militante del
PP, Jesús Sepúlveda, mientras compartían lecho, recibió de la trama Gurtel,
en pago de favores, dos coches de lujo, un Jaguar y un 4X4. Ella no
responde. Sus correligionarios acusan de machista la información, al
decir que no tiene por qué saber lo que hace su esposo ni es responsable
de sus actos. Cuando estamos a punto de entrar a la cama, el yerno del
rey Iñaki Undangarín está deprimido. Su abogado dice que sufre un
empobrecimiento injusto, al pedirle el juez una fianza de 8 millones de
euros, por apropiación indebida. Eso sí, nos confirman el doping
en el ciclismo, la compra de partidos de futbol, el indulto a guardias
civiles acusados de tortura, el archivo de las investigaciones sobre la
violencia policial en las manifestaciones. Para tranquilizarnos nos
dicen que el gobierno gobierna, que todo marcha bien, que es una campaña
orquestada por enemigos de España, destinada a dañar la imagen del
país. Antes de apagar la radio, Rajoy no está para nadie. No habrá
comparecencia parlamentaria ni comisiones de investigación. El PP tiene
mayoría parlamentaria y se escuda en ella para rechazar toda petición.
Eso sí, habla con Angela Merkel y lanza loas a su ministra de Sanidad.
Al día siguiente la cosa no mejora. Las noticias abren con más
escándalos. El ex tesorero del PP se acogió a la amnistía fiscal
decretada por el gobierno para lavar dinero: 22 millones de euros en
bancos suizos. ¡No puede ser! ¡Sí! El ahora ex tesorero y militante del
PP Luis Bárcenas, sigue, no se sabe por qué, ocupando un despacho en el
partido. Mientras, los dirigentes implicados en los sobresueldos
ilegales hacen piña y lo niegan. Pero hay deserciones y el ex presidente
del senado Pío Escudero dice que Bárcenas sí le dio dinero y las cifras
del dietario son correctas. Eso sí, nos enteramos de que la secretaria
general del PP, una de las abanderadas de los recortes, es la política
mejor pagada de España: más de 200 mil euros. Cobra de su partido, del
Senado y como presidenta de la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha;
para rematar, no deja de percibir los mil 634 euros por trienios, es,
nos aclaran, por ser abogada del Estado.
Es momento de descansar, imposible. Nos anuncian nuevas medidas de
austeridad. No se escapa nadie. ¡Sí! Hay quienes no sufren las políticas
de ajuste: el PP. Mientras Caritas, organización católica, cuya acción
en tiempos de crisis ha sido paliar las condiciones de pobreza, ve
reducir las subvenciones públicas, el partido en el gobierno aumenta sus
caudales. La diferencia, casi 40 millones de euros. Me largan la
noticia, de que mientras la Comunidad de Madrid despide a profesores,
enfermeros, cierra centros de salud y no aplica la ley de dependencia,
por encontrarse en
bancarrota, en acto de generosidad mantiene asesores y los aumenta, entre ellos Ángel Carromero, el militante del PP sentenciado en Cuba por homicidio imprudente a cuatro años de cárcel. Nada más llegar a Madrid y quedándole más de mil días de cárcel, pasa 13 preso y sale a la calle. El sueldo no se hace público. La celeridad para traer a Carromero a España no es compatible con la lentitud, desidia o simplemente abandono hacia el resto de españoles condenados en otros países, ellos no cuentan con los abogados del PP ni el aval de Esperanza Aguirre. Sigo: me entero de que la ex presidenta de la Comunidad de Madrid, quien llorando dijo que se quería dedicar a su familia, disfrutar de la vida, pidiendo su reincorporación en la administración pública, no hace nada de lo dicho. El sueldo de funcionaria seguramente, tras los recortes, no le satisfizo. En primera línea de fuego es contratada de consultora por empresa privada. ¿Tráfico de influencias? ¿Pago a servicios prestados? Ella no tardó en conseguir trabajo. La suerte de hablar inglés, dice.
¡A la calle! Todos los días se producen miles de despidos y
los que sobreviven ven reducir su salario en proporciones insospechadas.
Bankia, por ejemplo, una de las cajas de ahorro intervenidas y
rescatadas con más de 20 mil millones de euros, despide a 4 mil 500
personas y reduce 40 por ciento el sueldo al resto de la plantilla. En
tanto, se anuncia el repago sanitario, la privatización de hospitales y
el cierre de los centros de salud y las urgencias nocturnas en pueblos
de toda España. Esto último, argumentando que son poco rentables, acuden
pocos pacientes, transformados en usuarios, en turno de noche. Y uno
piensa, tampoco son muchos los usuarios que acuden por la noche a las
iglesias, estaciones de tren, aeropuertos y no por ello se clausuran. No
hay tiempo de reflexionar. Otra noticia: el gerente, director de
gestión y la subdirectora de personal del Hospital Universitario Puerta
de Hierro, hoy con administraciuón privada, son miembros de una mutua
privada del sector y pertenecen a su consejo consultivo. Agotado, me
entero de que el ex consejero de sanidad de la Comunidad de Madrid Juan
José Güemes, es parte de la empresa Unilabs, adjudicataria, durante su
mandato, de la gestión privada de análisis clínicos. Y para más inri me apuntan que es el marido de Andrea Fabra, la diputada popular que al aprobarse la reforma laboral exclamó
¡que se jodan!Hija y nieta de los
Fabra, imputados en Valencia por corrupción, tráfico de influencia, apropiación indebida. Para acabar el cuadro, los bancos siguen desahuciando y dejando en la calle a cientos de familias cada día. Los suicidios aumentan y el PP decide no firmar la propuesta de ley de dación en pago. Que sigan ganado dinero los especuladores.
Se ha producido un atasco enorme en la vida política del país. Ya no
digo vida democrática, pues sería mofarse de su significado, aunque
aplicase su definición más reduccionista, la representativa. Pues, de
ser así, ¿qué representaría? Los partidos han entrado en descomposición.
No se salva ni uno, y cuando digo ninguno, incluyo a la izquierda
parlamentaria. Es cierto, en sus filas existen personas dignas de
encomio. Pero cada día resulta más evidente el aserto de Robert Michels
haciendo hincapié en la oligarquización de las cúpulas partidistas.
Quienes controlan los puestos de dirección lo consideran coto privado.
Lucran con ellos, haciendo de la política una acción bastarda al margen
del sentir de la ciudadanía. Hoy quienes gobiernan en España son
serviles empleados del dinero, quienes lo administran, sus dueños o lo
poseen en cantidades industriales, empresas y bancos. En fin, mandan
¡¡¡chorizos!!!
Marcos Roitman Rosenmann
La Jornada
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