François Houtart es un conocido sociólogo belga que en la Universidad de Lovaina creó hace años el Centro Tricontinental y también la revista Alternatives Sud. Sacerdote católico y pensador marxista, ha participado en los 9 Foros Sociales Mundiales realizados hasta la fecha. Nos sentamos a conversar en la cafetería Viena de la sede de Naciones Unidas de Nueva York, nada más terminar la mesa redonda en la que ha presentado una ponencia.
Como miembro de la Comisión de Expertos de la Conferencia de Naciones Unidas sobre la crisis, ¿podrías contar a la gente de Attac cómo se ha desarrollado el proceso de elaboración del llamado Informe Stiglitz?
La Cumbre de Doha sobre financiación del desarrollo de noviembre 2008 aprobó un Resolución en la que se pedía a la ONU que convocase una Conferencia sobre la crisis económica y financiera y su impacto sobre el desarrollo y el Presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas, Miguel D’Escoto, se puso a actuar inmediatamente. Lo primero que hizo fue pedir a Joseph Stiglitz que constituyera y presidiera una Comisión de Expertos (CE) encargada de elaborar un informe para presentar a la Conferencia. Stiglitz tuvo total libertad para elegir a los demás miembros, y la Comisión quedo pronto integrada con economistas neokeynesianos como él.
No obstante, D’Escoto se reservó la facultad de nombrar directamente a tres delegados personales: uno fue Martin, también economista, el segundo un politólogo norteamericano y el tercero, yo mismo. Nada mas formada la Comisión, empezamos a trabajar desde finales de 2008 en la elaboración del texto, pero antes de tenerlo terminado lo fuimos haciendo circular en sucesivos borradores para ir viendo las distintas reacciones que producía. El texto que se entregó al final al Padre Miguel aborda muchos aspectos prácticos en relación a la crisis y aunque yo no soy economista para hacer una valoración del mismo, sí puedo decir que incorpora muchas propuestas concretas para reformar el sistema financiero y monetario internacional, siempre desde una perspectiva neokeynesiana, y también para transformar las instituciones internacionales financieras y comerciales, creando nuevos organismos.
Sólo hay un aspecto que para mí no se aborda convenientemente en el Informe y es el siguiente: se trata de reformar el sistema financiero, de acuerdo, pero ¿con qué finalidad?. Porque si es para poder volver a la situación anterior a la crisis, entonces dentro de poco estaremos otra vez montando una Comisión de Expertos y convocando otra Conferencia de NU como esta. Y es que lo que creo que le falta al sistema no son sólo regulaciones…
¿Qué ocurrió una vez que la Comisión de Expertos entregó el Informe al Presidente?
En ese momento D’Escoto elabora y firma como Presidente de la AG un documento que recoge el análisis y las propuestas del Informe y se lo manda a los Estados miembros para proceder a su discusión, y poder ser aprobado después por la Asamblea General en la Conferencia sobre la crisis. El documento es a partir de ese momento objeto de numerosas modificaciones, y de hecho, hoy mismo, a mitad de la Conferencia, ha seguido sufriendo cambios derivados de las intensas negociaciones que estamos teniendo. El texto considerado definitivo no estará disponible antes de un mes y lo que puedo decir es que todas las ideas que contenía el Informe inicial siguen y seguirán estando en el documento que se difundirá en varias lenguas dentro de unas semanas.
El documento ha de ser considerado como un primer paso en la buena dirección. Pero hay que ir más allá y poner en cuestión los conceptos mismos de crecimiento, desarrollo y prosperidad, y preguntarse sobre su contenido cuando se tiene en cuenta los límites del planeta y los problemas de la crisis climática o la soberanía alimentaria.
Supongo que el Presidente de la Asamblea General habrá sufrido muchísimas presiones. El aplazamiento de unas semanas que sufrió la Conferencia, ¿se ha debido a esas presiones?
La lucha ha sido enorme. Yo mismo he asistido a discusiones que han durado días y la confrontación mayor ha sido entre países del Norte y países del Sur, con concepciones que en muchos casos eran radicalmente diferentes. Un segundo frente de confrontación ha sido entre quienes defendían firmemente el capitalismo y quienes planteaban pasos progresivos hacia alguna forma de postcapitalismo.
El hecho es que Miguel D’Escoto ha sido abiertamente descalificado por muchos Gobiernos para incrementar la presión sobre el contenido del documento y hacerlo menos concreto. Bélgica, mi país, ha dicho por ejemplo que D’Escoto no ha respetado las reglas y procedimientos de Naciones Unidas y que ello explicaría el comportamiento de algunos estados. Pero no nos engañemos, es un pretexto. Los que han actuado a la contra en el proceso nunca han tenido voluntad política de apoyarlo y el cambio de fechas ha sido utilizado como disculpa. Siguiendo con Bélgica, el primer ministro no contestó a mi escrito en el que le instaba a venir a Nueva York y al final mandó a un Jefe de Gabinete, ni tan siquiera a un ministro. Yo he sido testigo de que ha habido presiones para que no se realice esta Conferencia.
¿No encuentras significativo que justo una semana antes del comienzo de la Conferencia, se haya escenificado la presentación pública de los países BRIC (Brasil, Rusia, India y China)?
Es que todos ellos son miembros del G20. Brasil, por ejemplo, ha tenido en todas las reuniones una actitud muy negativa. China es verdad que ha mostrado más comprensión pero es porque está presionando desde hace meses para que se de una solución a su gran problema que no es otro que la cantidad de dólares que tiene en su poder. Un país que ha tenido una postura relativamente positiva ha sido Alemania, pero ello se ha debido a la participación de su ministro de Cooperación en todas las discusiones, donde ha defendido planteamientos abiertamente socialdemócratas.
Lo que contrasta con la postura del Gobierno español que ni tan siquiera a participado en las discusiones, ¿no es cierto?
Si, es cierto. España ha estado ausente de las discusiones. Lo que contrasta al ser también un país que ha participado en el G20.
¿Cuál es tu valoración de lo que llevamos de Conferencia?
Creo que dentro del contexto general, la Conferencia está yendo bastante bien. Todos los países que han querido han podido expresarse y en las intervenciones se han ofrecido caminos nuevos. Probablemente el documento que resulte de las discusiones podrá parecernos excesivamente general e inconcreto pero eso siempre ocurre cuando se busca el consenso. Si cuando termine la Conferencia el texto sigue vivo, pese a los esfuerzos por matarlo, habremos dado un paso importante pues servirá para que se difundan por el mundo algunas ideas nuevas sobre la crisis y sus causas. Lo que ya no sabemos es que va a pasar cuando el Padre Miguel deje la Presidencia de la Asamblea General en septiembre. No me cabe duda que D’Escoto pondrá todo su empeño en dar continuidad a la gran labor que ha realizado durante su mandato, y probablemente lo consiga.
Desde las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) se ha apoyado la convocatoria de la Conferencia, y de hecho muchas organizaciones se han movilizado tras la idea de un G192 versus un G20. Pero, ¿crees que tiene alguna posibilidad la ONU de intervenir en los temas financieros, que en cierta forma son coto privado del FMI y del BM? ¿No hay un pacto no escrito entre los gobiernos de los países ricos para que las NU aborde solo los temas sociales o de seguridad?
Todo va a depender de la actitud de los que vengan a continuar el trabajo del Padre Miguel. En cualquier caso es muy importante el apoyo que ha recibido la convocatoria de Conferencia por parte de las OSC. Y he de decir que yo estoy personalmente muy satisfecho por haber propiciado que ese apoyo se produjera. Es verdad que ha habido ciertas reticencias por parte de los que opinaban y opinan que la ONU es completamente ineficaz e incluso negativa en sus intervenciones. Por ejemplo, en el Consejo Internacional del FSM hubo algunas voces muy opuestas al apoyo a esta Convocatoria de D’Escoto. Sin embargo, la mayoría la respaldó.
Para terminar, ¿cómo ves a los Movimientos Sociales después del FSM de Belém y en el cambio de escenario que ha supuesto la crisis?. ¿Observas como yo un cierto desplazamiento hacia posiciones más abiertamente políticas?
Si. Estoy de acuerdo. Me llamó mucho la atención las valientes posiciones adoptadas en las diferentes Asambleas del último FSM, por suponer avances significativos en la conciencia colectiva de lo que es la realidad socioeconómica, y sin miedo a entrar en el terreno político. Claro que ha influido mucho en este cambio la nueva realidad política en América Latina, con unos gobiernos progresistas que se acercaron a Belém a contarnos sus experiencias transformadoras. Pero, ¡cuidado! el FSM tiene que quedarse como lo que es, un espacio de encuentro de movimientos sociales y Organizaciones de la Sociedad Civil y no tratar de cambiar su esencia.. Sin embargo, la metodología que se siguió en Belem de dos días de talleres completado con otros dos días de Asambleas es algo nuevo que creo que hay que mantener en los sucesivos.
Quedan más preguntas en la mochila, pero son las seis de la tarde y no me atrevo a seguir fatigando a este hombre de 84 años cuya energía parece inagotable, sobre todo cuando me comenta que aún ha de participar esta tarde en nuevas discusiones para tratar de consensuar el 5% que aún está pendiente en la Resolución que ha de aprobar la Conferencia.
Entrevista realizada en 25 de junio en Nueva York por Ricardo Gª Zaldívar, delegado de Attac en la Conferencia.
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