La Desobediencia Civil es
obedecer a las personas a la moral social más alta comprometida con
unos valores que son de todos por todos y para todos. La Desobedicencia
Civil es la determinación de los espíritus valientes cuando en un país
se instaura el delito de Estado y sin vacilaciones se condena el abuso
de poder. Vivimos una época de bajezas humanas de cobardías sin
precedente y de quebrantos sociales por parte de los poderes públicos
elegidos para evitarnos problemas y no para causarlos. Y cuando una
sociedad entera gime y suspira por las cosas detestables que suceden es
que los basamentos del derecho y la justicia amenazan con
resquebrajarse. Ante esto nadie puede quedarse impasible e indiferente
ni inclinarse rastreramente al látigo que nos flagela y nos infunde el
miedo.
No, no podemos ser aduladores de lo que
pasa con tal de tener contentos a quienes nos castigan con latigazos que
no merecemos. España es en estos momentos una nación flagelada en sus
carnes y violada en su decencia. La gente sufre ante la cobardía
hipócrita de las alturas y esa hipocresía no deja de extenderse por
todas las clases de la sociedad por temor a rebelarse pacíficamente.
Esperemos que remueva las suficientes
conciencias y sirva para que muchos deformados en su alma por la acción
de la política se vuelvan más humanos y conscientes de los errores
cometidos. Hoy los partidos políticos se parecen más a una fábrica de
quebrantar carácteres y voluntades que a otra cosa. Pues sometidos sus
militantes a la disciplina de partido tienen que tragarse su conciencia y
obedecer ciegamente cualquier programa aunque con él se hunda a España y
a los españoles.
LA DESOBEDIENCIA CIVIL NOS DIGNIFICA ANTE LAS INJUSTICIAS.
España ha de reaccionar ante su destino.
En la hora presente todos los hombres y mujeres españoles debemos
sentir nuestra suerte unida como nación y tener solidaridad con las
naciones hermanas que sufren el mismo ataque financiero. Tenemos que
hacer frente a los choques de esta marea de las naciones septentrionales
que con sus políticas económicas avanzan hasta los países del
Mediterráneo. Nada puede separarnos de los países bajo el yugo de hierro
económico como nosotros.
Constituimos una enorme mayoría de
ciudadanos que coincidimos en lo mismo: Esta crisis no la hemos
provocado los pueblos sino los poderes públicos y el sistema financiero.
Y por lo mismo al impulso de nuestras preocupaciones comunes tenemos
que dar la cara y no volver la espalda a esta causa o podemos dar por
contados nuestros días.
No es posible ni tiene lógica que los intereses de un grupo de matones triunfen.
Que
nadie nos confunda ni nos tome más el pelo. No somos burros ni burras
que merezcan un destino tan cruel como el que nos tienen preparado. Esta crisis
que debemos verla como un ataque financiero no la hemos provocado
nosotros y por lo tanto no podemos correr con toda la responsabilidad.
Yo soy un simple ciudadano español sin otra representación que mi persona y sin intención de causar mal alguno. Pero por una razón de propia dignidad individual y familiar y colectiva no puedo mantenerme en un silencio cobarde. Estoy al lado de todo hombre y mujer de buena voluntad. España no puede vivir oprimida ni el resto de naciones europeas tampoco. Por eso ante la opresión política y financiera ,DESOBEDIENCIA CIVIL.
Yo soy un simple ciudadano español sin otra representación que mi persona y sin intención de causar mal alguno. Pero por una razón de propia dignidad individual y familiar y colectiva no puedo mantenerme en un silencio cobarde. Estoy al lado de todo hombre y mujer de buena voluntad. España no puede vivir oprimida ni el resto de naciones europeas tampoco. Por eso ante la opresión política y financiera ,DESOBEDIENCIA CIVIL.
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