Esta época es la de la mayor liquidación de derechos sociales de la
población mundial. Pero esa aniquilación de derechos es además parte de
una escabechina mayor. Todo estalló tras los atentados del 11 de
septiembre de 2001, que le vino de perlas a la minoría dominante para
sus planes de molición, y ya en 2006 Josep Ramoneda denunciaba que “la
guerra contra el terror se ha llevado por delante los valores de la
libertad individual, de la capacidad de todos y cada uno de pensar y
decidir por uno mismo”. Porque el antiterrorismo se convirtió en el
supremo pretexto que engendró nuevas leyes que permitieron cargarse los
derechos cívicos y políticos: que se pudiera detener sin garantías a
cualquiera por meras sospechas y mantenerlo encerrado indefinidamente,
entre otras atrocidades, además de recortes a las libertades de
expresión, reunión, participación política… Nuevas normas establecidas
de norte a sur y de este a oeste que eran y son una burla del estado de
derecho.
Y ocho años después, The New York Times revela que Barak
Obama se reúne con altos funcionarios para decidir qué terroristas,
presuntos terroristas o “combatientes enemigos” serán asesinados por
drones (aviones bombarderos no tripulados) en Afganistán, Yemen,
Pakistán, Somalia o Sudán. De momento solo en esos países. Los asesores
de Obama reconocen que el presidente estadounidense tiene una reunión
“antiterrorista” todos los martes para designar qué personas serán
ejecutadas en nombre de la lucha antiterrorista. Hasta hoy, Estados
Unidos ha perpetrado 268 ataques de drones. Según The Guardian,
desde 2004 los drones han ejecutado más de 2.400 personas de las que
más de 800 eran civiles y, de éstos, 175 niños. Estados Unidos tiene
desplegados 7.000 drones.
En marzo se publicó el informe del Relator Especial de Derechos
Humanos de la ONU, Christof Heyns, sobre ejecuciones extrajudiciales y
arbitrarias. Una denuncia lo inadmisible de los asesinatos selectivos,
porque cualquier gobierno, con el pretexto de la lucha antiterrorista
podría matar a cualquier persona en cualquier lugar si el antiterrorismo
fuera un justificante que pudiera estar por encima de los derechos
humanos. Que no lo está.
Inaceptable porque, con acciones como las ejecuciones por drones, los
gobiernos se convierten en fiscales, jueces, jurados y verdugos.
Inaceptable porque la acción homicida de los drones aniquila los
derechos humanos de presunción de inocencia, juicio justo por tribunal
imparcial y defensa. Y los derechos humanos no son de quita y pon.
Siempre están vigentes.
Además, Human Rigths Watch ha denunciado la condescendencia y
tolerancia de Estados Unidos y la Unión Europea con Estados
autoritarios disfrazados de democracia y estados que violan gravemente
derechos humanos. Estados como Rusia, Pakistán, Bahrein, Jordania, Irak,
Nigeria, Rusia, China Tailandia, Colombia, Etiopía, Arabia Saudí,
Vietnam o Israel. Por no recordar, como ha denunciado Nuno Vieira,
presidente del Consejo Europeo de Medicina Legal y asesor de la ONU, que
también ocurren cosas terribles en países democráticos y que casi
ningún país puede decir que no aplica tratamientos crueles a detenidos
ni que es ajeno a la tortura.
Mientras tanto, continúan el sufrimiento y empobrecimientos de las
clases asalariadas europeas. En Europa crece la pobreza y aumentan las
personas que deben elegir entre una comida al día o caldear la casa,
pagar la hipoteca o comer. En 2009 ya había en la Unión Europea más de 115 millones de personas pobres
(23% de la población), cuando en 2007 eran 85: en dos años, 30 millones
de pobres más. Y además, esos pobres son más pobres. Pero los gobiernos
europeos continúan con sus políticas suicidas de recortes
presupuestarios que son como cerrar hospitales en una guerra.
Violación sistemática de derechos cívicos y políticos, violación
sistemática de derechos sociales y económicos… Esta es una época de
barbarie hipócrita, de violación sistemática y sistémica de los derechos
de la inmensa mayoría.
Lo inaudito e insoportable es que la casi totalidad de los 196
estados del mundo han firmado y ratificado la declaración de derechos
humanos; lo que significa que ésta los obliga. Una declaración que
afirma que “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y
derechos”. Una declaración que de ningún modo puede ser jamás papel
mojado. O la barbarie se habrá instalado en el mundo para no dejarlo
nunca.
La ciudadanía tiene la respuesta.
Xavier Caño Tamayo
Periodista y escritor
Periodista y escritor
Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS)
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