sábado, 14 de marzo de 2009

La AECP apoya las movilizaciónes del 28 de marzo en contra de la reunión del G-20 en Londres

Comunicado de la Alianza Española Contra la Pobreza
A raíz de la convocatoria realizada a nivel mundial en el Foro Social Mundial de Belem (Brasil) y en el marco de la Semana de Acción Global (28 de marzo al 4 de abril), el próximo sábado 28 de marzo tendrán lugar diferentes movilizaciones de reivindicación por la reunión en Londres de altos representantes de los gobiernos del conocido como G-20.

La Alianza Española contra la Pobreza, que agrupa a numerosas organizaciones y colectivos sociales, incluyendo ONGD, organizaciones ecologistas, sindicales, juveniles, feministas, religiosas…; hace suyas las convocatorias que se han realizado desde distintos foros para el 28 de marzo, haciendo un llamamiento a los gobiernos del G-20 para que aprovechen esta oportunidad y aceleren sus esfuerzos para poner fin a la pobreza y las causas que la generan, se comprometan con la justicia económica global e impulsen las acciones necesarias para cumplir y superar los Objetivos de Desarrollo del Milenio en el año 2015.

La Alianza considera que esta crisis económico-financiera, agravará aún mas la situación de los mas empobrecidos y nos alejará del objetivo de erradicar la pobreza extrema en el mundo, compromiso adquirido por los 189 Jefes de Estado y de Gobierno reunidos al amparo de Naciones Unidas en el año 2000, cuando se comprometieron a cumplir los 8 Objetivos de Desarrollo del Milenio para el año 2015.

Consideramos un error que el marco de discusión, propuestas y resoluciones no sea las Naciones Unidas; y que sea el denominado G-20 quien diseñe estrategias interesadas, dejando fuera de este foro de discusión a la gran mayoría de los países, marginando la voz del conjunto de los pueblos. Por ello, pedimos que en el seno de la reunión de Londres se impulsen los siguientes cambios:

  • La erradicación de la pobreza mundial y de la desigualdad como máxima prioridad política en estos momentos de crisis.
  • El compromiso de que todos los “planes de salvamento” estén sujetos a estrictas condiciones ambientales y sociales que conduzcan nuestra economía hacia un nuevo paradigma basado en la satisfacción universal de las necesidades básicas en paz con el planeta y no en la acumulación y el crecimiento constante.
  • La toma de medidas concretas y contundentes en la lucha contra los paraísos fiscales y otras fórmulas de evasión fiscal, incluida la obligación a que acaten estrictamente las normas internacionales.
  • Un compromiso firme por el trabajo digno para toda la población y la exigencia del cumplimiento de los principales convenios de la OIT.
  • La cancelación de todas las deudas de los países empobrecidos, especialmente aquellas consideradas ilegítimas.
  • El compromiso de que todos los países miembros de la OCDE y del G-20 acuerden un calendario para alcanzar el 0,7% de la renta nacional destinado a ayuda oficial al desarrollo; y que esta ayuda sirva realmente para la erradicación de la pobreza, sin crear nueva deuda externa ni se desvíe a otros fines.
  • Acción coordinada de los países enriquecidos y empobrecidos para salir de la recesión bajo un modelo que satisfaga universalmente las necesidades humanas en paz con el planeta y desde la perspectiva de lo público.
  • Garantizar que todos los gobiernos den prioridad a la financiación en el gasto que va destinado a cumplir con los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
  • Regulación del sistema financiero internacional y creación de los organismos de supervisión y control que garanticen que no crea más desigualdades en el planeta.
  • Garantizar una atención particular para identificar y responder a las necesidades específicas de las personas más afectados por la crisis financiera y económica, en particular las mujeres y comunidades marginadas. Así como su participación efectiva en los espacios de toma de decisiones respecto a la crisis.
  • La apuesta por construir una Economía Verde, es decir, que centre la producción y el en criterios racionales y sostenibles, que renuncie al crecimiento como máxima y que base su obtención de energía y de recursos en fuentes renovables.
  • Garantizar el control democrático de la economía.
  • Aumentar la inversión y fortalecer la prestación pública de servicios esenciales.

Por todo ello, nos sumamos a las personas, los colectivos y asociaciones que reclamarán y harán suyas, a través de movilizaciones en numerosas ciudades, otras soluciones y otros planteamientos de cara a la próxima reunión del G-20 en Londres.

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