La crisis financiera mueve conciencias. Hace poco, 2.500 activistas participaron en el congreso “¿Está acabado el capitalismo?” de Attac en Berlín (www.attac.de) y 1.700 formaron parte del evento “Seis mil millones de caminos” (www.6billionways.org.uk) en Londres. Mientras la crisis incrementa el desempleo y la pobreza, y la vida de millones de personas está amenazada por el fracaso de los países enriquecidos de abordar el Cambio Climático y reducir radicalmente sus emisiones de gases de efecto invernadero, se multiplican este tipo de eventos. Además, aumenta el ingenio de las acciones contra los responsables de esta crisis global. El pasado 12 de marzo, mientras arrancó en diferentes ciudades del Estado español la acción “Los Puntos Negros de la Crisis” (www.lospuntosnegros.org), un grupo de activistas del Reino Unido, Irlanda, Francia, Suiza e Italia “invadió” el centro financiero St Paul's de Jersey, uno de los paraísos fiscales más conocidos de la Unión Europea (UE) para presentar el Plan de Acción contra estos espacios de impunidad de la Red por la Justicia Fiscal (www.taxjustice.net), quien, junto con un grupo local, organizó una ruta explicativa para señalar los impactos sobre las economías nacionales de los diferentes bancos “offshore” en la isla.
John Hilary, de la organización británica War on Want, exige: “el escándalo de los paraísos fiscales tiene que acabar”. Sólo los cuatro grandes bancos ingleses (RBS, Lloyds TSB, Barclays and HSBC) tienen 170 filiales in Jersey. “Las arcas públicas pierden cada año 100.000 millones de libras esterlinas por evasión fiscal. Y, en vez de mejorar la capacidad de recaudar estos impuestos perdidos, el Gobierno laborista intenta cerrar más de 200 oficinas de Hacienda en el Reino Unido, despidiendo 25.000 personas”, añade. Jersey firmó apresuradamente un acuerdo con Londres para facilitar información sobre los impuestos, con la esperanza de desaparecer de la “lista negra” de paraísos fiscales, que están en el huracán del debate sobre las reformas del sistema financiero de la próxima Cumbre del G20, y que incluso el presidente de EEUU, Barack Obama, identificó como “lugares de probables evasiones de impuestos de los EEUU”. Para los países empobrecidos el no-pago de impuestos y de otras tasas, por parte de las empresas transnacionales, supone la pérdida anual de 280.000 millones de euros aproximadamente.
La “invasión” de Jersey era la primera de una serie de acciones previstas en el Reino Unido ante la reunión del G20. Para el 28 de marzo, una amplia coalición de más de 100 organizaciones ha convocado una manifestación bajo el lema “¡Las personas primero! Empleo, Justicia, Clima” (www.putpeoplefirst.org.uk). “Seguirán las actividades en la City (Centro Financiero de Londres) el 1 de abril, durante el “Financial Fools' Day” (Día de los Inocentes para las finanzas - www.financialfoolsday.com), con acciones directas del movimiento autónomo y libertario bajo el lema “G20: Cataclismo en la City” (www.g-20meltdown.org). Además, habrá una Cumbre Alternativa (www.altg20.org.uk), una manifestación contra la guerra -exigiendo la salida de las tropas de Iraq y Afganistán, el final de la guerra en Gaza y la abolición de todas las armas nucleares (www.stopwar.org.uk), y un campamento de acciones sobre el clima (http://climatecamp.org.uk).
Siguiendo la declaración “No vamos a pagar por la crisis, que la paguen los ricos”, de la Asamblea de los Movimientos Sociales en el Foro Social Mundial, celebrado hace pocos meses en Belém (Brasil) (www.fsm2009amazonia.org.br), se está desarrollando una semana de acción global contra el capitalismo y la guerra del 28 de marzo al 4 de abril. En Francia, Alemania (http://28maerz.de) y el Estado español, entre otros, se hará mayor hincapié en la movilización contra el G-20 el 28 de marzo. Muchas acciones contra las medidas anti-crisis se enlazan, además, con las marchas contra la OTAN, y sus bases militares, en su 60 aniversario el 4 de abril en Estrasburgo y otros lugares. Desde la Marcha Mundial de las Mujeres, explica Miriam da Silva Pacheco, “en Brasil organizaremos una acción el 30 de marzo, contra la guerra y la crisis, y en solidaridad con Palestina, en alianza con otros movimientos, como MST, CUT, CTB y los estudiantes”. Los movimientos sociales en América Latina están volcados en la movilización contra su propio "G20", la Cumbre de las Américas en Trinidad y Tobago, que reúne a mediados de abril a los presidentes del continente.
Movimientos y organizaciones sociales de la región suramericana, como Jubileo Sur, están preparando asimismo acciones de manera paralela a la reunión anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que celebra a finales de marzo su 50° aniversario en Medellín (Colombia), para denunciar y demandar justicia frente a las políticas del BID, sus impactos sobre la población y el medio ambiente, así como las consecuencias de la deuda externa y los programas de ajuste estructural de las Instituciones Financieras Internacionales.
En Roma se organizará una acción simbólica frente al Banco de Italia, centrada en la demanda de cerrar los paraísos fiscales. Antonio Tricario, de la Campagna per la Riforma della Banca Mondiale, opina que el Financial Stability Forum (FSF) se convierte en un problema mucho más grande que el Fondo Monetario Internacional (FMI), por lo que aboga por una acción concertada entre los movimientos para denunciar el FSF. Éste fue creado en 1999 para reunir gobiernos, bancos centrales, autoridades nacionales de supervisión de los mercados (como la CNMV), las instituciones financieras internacionales, comités de expertos, etc. Su objetivo: promover estabilidad financiera internacional, mejorar el funcionamiento de los mercados financieros y reducir riesgos sistémicos. Actualmente está presidido por Mario Draghi, Gobernador del Banco de Italia. "Es más fácil conocer la mente de dios, que lo que piensa y hace Draghi", ironiza Tricario.
"El mundo en crisis: economías y políticas para una transformación global" será el lema de la reunión alternativa a la Cumbre de los ministros de economía y finanzas de la UE (ECOFIN), a finales de marzo en Praga. "Necesitamos urgentemente alternativas", declara Glopolis, los organizadores del "Alternative ECOFIN", una iniciativa que ya se llevó a cabo desde 2006 en Viena, Berlín y Ljubljana. Hans-Jürgen Urban, del sindicato alemán IG Metall y miembro de Attac, dice que “la izquierda ha tenido razón” con las predicciones de los impactos de la economía financiera, “pero ahora estamos un poco desamparados”. Faltan los modelos sociales alternativos. Para Susan George, del Transnational Institute (TNI), es urgente que los movimientos sociales pongan en la agenda de la opinión pública las crisis que los medios de comunicación masivos y los Gobiernos han invisibilizado con la crisis financiera, como las desigualdades sociales, la crisis alimentaria y el Cambio Climático. “No tenemos otra posibilidad que hacer posible la justicia climática”, constata Meena Raman de Amigos de la Tierra Internacional. “Tenemos que conseguir reducciones domésticas de emisiones de gases de efecto invernadero en los países industrializados sin títulos compensatorios de emisiones” y “exponer la hipocresía de la Unión Europea en las políticas climáticas”, añade la representante del Third World Network en Ginebra, que se muestra optimista: “es un gran momento para los cambios y el activismo político”.
En Asia también se preparan acciones en torno a esa semana. Walden Bello, economista filipino y miembro de Focus on the Global South, opina que el “G20 no está legitimado para discutir el orden multilateral, sino la ONU”, además “revitalizar el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) es el camino erróneo”. Lo que la UE tiene que hacer, dijo Bello en un debate con la Comisión Europea, organizado el pasado 17 de marzo por el Transnational Institute en Bruselas, es “cancelar la deuda externa de los países del Sur, trabajar a favor de una conferencia de la ONU para un nuevo orden multilateral, congelar la Ronda de Doha de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y las negociaciones de Tratados de Libre Comercio, apoyar las respuestas regionales a la crisis y detener el hostigamiento y las deportaciones de migrantes”. Aehwa Kim, de la Korean Alliance of Progress Movements informa que la Confederación Coreana de Sindicatos celebra el 28 de marzo en Seúl una manifestación contra las políticas neoliberales del gobierno y del G20.
Según Trevor Ngwane, del Soweto Electricity Crisis Committee (Suráfrica), “tenemos seis mil millones de razones para mejorar los derechos de las personas normales”. Luchar contra la crisis “es desafiar las privatizaciones donde la gente las sufre”, subraya. “En los antiguos barrios de la Apartheid, estamos luchando por las necesidades básicas, tales como agua, electricidad, educación y comida, y las 'grannies of Soweto' (abuelas) han conseguido sacar a la multinacional francesa Suez de la gestión del agua, que hoy vuelve estar en manos publicos”, añade Ngwane.
También en EEUU, donde hay casi 20.000 despidos cada día, habrá protestas como la marcha a Wall Street, el 3 y 4 de abril, en el aniversario del Día de Martin Luther King -quien dio su vida para luchar por justicia económica y social-, con esta reivindicación: “Paremos el Negocios como siempre. Cuenta a los banqueros de Wall Street: Estamos hartos y cansados de que billones de dólares se vayan a los bancos y unos pocos peniques sean para la gente. ¡Demandamos empleos ya!”. La movilización reivindica además la Employee Free Choice Act (la Ley de Libre Elección del Trabajador), que facilitaría que los trabajadores se afilien a sindicatos. Asimismo hay una campaña “Dile al Secretario de Estado del Tesoro qué siente tu corazón” de la red contra la deuda externa Jubilee USA. Con mensajes personalizados, sobre todo de niñas/os, quieren “sensibilizar” al Gobierno de Obama que no olvide al Sur Global.
Como en casi todas las convocatorias, se constata la exigencia de regular democráticamente los mercados y el capital financiero. Sin embargo, no está claro si el objetivo es una “economía global de mercado más ecológica y social” o un cambio de sistema. “Es preciso, pues, dar un giro profundo en la orientación de nuestro futuro”, explica Ramón Fernández Durán de Ecologistas en Acción, “lo cual sólo será posible a partir de multitud de procesos de pequeña escala, desde abajo, que vayan contra la lógica dominante”. “En definitiva, se trataría de frenar el crecimiento económico e impulsar un decrecimiento controlado, reduciendo poco a poco el ámbito de la economía monetaria, recuperando el control social del dinero, sometiendo el mercado a la sociedad, desmantelando los grandes conglomerados empresariales, y estableciendo el control del trabajo sobre unos procesos productivos, rompiendo con la lógica del beneficio y de la mercantilización y acumulación constante”, explica Durán.
La última convocatoria contra el G20, el pasado 15 de noviembre, no ha sido tan masivo como las manifestaciones contra la guerra de Iraq en 2003, pero en el seno de los movimientos sociales se está discutiendo estrategias comunes para una nueva ola de desobediencia civil. Reforzado por el Foro Social Mundial de Belém, surgen múltiples convocatorias para denunciar y promover acciones contra las medidas de las élites políticas y el poder económico ante la crisis financiera. Y, tanto a nivel mundial, europeo como estatal, se están dando pasos importantes de coordinación y convergencia entre diferentes sectores sociales y políticos. Incluso, surgen nuevos espacios locales, como l’Assemblea Que la Crisi la Paguin els Rics de Catalunya (www.noalacrisi.cat) o la Red Anticapitalista de Galicia, y muchos foros sociales locales reanudaron su actividad para buscar respuestas a la crisis. Hace falta, sin duda, la máxima confluencia entre las diferentes organizaciones, redes y campañas. Como se hizo, por ejempo, en la movilización contra la cumbre de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en Seattle (EEUU) hace 10 años, cuando decenas de miles de manifestantes fueron capaz de bloquear, retrasar y influenciar aquellas negociaciones comerciales. En la actual situación de desesparación y crispación social, no tardarán en rebelarse –de forma masiva- los afectados, como desempleados, agricultores, inmigrantes o trabajadores, para exigir medidas contra los impactos de la crisis. Y, entonces, será necesario haber tejido alianzas sociales amplias. La crisis económica mundial es “una oportunidad histórica de transformación”, como bien resume la declaración con ese título redactada durante el 7º Foro de los Pueblos Asia-Europa en Pekín en octubre de 2008, pero hacen falta muchas respuestas unitarias para no “ceder este momento a grupos fascistas, populistas de derecha o xenófobos, quienes seguramente intentarán aprovecharse del miedo y de la cólera de la gente para sus fines extremistas y reaccionarios”.
En el Estado español
Varias decenas de movimientos sociales, partidos políticos y organizaciones sindicales se vienen reuniendo desde octubre de 2008 a nivel estatal (http://vscrisis.wordpress.com) y local. En Barcelona y Madrid (bajo el lema “No pagaremos vuestras crisis capitalistas. ¡Es hora de cambiar!), han decidido convocar a la ciudadanía a manifestaciones unitarias el sábado 28 de marzo, coincidiendo con otras similares en otras ciudades.
Crisis ecológica y alimentaria
En muchos lugares se vinculará las protestas contra el G20 con la lucha contra el cambio climático, la defensa del territorio y la Soberanía Alimentaria. Así, la Vía Campesina (http://viacampesina.org), moviliza mundialmente el próximo 17 de abril, “por los derechos de los campesinos y las campesinas” y “para oponernos a los acuerdos de libre comercio en África y en el resto del mundo”. Por otra parte, ha tenido lugar recientemente en Copenhague una reunión para seguir coordinando las movilizaciones internacionales, en los preparativos hacia, durante, y después, de la Conferencia sobre Cambio Climático de la ONU en la capital danesa, especialmente durante el Día de Acción Global el 12 de diciembre de 2009. En la declaración “¡Justicia climática ahora! ¡No a las ilusiones neoliberales, si a las soluciones de los pueblos!” de la Asamblea por la Justicia Climática en el Foro Social Mundial, se remarcó que “frente a los intereses deshumanizados e impulsados por el mercado de la elite global y el modelo dominante de desarrollo basado en un crecimiento y consumo interminables, el movimiento por la justicia climática reclamará los bienes comunes, y pondrá las realidades sociales y económicas en el corazón de nuestra lucha contra el cambio climático”. Todo ello con la idea de “desenmascarar las falsas soluciones, alzar las voces del sur, defender los Derechos Humanos, y fortalecer la solidaridad”.
Acciones sencillas contra la evasión de impuestos
El cómico inglés, Mark Thomas, organizó recientemente una protesta ante el edificio del Ministerio de Hacienda en Londres animando a los funcionarios de ocupar el inmueble y dejar de pagar alquiler porque su dueño evade impuestos. El gobierno inglés había vendido el edificio público hace años a una empresa financiera, con sede en Jersey, y que evade el pago de impuestos en el Reino Unido al gestionar sus cuentas en dicho paraíso fiscal -mientras el ministerio le abona, con dinero público, cada mes el alquiler por el uso de las oficinas en el edificio-.
Tom Kucharz. Ecologistas en AcciónJohn Hilary, de la organización británica War on Want, exige: “el escándalo de los paraísos fiscales tiene que acabar”. Sólo los cuatro grandes bancos ingleses (RBS, Lloyds TSB, Barclays and HSBC) tienen 170 filiales in Jersey. “Las arcas públicas pierden cada año 100.000 millones de libras esterlinas por evasión fiscal. Y, en vez de mejorar la capacidad de recaudar estos impuestos perdidos, el Gobierno laborista intenta cerrar más de 200 oficinas de Hacienda en el Reino Unido, despidiendo 25.000 personas”, añade. Jersey firmó apresuradamente un acuerdo con Londres para facilitar información sobre los impuestos, con la esperanza de desaparecer de la “lista negra” de paraísos fiscales, que están en el huracán del debate sobre las reformas del sistema financiero de la próxima Cumbre del G20, y que incluso el presidente de EEUU, Barack Obama, identificó como “lugares de probables evasiones de impuestos de los EEUU”. Para los países empobrecidos el no-pago de impuestos y de otras tasas, por parte de las empresas transnacionales, supone la pérdida anual de 280.000 millones de euros aproximadamente.
La “invasión” de Jersey era la primera de una serie de acciones previstas en el Reino Unido ante la reunión del G20. Para el 28 de marzo, una amplia coalición de más de 100 organizaciones ha convocado una manifestación bajo el lema “¡Las personas primero! Empleo, Justicia, Clima” (www.putpeoplefirst.org.uk). “Seguirán las actividades en la City (Centro Financiero de Londres) el 1 de abril, durante el “Financial Fools' Day” (Día de los Inocentes para las finanzas - www.financialfoolsday.com), con acciones directas del movimiento autónomo y libertario bajo el lema “G20: Cataclismo en la City” (www.g-20meltdown.org). Además, habrá una Cumbre Alternativa (www.altg20.org.uk), una manifestación contra la guerra -exigiendo la salida de las tropas de Iraq y Afganistán, el final de la guerra en Gaza y la abolición de todas las armas nucleares (www.stopwar.org.uk), y un campamento de acciones sobre el clima (http://climatecamp.org.uk).
Siguiendo la declaración “No vamos a pagar por la crisis, que la paguen los ricos”, de la Asamblea de los Movimientos Sociales en el Foro Social Mundial, celebrado hace pocos meses en Belém (Brasil) (www.fsm2009amazonia.org.br), se está desarrollando una semana de acción global contra el capitalismo y la guerra del 28 de marzo al 4 de abril. En Francia, Alemania (http://28maerz.de) y el Estado español, entre otros, se hará mayor hincapié en la movilización contra el G-20 el 28 de marzo. Muchas acciones contra las medidas anti-crisis se enlazan, además, con las marchas contra la OTAN, y sus bases militares, en su 60 aniversario el 4 de abril en Estrasburgo y otros lugares. Desde la Marcha Mundial de las Mujeres, explica Miriam da Silva Pacheco, “en Brasil organizaremos una acción el 30 de marzo, contra la guerra y la crisis, y en solidaridad con Palestina, en alianza con otros movimientos, como MST, CUT, CTB y los estudiantes”. Los movimientos sociales en América Latina están volcados en la movilización contra su propio "G20", la Cumbre de las Américas en Trinidad y Tobago, que reúne a mediados de abril a los presidentes del continente.
Movimientos y organizaciones sociales de la región suramericana, como Jubileo Sur, están preparando asimismo acciones de manera paralela a la reunión anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que celebra a finales de marzo su 50° aniversario en Medellín (Colombia), para denunciar y demandar justicia frente a las políticas del BID, sus impactos sobre la población y el medio ambiente, así como las consecuencias de la deuda externa y los programas de ajuste estructural de las Instituciones Financieras Internacionales.
En Roma se organizará una acción simbólica frente al Banco de Italia, centrada en la demanda de cerrar los paraísos fiscales. Antonio Tricario, de la Campagna per la Riforma della Banca Mondiale, opina que el Financial Stability Forum (FSF) se convierte en un problema mucho más grande que el Fondo Monetario Internacional (FMI), por lo que aboga por una acción concertada entre los movimientos para denunciar el FSF. Éste fue creado en 1999 para reunir gobiernos, bancos centrales, autoridades nacionales de supervisión de los mercados (como la CNMV), las instituciones financieras internacionales, comités de expertos, etc. Su objetivo: promover estabilidad financiera internacional, mejorar el funcionamiento de los mercados financieros y reducir riesgos sistémicos. Actualmente está presidido por Mario Draghi, Gobernador del Banco de Italia. "Es más fácil conocer la mente de dios, que lo que piensa y hace Draghi", ironiza Tricario.
"El mundo en crisis: economías y políticas para una transformación global" será el lema de la reunión alternativa a la Cumbre de los ministros de economía y finanzas de la UE (ECOFIN), a finales de marzo en Praga. "Necesitamos urgentemente alternativas", declara Glopolis, los organizadores del "Alternative ECOFIN", una iniciativa que ya se llevó a cabo desde 2006 en Viena, Berlín y Ljubljana. Hans-Jürgen Urban, del sindicato alemán IG Metall y miembro de Attac, dice que “la izquierda ha tenido razón” con las predicciones de los impactos de la economía financiera, “pero ahora estamos un poco desamparados”. Faltan los modelos sociales alternativos. Para Susan George, del Transnational Institute (TNI), es urgente que los movimientos sociales pongan en la agenda de la opinión pública las crisis que los medios de comunicación masivos y los Gobiernos han invisibilizado con la crisis financiera, como las desigualdades sociales, la crisis alimentaria y el Cambio Climático. “No tenemos otra posibilidad que hacer posible la justicia climática”, constata Meena Raman de Amigos de la Tierra Internacional. “Tenemos que conseguir reducciones domésticas de emisiones de gases de efecto invernadero en los países industrializados sin títulos compensatorios de emisiones” y “exponer la hipocresía de la Unión Europea en las políticas climáticas”, añade la representante del Third World Network en Ginebra, que se muestra optimista: “es un gran momento para los cambios y el activismo político”.
En Asia también se preparan acciones en torno a esa semana. Walden Bello, economista filipino y miembro de Focus on the Global South, opina que el “G20 no está legitimado para discutir el orden multilateral, sino la ONU”, además “revitalizar el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) es el camino erróneo”. Lo que la UE tiene que hacer, dijo Bello en un debate con la Comisión Europea, organizado el pasado 17 de marzo por el Transnational Institute en Bruselas, es “cancelar la deuda externa de los países del Sur, trabajar a favor de una conferencia de la ONU para un nuevo orden multilateral, congelar la Ronda de Doha de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y las negociaciones de Tratados de Libre Comercio, apoyar las respuestas regionales a la crisis y detener el hostigamiento y las deportaciones de migrantes”. Aehwa Kim, de la Korean Alliance of Progress Movements informa que la Confederación Coreana de Sindicatos celebra el 28 de marzo en Seúl una manifestación contra las políticas neoliberales del gobierno y del G20.
Según Trevor Ngwane, del Soweto Electricity Crisis Committee (Suráfrica), “tenemos seis mil millones de razones para mejorar los derechos de las personas normales”. Luchar contra la crisis “es desafiar las privatizaciones donde la gente las sufre”, subraya. “En los antiguos barrios de la Apartheid, estamos luchando por las necesidades básicas, tales como agua, electricidad, educación y comida, y las 'grannies of Soweto' (abuelas) han conseguido sacar a la multinacional francesa Suez de la gestión del agua, que hoy vuelve estar en manos publicos”, añade Ngwane.
También en EEUU, donde hay casi 20.000 despidos cada día, habrá protestas como la marcha a Wall Street, el 3 y 4 de abril, en el aniversario del Día de Martin Luther King -quien dio su vida para luchar por justicia económica y social-, con esta reivindicación: “Paremos el Negocios como siempre. Cuenta a los banqueros de Wall Street: Estamos hartos y cansados de que billones de dólares se vayan a los bancos y unos pocos peniques sean para la gente. ¡Demandamos empleos ya!”. La movilización reivindica además la Employee Free Choice Act (la Ley de Libre Elección del Trabajador), que facilitaría que los trabajadores se afilien a sindicatos. Asimismo hay una campaña “Dile al Secretario de Estado del Tesoro qué siente tu corazón” de la red contra la deuda externa Jubilee USA. Con mensajes personalizados, sobre todo de niñas/os, quieren “sensibilizar” al Gobierno de Obama que no olvide al Sur Global.
Como en casi todas las convocatorias, se constata la exigencia de regular democráticamente los mercados y el capital financiero. Sin embargo, no está claro si el objetivo es una “economía global de mercado más ecológica y social” o un cambio de sistema. “Es preciso, pues, dar un giro profundo en la orientación de nuestro futuro”, explica Ramón Fernández Durán de Ecologistas en Acción, “lo cual sólo será posible a partir de multitud de procesos de pequeña escala, desde abajo, que vayan contra la lógica dominante”. “En definitiva, se trataría de frenar el crecimiento económico e impulsar un decrecimiento controlado, reduciendo poco a poco el ámbito de la economía monetaria, recuperando el control social del dinero, sometiendo el mercado a la sociedad, desmantelando los grandes conglomerados empresariales, y estableciendo el control del trabajo sobre unos procesos productivos, rompiendo con la lógica del beneficio y de la mercantilización y acumulación constante”, explica Durán.
La última convocatoria contra el G20, el pasado 15 de noviembre, no ha sido tan masivo como las manifestaciones contra la guerra de Iraq en 2003, pero en el seno de los movimientos sociales se está discutiendo estrategias comunes para una nueva ola de desobediencia civil. Reforzado por el Foro Social Mundial de Belém, surgen múltiples convocatorias para denunciar y promover acciones contra las medidas de las élites políticas y el poder económico ante la crisis financiera. Y, tanto a nivel mundial, europeo como estatal, se están dando pasos importantes de coordinación y convergencia entre diferentes sectores sociales y políticos. Incluso, surgen nuevos espacios locales, como l’Assemblea Que la Crisi la Paguin els Rics de Catalunya (www.noalacrisi.cat) o la Red Anticapitalista de Galicia, y muchos foros sociales locales reanudaron su actividad para buscar respuestas a la crisis. Hace falta, sin duda, la máxima confluencia entre las diferentes organizaciones, redes y campañas. Como se hizo, por ejempo, en la movilización contra la cumbre de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en Seattle (EEUU) hace 10 años, cuando decenas de miles de manifestantes fueron capaz de bloquear, retrasar y influenciar aquellas negociaciones comerciales. En la actual situación de desesparación y crispación social, no tardarán en rebelarse –de forma masiva- los afectados, como desempleados, agricultores, inmigrantes o trabajadores, para exigir medidas contra los impactos de la crisis. Y, entonces, será necesario haber tejido alianzas sociales amplias. La crisis económica mundial es “una oportunidad histórica de transformación”, como bien resume la declaración con ese título redactada durante el 7º Foro de los Pueblos Asia-Europa en Pekín en octubre de 2008, pero hacen falta muchas respuestas unitarias para no “ceder este momento a grupos fascistas, populistas de derecha o xenófobos, quienes seguramente intentarán aprovecharse del miedo y de la cólera de la gente para sus fines extremistas y reaccionarios”.
En el Estado español
Varias decenas de movimientos sociales, partidos políticos y organizaciones sindicales se vienen reuniendo desde octubre de 2008 a nivel estatal (http://vscrisis.wordpress.com) y local. En Barcelona y Madrid (bajo el lema “No pagaremos vuestras crisis capitalistas. ¡Es hora de cambiar!), han decidido convocar a la ciudadanía a manifestaciones unitarias el sábado 28 de marzo, coincidiendo con otras similares en otras ciudades.
Crisis ecológica y alimentaria
En muchos lugares se vinculará las protestas contra el G20 con la lucha contra el cambio climático, la defensa del territorio y la Soberanía Alimentaria. Así, la Vía Campesina (http://viacampesina.org), moviliza mundialmente el próximo 17 de abril, “por los derechos de los campesinos y las campesinas” y “para oponernos a los acuerdos de libre comercio en África y en el resto del mundo”. Por otra parte, ha tenido lugar recientemente en Copenhague una reunión para seguir coordinando las movilizaciones internacionales, en los preparativos hacia, durante, y después, de la Conferencia sobre Cambio Climático de la ONU en la capital danesa, especialmente durante el Día de Acción Global el 12 de diciembre de 2009. En la declaración “¡Justicia climática ahora! ¡No a las ilusiones neoliberales, si a las soluciones de los pueblos!” de la Asamblea por la Justicia Climática en el Foro Social Mundial, se remarcó que “frente a los intereses deshumanizados e impulsados por el mercado de la elite global y el modelo dominante de desarrollo basado en un crecimiento y consumo interminables, el movimiento por la justicia climática reclamará los bienes comunes, y pondrá las realidades sociales y económicas en el corazón de nuestra lucha contra el cambio climático”. Todo ello con la idea de “desenmascarar las falsas soluciones, alzar las voces del sur, defender los Derechos Humanos, y fortalecer la solidaridad”.
Acciones sencillas contra la evasión de impuestos
El cómico inglés, Mark Thomas, organizó recientemente una protesta ante el edificio del Ministerio de Hacienda en Londres animando a los funcionarios de ocupar el inmueble y dejar de pagar alquiler porque su dueño evade impuestos. El gobierno inglés había vendido el edificio público hace años a una empresa financiera, con sede en Jersey, y que evade el pago de impuestos en el Reino Unido al gestionar sus cuentas en dicho paraíso fiscal -mientras el ministerio le abona, con dinero público, cada mes el alquiler por el uso de las oficinas en el edificio-.
Fuente: Kaos en la red
No hay comentarios:
Publicar un comentario