viernes, 2 de enero de 2009

Los primeros diez años de ATTAC (1998-2008)

Al celebrar nuestro décimo aniversario y hacer frente al futuro con optimismo, nos es difícil saber desde Attac cómo van a juzgar las generaciones venideras nuestras ilusiones y nuestras esperanzas, nuestras luchas y nuestros compromisos. Pero para todos aquellos que nos hemos adherido al movimiento internacional Attac, es difícil escapar al sentido de la historia, de formar parte de un proyecto completamente original cuyos objetivos, reveses y logros eran difícilmente imaginables en el pasado.

Nuestros logros en los últimos diez años

Quizás la primera gran enseñanza de esta primera década de Attac es que hemos tenido razón en desconfiar de la globalización neoliberal. La liberalización y desregulación de los mercados financieros nos ha llevado de manera irrefutable a un desastre social y medioambiental y a un deterioro de la democracia. A lo largo de esta década, nuestros adversarios se han dedicado a desmentirlo, negándose a ver, y mucho menos a prevenir las crisis, permitiéndose incluso sacar beneficio de ellas cada vez que les ha sido posible. Nosotros supimos adelantarnos a ver las crisis que se avecinaban y propusimos soluciones para evitarlas.

Cuando se fundó Attac había pocas organizaciones que se dedicaran a trabajar en los aspectos concernientes a la globalización y tampoco existía una toma de conciencia ciudadana importante sobre el alcance del proyecto neoliberal. De entrada empezamos a trabajar en pro de la justicia social y económica, y aunque pueda parecer que nuestras metas y objetivos están abocados a no cumplirse nunca, hemos alcanzado importantes logros.

Hemos conseguido poner arena en el engranaje que hace avanzar la ofensiva neoliberal en numerosos campos de actuación. El neoliberalismo está desacreditado en amplios sectores de la población y carece de respuestas frente a las numerosas crisis. Las instituciones internacionales base del neoliberalismo atraviesan una profunda crisis (el Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial del Comercio, el Banco Mundial). Colaborando junto con muchos otros grupos que luchan contra la expansión del comercio y la liberalización de las inversiones hemos conseguido que las negociaciones de la Ronda de Doha de la OMC se encuentren en punto muerto.

En Europa, hemos contribuido a bloquear la Constitución neoliberal de la UE y su proyecto de recambio, el Tratado de Lisboa; lo hemos hecho en Francia, en los Países Bajos e Irlanda. Las organizaciones nacionales y locales de Attac han sido capaces de conectar sus campañas internacionales con las luchas locales y nacionales, lo que ha permitido ampliar nuestras alianzas. Estos mismos grupos locales de Attac han salvado de la privatización numerosos servicios públicos.

Junto a estos éxitos, hemos propuesto alternativas económicas y hemos logrado, en esta primera década, dar algunos pasos hacia la consecución de nuestras exigencias iniciales. La tasación internacional forma parte en la actualidad de la agenda de las Naciones Unidas y ya se han tomado las primeras medidas, aunque, a pesar de ello, existen intereses poderosos que continúan bloqueando la tasación de las transacciones financieras. Hemos visto algunas cancelaciones de la deuda, aunque todo ello sigue siendo insuficiente si se tiene en cuenta el carácter ilegítimo de la deuda pública. Los paraísos fiscales, antes casi desconocidos, han sido destapados y denunciados, avergonzando con ello a las autoridades y causando repugnancia a los ciudadanos de a pie.

El movimiento altermundialista ha contribuido a que se produzcan cambios fundamentales en la política interna de varios estados. Países como Bolivia, Noruega, Venezuela, Ecuador y Brasil han podido elegir a gobiernos con programas que tratan de romper con el neoliberalismo y la privatización. Attac ha logrado a su vez defender los derechos de personas bajo condiciones difíciles en países en los que las libertades civiles no están garantizadas. Al mismo tiempo, buena parte de nuestro trabajo ha estado enfocado hacia los países ricos, cuyas agresivas políticas neoliberales constituyen una amenaza para las futuras generaciones , al mismo tiempo que violan los derechos humanos de los más pobres a nivel global.

Estamos a favor de la paz y contra todas las guerras nuevas; actuamos solidariamente en el plano internacional; por encima de la fosa que se ha abierto entre el Norte y el Sur, extendemos nuestra mano hacia nuestro maltratado planeta. Estos son nuestros recursos esta es nuestra riqueza. Los Attacs de todo el mundo han contribuido de manera significativa al Foro Social Mundial y a los incontables foros sociales que se han creado en cada espacio geográfico. De estos foros sociales han nacido docenas de redes temáticas que han movilizado a la sociedad civil y a los movimientos sociales, más allá de las fronteras. Nosotros mismos hemos experimentado nuevas formas de organización o, al decir de algunos, de desorganización, pero en todo caso, lo hemos hecho de forma innovadora. Nos hemos mantenido en la no violencia cualesquiera que fuesen las provocaciones de nuestros adversarios a las que hemos tenido que hacer frente.

Dondequiera que se organicen los seres humanos para lograr algún fin, siempre se cometen errores, y nosotros los hemos cometido. Attac se ha visto tentada a abarcar demasiados asuntos en muchas partes. Debido a que todo se encuentra interrelacionado, hemos sucumbido demasiado a menudo a la tentación de “ser todo para todos”. Como consecuencia, la coordinación de nuestras numerosas campañas internacionales ha exigido un gran esfuerzo a nuestras bases.

Nuestros retos en los próximos años

Hoy día nos enfrentamos a una multiplicación sin precedentes de las crisis globales. Las crisis financieras se propagan. La especulación afecta a sectores vitales como la tierra, las materias primas y los alimentos. La explosión de la desregulación del poder financiero y las políticas neoliberales instaladas en la mayoría de los países y las instituciones internacionales (como la OMC, el FMI y el Banco Mundial) contribuyen a empeorar la ya terrible situación de hambre en el mundo, consecuencia de la subida de los precios de los alimentos.

Además, la humanidad se encuentra ahora amenazada por profundas crisis ecológicas: el cambio climático, una pérdida de la biodiversidad nunca vista anteriormente y la degradación de los recursos naturales. Todo este proceso está estrechamente conectado con la globalización neoliberal, que no protege nuestros bienes públicos, sino por el contrario los somete a la lógica hegemónica de los beneficios de las finanzas.

Esta misma lógica de la globalización capitalista ha sido la que ha incrementado las desigualdades mundiales, tanto a escala internacional entre los diferentes países como en el interior de cada país. Las crisis financiera y alimentaria han servido para aumentar dramáticamente las diferencias ya existentes. Estas nuevas desigualdades son la consecuencia y el fruto de la acumulación de beneficios de un pequeño grupo de propietarios del capital, en detrimento de millones de personas en todo el planeta. No cabe la menor duda de que la crisis ecológica va a contribuir a aumentar las desigualdades entre aquellos que pueden protegerse contra sus consecuencias y aquellos que no pueden hacer nada para evitarla. Por ello las soluciones a estas crisis deben ser sistemáticas y globales: no podemos contemplar más que una ruptura radical con las políticas neoliberales, acompañadas del establecimiento de instituciones verdaderamente democráticas que puedan guiar la economía mundial.

Dada la profunda crisis de la globalización neoliberal, Attac debe entrar en una nueva fase de organización y de promoción de alternativas. Siempre hemos hecho frente a las crisis neoliberales a través de la “educación popular dirigida a la acción”. Producimos conocimiento en relación al cambio social y nos comprometemos en la acción de forma concertada con todos aquellos aliados a los que podamos convencer; y estos seguirán siendo los factores clave de nuestro trabajo y de nuestras estrategias. Si queremos que nuestras campañas para el control democrático y el desarme de los mercados financieros y el comercio justo tengan éxito, necesitaremos, a su vez, una coordinación internacional más estrecha. Por ello un reto decisivo durante los próximos años será el hacer más global el movimiento altermundialista, haciendo acopio de la fuerza necesaria de cada uno de los grupos que operan en Attac, tanto a nivel local como nacional.

Hemos comprobado que las consecuencias de la globalización se sitúan más allá de las finanzas y del comercio. El bienestar de la población en un planeta que tiene sus límites nos obliga a un cambio radical de las formas de consumo y de producción: la economía debe estar organizada y regulada de forma que pueda responder a las necesidades reales de las personas. Vamos a luchar para defender otras alternativas económicas, en favor de una economía sostenible que esté basada en los derechos sociales y medioambientales para todos.

¡Hace falta otro modelo de economía!
¡Otro mundo es posible!

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