martes, 12 de febrero de 2008

El debate sobre la crisis de los FSM: una opinión

Enric Pastor. Attac Pais Valenciano.
El compañero Carlos Martínez ha escrito un largo comentario a cuenta de la entrevista efectuada a Ignacio Ramonet sobre los Foros Sociales Mundiales (FSM). El tema (el futuro y el presente de la acción política de los movimientos sociales) es enormemente interesante.

Para la gente que desde ATTAC -y desde otros lugares, evidentemente- hemos visto como los FSM eran como una bengala reluciente que estallaba en el aire tranquilo de los salones de Davos y del capitalismo mundial y sacudía el juego político mundial, nos da materia abundante para que reflexionamos al respecto.

En primer lugar creo que hace falta decir que en la entrevista, I. Ramonet sufre de una cierta impaciencia por ver resultados a corto plazo. En realidad no le falta razón si observamos la capacidad de reacción de la "intelligentsia" capitalista -y de su "alter ego", la "tercera vía"- frente a la lenta marcha del pensamiento progresista anti-capitalista. Pero esto ha sido -y será- una constante histórica: el capitalismo tiene claros los objetivos (hacer dinero), controla los medios materiales (ejércitos y policías) y ostenta la propiedad del grueso de la capacidad productiva (industrias y materias primas). Pero es que, también, con esos medios, sobre todo el primero, es capaz de alimentar los corifeos suficientes y bien pagados (medios de comunicación y universidades privadas, fundaciones y otros "think tank") como para llegar en un momento determinado a, como dice el compañero Carlos Martínez, "laminar" también la oposición teórica con un montón de papeles bien pagados. El ejemplo del "insigne" Fukuyama con su trabajo sobre "El final de la historia", pagado por la CIA, como es bien sabido, es un ejemplo claro de lo que decimos.

Pero yo quisiera insuflar un poco de optimismo con los mismos argumentos y terreno de juego que los anteriores opinantes argumentan: Latinoamérica. Realmente, ¿puede decirse que todo lo que está moviéndose por aquellas tierras está tan alejado de las tareas hechas esta última década por los movimientos sociales?. En mi modesta opinión nada de lo que está pasando allí puede explicarse sin la existencia de los Foros Sociales Mundiales, crisol de experiencias y red tejida con las complicidades de quienes, de manera antes aislada, ahora se contactan y comunican experiencias de manera fluida, ¡al menos mucho más fluida que antes del FSM, seguro!.

Al respecto recuerdo una conferencia que le escuché al mismo I. Ramonet en el Ivam de Valencia, calculo que el 97 o el 98, en que se lamentaba del hecho que, habiendo mucha gente que se oponía al sistema, tras el derribo del muro de Berlín toda esta gente se había quedado desmenuzada organizativamente y desorientada ideológicamente, resultando -y recuerdo perfectamente la comparación que hizo- como un archipiélago de opositores en un mar de capitalismo y pensamiento único, según la afortunada expresión que, si él no inventó (lo ignoro) sí que divulgó y llenó de contenido.

Lamentablemente la cultura de la izquierda (marxista, sobre todo) mundial ha estado acostumbrada durante un siglo largo a tener una única referencia válida(?) y un único modelo de actuación y marco ideológico. Con todos los matices que se quiera, pero la LUZ, así, con mayúsculas, que iluminaba el pensamiento progresista era prácticamente única y unidireccional.
La gran diferencia ahora es que esa luz no es el resultado de un faro indiscutible que todo el mundo sigue sin discrepancia posible, sino que, por el contrario, la actual luz que nos va alumbrando un futuro diferente está formada por un número enorme de llamitas, pequeñas unas, más grandes otras, pero siempre modestas de tamaño y esto nos pone nerviosos a quienes tenemos una enorme prisa por cambiar las cosas. No ha sido ajena a esta cuestión la mencionada crisis de ATTAC Francia, según mi parecer.

De hecho, de la iniciativa de ATTAC y unos pocos más, salió la idea del AlterDavos, primero y de los FSM después, y fue esta organización la que, con una suficiente implantación internacional, fue extendiendo a lo largo y ancho del movimiento altermundialista conceptos como el de la tasa Tobin, banderín de reclutamiento de otros conceptos más elaborados posteriormente. Pues bien, la crisis de ATTAC Francia, a mi parecer -métodos empleados, a parte- en el fondo tiene que ver con la superación NECESARIA de un cierto concepto de trabajar la política, de una cierta forma de hacer política que habiendo dado en un momento histórico resultados a corto plazo, la evolución de la historia ha mostrado como ineficiente para conseguir el cambios de mentalidad, el "HOMBRE NUEVO" que nos iba a llevar a la nueva y más justa sociedad.

En ese sentido creo que sería un grave error que el movimiento mundial que trata de hacerle frente al neoliberalismo (cara "nueva" del sempiterno capitalismo que estudiara Marx y los suyos) no hubiera aprendido determinadas lecciones de la historia y no tratara de hacer las cosas con más calma y de bajo hacia arriba. Como dijo en una ocasión Santiago Carrillo, persona con la que discrepo en muchísimas cosas, pero que en esa ocasión creo que lo acertaba: "De dictaduras, ni la del proletariado". A esa frase yo le doy el sentido, ahora y aquí, de qué no hacen falta grandes elaboraciones teóricas que después hay que "instaurar" a base de tácticas más o menos militares sino que, por el contrario, lo que hace falta es darle todo el respaldo a esas nuevas experiencias de Latinoamérica en las que los nuevos gobiernos progresistas y anti-liberales han sido elegidos mediante elecciones democráticas y se mantienen -buscan mantenerse, deben mantenerse- con una serie de medidas favorables a los desposeídos de siempre que, si se hacen bien las cosas, continuarán apoyándolos y participando.
No soy ningún ingenuo y claro está que tengo presente casos como los de Allende, los sandinistas y, si me apuráis, Perón, pero ni el contexto histórico es el mismo ni el "Imperio" tiene la misma fuerza que antes, ni hay en este momentos un bipolarismo mundial que empuje a soluciones "a la cubana". En todo caso está claro que hace falta estar al quite, vigilando los movimientos que, desde el golpismo puro y duro, pasando por intervenciones militares directas, hasta otras formas más sutiles -violentas directamente o no- de presión, se puedan realizar por hacer tambalear estas experiencias. Pero es que creo que no hay alternativas a esto y, sobre todo, no hay ALTERNATIVA a esto. Digámoslo claro, la solución al tema no pasa por fundar la VI Internacional, al menos no siguiendo la experiencia de las anteriores. En todo caso esa internacional, en cierta medida, ya existe, pero es una internacional "difusa", multipolar, pluridoctrinal y, fundamentalmente, PROFUNDAMENTE DEMOCRÁTICA en sus métodos y elaboraciones teóricas, ciertamente todavía con poco peso teórico y sin estructura orgánica (¿es necesaria?), pero es que creo qué lo que caracteriza a esta "internacional difusa" es precisamente que la elaboración teórica va saliendo de las experiencias concretas y no al contrario. Creo que, sobre todo, hay que aprender que la perspectiva "occidental" no es la única correcta para observar y analizar los problemas del mundo entero. Ese es un pensamiento neocolonialista que nos perjudica a todos.

Es aquí dónde pienso que radica su mejor y más prometedora perspectiva. Trabajemos y tengamos paciencia, constancia y voluntad firme de echar para adelante. Ya sería suficiente si así fuera.

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