
El próximo Domingo, 28 de Agosto a las 21:00, y frente a la Delegación de Gobierno, se convoca a todos los ciudadanos de Murcia para exigir un Referéndum ante la Reforma Constitucional propuesta por los partidos mayoritarios.
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El próximo Domingo, 28 de Agosto a las 21:00, y frente a la Delegación de Gobierno, se convoca a todos los ciudadanos de Murcia para exigir un Referéndum ante la Reforma Constitucional propuesta por los partidos mayoritarios.
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Algunos movimientos han conseguido abrir espacios más o menos estables en los que sus miembros pueden intercomunicarse, debatir y tomar decisiones, ya sea en las plazas, en los centros de estudio, o alternando espacios a cielo abierto y cerrados como sucede en la mayor parte de los casos. Cuando se trata de estallidos como los sucedidos en las periferias pobres de Londres o, anteriormente, en los suburbios de París, en 2005, es más difícil encontrar espacios permanentes como anclaje de la protesta, que suele expandirse tan rápidamente como se difumina.
La creación de espacios más o menos permanentes, controlados por los sujetos en movimiento, es un dato mayor ya que es lo que permite darle continuidad a las revueltas, y uno de los elementos que puede convertir las acciones espontáneas en movimientos. Es parte del trabajo que James C. Scott ha realizado en Los dominados y el arte de la resistencia y en su más reciente El arte de no ser gobernados (sin traducción al español por el momento). Las clases dominantes se han empeñado, a lo largo de más de un siglo, en dinamitar esos espacios donde los de abajo se relacionan porque suelen ser los espacios donde, en silencio, se ensayan las rebeliones.
Sin embargo, los diferentes sectores y clases sociales tienen también distintas posibilidades para construir o abrir espacios. En las revueltas en marcha, las clases medias afectadas por la crisis, una amplia gama de trabajadores y profesionales más o menos precarizados, han tenido éxito en crear espacios y los han podido defender pese a la presión social y estatal que a menudo deriva en violencia represiva.
Para los de más abajo, los llamados excluidos, las cosas son más difíciles. Miembros del colectivo Baladre, que participan en las asambleas de los indignados, reconocen que, salvo excepciones, los más pobres no integran el movimiento, y que cuando lo hacen, pasan cosas
. Manolo Sáez lleva años trabajando junto a sectores marginalizados, y asegura que en las asambleas se produce un choque de culturas porque las formas de funcionar y de hablar son distintas, toman alcohol, son menos higiénicos y son políticamente incorrectos
. La palabra lumpen
sale a relucir como adjetivo.
La unidad de acción entre todos los que han sido agredidos por el sistema, los diversos abajos y los diversos sótanos, es insustituible si aspiramos algún día a derrotar a la clase que detenta el poder y los medios de producción y de cambio. Pero esa unidad sólo puede ser construida. O sea, será el fruto de un largo proceso de trabajo en común, de edificación permanente y, por lo tanto, de educación y autoeducación colectivas. Este proceso no puede ser espontáneo, ni puede quedar librado al azar sino ser consecuencia de la voluntad y el deseo de cambiar el mundo, cosa que sólo puede hacerse con todos los oprimidos y oprimidas.
En gran medida es una cuestión de clase que no se resuelve bajo la forma alianza, o sea vínculo entre representantes, sino a través de la creación de lenguajes y códigos comunes en espacios autocontrolados donde convivan las diferencias. Inspirado en Marx, Immanuel Wallerstein sostiene que esta es la cuestión clave en torno a la que se centra la lucha de clases
, en un texto donde analiza la pugna de la burguesía por establecer un modo de dominación con base en una estructura tripartita como forma de estabilizar la dominación (La formación de las clases en la economía-mundo capitalista).
Este es quizá el núcleo de los problemas actuales. La lucha de clases se centra políticamente en el intento de las clases dominantes de crear y preservar un tercer nivel o capa intermedia, frente al intento de las clases oprimidas de polarizar tanto la realidad como su percepción
, dice Wallerstein. Esa ha sido la razón de fondo de la introducción de categorías en las fábricas, y de la creación de una capa de controladores y capataces. Y es el objetivo de las políticas sociales
: una ingeniería para separar y levantar muros entre los de abajo y los del sótano.
El capitalismo domina expandiéndose territorialmente, como nos recuerda David Harvey, sometiendo nuevos territorios a la lógica de la acumulación. Pero hacia adentro
, consolida su dominación separando, dividiendo, creando pequeños privilegios para desgarrar la cohesión social y fabricar, de ese modo, desigualdades en las cuales se apoya para solidificar sus poderes. Mujeres, indios, negros, migrantes, excluidos… las categorías de esa división son infinitas.
La estrategia de quienes buscamos superar el capitalismo debe tener como objetivo derribar estos muros entre los oprimidos. En América Latina, y probablemente en todo el mundo, se han experimentado dos modos exitosos de hacerlo: abrir espacios donde una larga convivencia permita superar estas divisiones y trabajar para que los del más abajo, los excluidos o marginados, se conviertan en sujetos. No son, por cierto, dos procesos contradictorios.
Hasta ahora ha sido el sector intermedio el que mayor éxito ha tenido para organizarse y hacer valer sus razones. La novedad que los latinoamericanos podemos aportarle a las rebeliones del mundo es justamente ese esfuerzo en trabajar durante largo tiempo con los más diversos sótanos: los sin techo, sin tierra, sin trabajo, sin derechos. Debemos saber, empero, que cuando los sótanos se hacen sujetos, tiemblan incluso las izquierdas establecidas. Algo de eso sucede en Chiapas, en Bolivia y en Ecuador. Los sectores medios suelen sentir que los del sótano rompen la armonía y la paz social. Para eso son sujetos.
Raúl Zibechi
La Jornada
Profesor titular de Filosofía del Derecho en la Universidad Carlos III de Madrid
Público
http://blogs.publico.es/dominiopublico/3891/deficit-de-cultura-democratica/
Techo presupuestario: Nuevo golpe de estado Financiero
La noticia conocida hoy sobre la intención del Gobierno de incluir la ley de techo de gasto en la Constitución supondrá una pérdida de soberanía así como la venta de parte de nuestros derechos.
La iniciativa obedece a los mandatos de Merkel y Sarkozy, así como de otros poderes financieros supranacionales no votados ni elegidos por los ciudadanos, lo que demuestra otra vez más cómo los gobiernos juegan con nuestro porvenir y derecho de decisión.
Ninguna reforma de la Constitución -la norma suprema del Estado que consagra la Soberanía de sus ciudadanos- debería hacerse sin un referéndum vinculante.
Para defender nuestro derecho a una Democracia real no dudaremos en emprender las medidas de boicot y presión oportunas y exigir que esas decisiones las tome el pueblo soberano.
De nuestra reacción dependen los parques, carreteras, escuelas, hospitales y todo aquello que hasta ahora conocemos como público. Rechazaremos siempre que nuestros derechos fundamentales sean subastados al mejor postor para pagar las deudas de bancos y entidades financieras internacionales, pues son sus prácticas especulativas y chantajes criminales los que asfixian cada vez más a millones de personas.
Sabemos, y por eso estamos indignados, que los mercados están por encima de las leyes de cualquier país, pero ahora pretenden regular y reformar nuestra Constitución. Esto significa que las decisiones políticas dejarán de tomarse en nuestro Parlamento o en Bruselas y que será el Fondo Monetario Internacional (FMI) u otros organismos no democráticos los que tendrán el control de nuestras finanzas y , por ende, de nuestra política.
Esta medida es una enorme pérdida de soberanía y muestra que la capacidad de influencia legislativa de la UE dirigida desde los poderes financieros es mayor que la del propio pueblo español. Por tanto constatamos que con estas medidas o decisiones, las opiniones y recetas de otros países o de organismos y entidades supranacionales, tienen más repercusión que las herramientas de Democracia participativa que tenemos a nuestra disposición (ILP o Referéndum).
Esta falta de democracia se pudo ya observar con la aprobación del Pacto del Euro (contra el que ya nos manifestamos el pasado 19 de junio), acuerdo que ningún partido europeo llevaba en su programa y sobre el que no se realizó consulta alguna.
Desde Democracia real YA! reiteramos que no somos mercancía en manos de políticos y banqueros y por ese motivo seguimos oponiéndonos tajantemente a este tipo de medidas que se deciden sin consultar con quien realmente debería ostentar la soberanía: EL PUEBLO.
Las reformas constitucionales las validan los ciudadanos, no los mercados. Recuérdales por email que las reformas constitucionales las validan los ciudadanos, no los mercados: https://www.facebook.com/event.php?eid=248881548478237
#yoquierovotar | Exije un referéndum para cambiar la Constitución: http://www.youtube.com/watch?v=UYe5kRY90zw&feature=player_embedded
http://actuable.es/peticiones/pide-referendum-ratificar-reforma-la-constitucion
Esta noticia es clásica de una situación de crisis que combina elementos naturales (sequía), estructurales (países sin un Estado que funcione correctamente) y humanos (conflicto armado). Es la peor combinación posible, porque sólo permite remedios paliativos, pero no definitivos. Ante la crisis, el Programa Mundial de Alimentos (PAM) puede activar sus mecanismos de alerta, aunque hay que advertir que lamentablemente este organismo tan vital se encuentra igualmente con una falta de recursos económicos que afecta a su operatividad, concretamente en Somalia. Puede que haya que activar ahora la red mundial de donación de alimentos impulsada por España y Brasil, por la que uno aporta excedentes y el otro los reparte. Pero a pesar de estas medidas, un país como Somalia quedará expuesto a futuras calamidades por la existencia de un conflicto armado y de problemas internos que impiden construir un Estado con capacidad de atender a su población en lo más básico. Mientras no haya solución política al conflicto no habrá capacidad preventiva interna, que es una distinción de los países con una buena gobernanza.
Las revueltas en el mundo árabe de estos últimos meses han sido también un toque de humildad para los centros de alerta y para las diplomacias preventivas. Nadie previó lo que iba a suceder, y nadie imaginaba que los acontecimientos derivarían en tan pocas semanas en cambios de régimen en Túnez y Egipto. A lo más que se ha llegado es a hacer especulaciones sobre hasta dónde llegarían las crisis de otros países con revueltas populares, como en Yemen, o sobre si las reformas impulsadas en algunos países, como Marruecos, serían suficientes para calmar los ánimos e iniciar nuevas dinámicas políticas y socioeconómicas que permitan iniciar “transiciones”. Ahí sí que se vislumbra un amplio campo de acciones preventivas para mejorar en primera instancia la calidad democrática de muchos países y, de paso, sentar las bases para un desarrollo humano de dichas sociedades. En este sentido, y apelando a la teoría elemental de los conflictos, tenemos que recordar que la conflictividad subyacente en estos países, lejos de ser motivo de temores, ha de ser el motor de los cambios que necesitan. El conflicto es bueno por naturaleza si no va acompañado por violencia, por lo que todo el arte de la prevención de conflictos reside en cómo estimular cambios en los statu quo indeseables sin que haga acto de presencia la violencia física y destructiva. En otras palabras, la prevención de conflictos no es para mantener situaciones de injusticia o de mal desarrollo, sino para producir alteraciones del orden en procura de situaciones más beneficiosas. Para decirlo en términos actuales, la prevención de conflictos no puede estar desligada de la “indignación” de aquellos colectivos, en multitud de países, que sufren atentados a su dignidad. Por el contrario, debería ser el catalizador de cambios estructurales que vayan a la raíz de las desigualdades y que alienten la democracia participativa, el respeto por los derechos humanos y el pleno ejercicio de la libertad.
En realidad, más que hablar de prevención de conflictos de lo que debería hablarse es de prevención de la violencia en los conflictos. En todo caso, no puede tolerarse por más tiempo que las políticas de prevención de conflictos sean un acopio de frustraciones sobre lo que podría y debería hacerse y no se hace. Tenemos suficientes mecanismos de alerta en el planeta para estar informados sobre lo que se avecina. Organismos como International Crisis Group y su informe mensual Crisis Watch nos alertan de los países que entran en crisis. Los informes mensuales de la Escola de Cultura de Pau (www.escolapau.org) muestran igualmente las situaciones de empeoramiento que requieren de actuaciones nacionales, regionales o internacionales sobre contextos económicos, políticos o sociales que están en niveles delicados y que, de no intervenir, cruzarán los umbrales de violencia no deseable. Naciones Unidas dispone de redes informativas como Reliefweb (www.reliefweb.org) que conectan a ONG, agencias de información y organismos del sistema de Naciones Unidas, para estar al corriente, en tiempo real, de cuanto sucede en el mundo. Si falla algo, no son los sistemas de alerta temprana, sino los de respuesta inmediata y eficiente, sea por falta de recursos económicos o, la mayor parte de los casos, por ausencia de una voluntad política real, que no es otra cosa que el resultado de falta de humanidad. Desgraciadamente, la mayor parte de las veces no nos sentimos interpelados por lo que ocurre en otras latitudes, a menos que se produzca un efecto mediático especial. Cambiar esa realidad es el reto que tenemos enfrente y lo que puede convertir la prevención de la violencia en los conflictos en un instrumento de dignificación y cambio.
Vicenç Fisas
Director de la Escuela de Cultura de Paz de la Universitat Autònoma de Barcelona
Ilustración por Alberto Aragón
Fuente: Público
http://blogs.publico.es/dominiopublico/3857/la-prevencion-de-la-violencia/