Estimado Ministro,
El sistema alimentario mundial se encuentra en crisis. Hay millones de personas en el mundo para quienes no es asequible o no tienen acceso a la comida que necesitan, multiplicando la desnutrición y el hambre en el mundo. Los gobiernos del mundo tienen que actuar ahora. Pero la solución no está en profundizar la desregulación de la producción y el comercio de alimentos. Nosotros, organizaciones no gubernamentales y movimientos sociales preocupados, les instamos a rechazar la postura de los dirigentes de la Organización Mundial del Comercio (OMC), el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), cuando sostienen que concluir la Ronda de Doha es la solución a la crisis actual.
Consideramos que la Ronda de Doha, como está ahora planteada, agravará la crisis volatilizando aún más los precios de los alimentos, incrementando la dependencia de los países en desarrollo en las importaciones, y fortaleciendo el poder del agronegocio multinacional en los mercados agropecuarios y alimentarios. Los países en desarrollo perderán seguramente más espacio de acción política en materia agropecuaria, lo que a su vez limitaría su capacidad de acción frente a la crisis actual y su posibilidad de fortalecer los medios de vida de los pequeños agricultores.
La incapacidad de manejar la crisis alimentaria actual es una muestra del fracaso tras tres décadas de desregulación de los mercados agrícolas. Necesitamos un sistema de comercio de nuevo cuño, orientado por objetivos de desarrollo, empleo y seguridad alimentaria. Estamos reclamando soluciones reales que estabilicen la producción y distribución de alimentos de manera tal que se pueda satisfacer la demanda mundial de alimentos saludables, adecuados y asequibles. Los gobiernos tienen que empezar a optar por una visión de largo plazo sobre los desafíos que enfrenta la agricultura.
El informe reciente de la 'Evaluación Internacional del Conocimiento, Ciencia y Tecnología Agrícolas para el Desarrollo' [IAASTD], suscrito por 60 países, afirma que "la agricultura moderna ha significado un aumento importante de la producción alimentaria. Pero los beneficios se han distribuido de manera desigual, y a un precio cada vez más inadmisiblemente alto para los pequeños agricultores, los trabajadores, las comunidades rurales y el medioambiente". La ayuda debe orientarse a un modelo de agricultura diferente que pueda satisfacer sustentablemente las necesidades de una población creciente.
Ni la Ronda de Doha de la OMC, ni otros tratados de libre comercio bilaterales y regionales que se están negociando actualmente podrán resolver la crisis alimentaria, por los siguientes motivos:
1. Los tratados de libre comercio bilaterales, regionales y de la OMC actuales promueven la liberalización generalizada, lo cual agrava la volatilidad en los precios de los alimentos. Eso conduce a una dependencia creciente en los mercados internacionales y a una disminución de las inversiones en la producción local de alimentos. La liberalización del comercio ha socavado la capacidad de un número de países en desarrollo para alimentarse a sí mismos, por ejemplo México, Bangladesh, Indonesia y Malí. La eliminación de los aranceles a las importaciones ha aumentado el dumping de productos básicos fuertemente subsidiados, en países en desarrollo como Ghana, Kenya, Filipinas, Jamaica y Honduras, socavando la producción local de alimentos.
Los países en desarrollo han pasado de ser exportadores netos de alimentos a importadores netos de alimentos. Dos terceras partes de los países en desarrollo son ahora importadores netos de alimentos, sumamente vulnerables a la volatilidad de los precios de los alimentos en los mercados mundiales. Las propuestas que actualmente se discuten en la Ronda de Doha aumentarán la dependencia de los países en las importaciones de alimentos, y socavarán aún más su capacidad de alimentar a sus propias poblaciones.
2. El aumento exponencial de los precios de los alimentos beneficia enormemente a las empresas transnacionales de agronegocios y a los carteles de productos básicos que controlan el comercio agrícola y alimentario. Cargill, que es una de las mayores empresas de comercio de granos del mundo, anunció en abril de 2008 que sus ganancias se habían multiplicado en un 86% en el tercer trimestre de 2007, elevándose a USD 1.030 millones en medio de la crisis alimentaria mundial. En el mismo período, Bunge incrementó sus ganancias en un 77% respecto del tercer trimestre de 2006. Archer Daniel Midland (ADM) aumentó sus ganancias un 65% en 2007. La Ronda de Doha fortalecerá la posición privilegiada de las empresas transnacionales en los mercados agropecuarios, beneficiándose y prosperando gracias a la desreglamentación del mercado.
3. Las negociaciones de la Ronda de Doha no abordan los desafíos más importantes que enfrenta el sistema alimentario mundial, entre los que se cuentan el cambio climático, el agotamiento de los recursos naturales, la cuadruplicación de los precios del petróleo, la ausencia de competencia en los mercados mundiales de productos básicos, la especulación financiera y la expansión acelerada de la producción insustentable de agrocombustibles.
Consideramos que lo que se necesita para solucionar la crisis alimentaria es lo siguiente:
1. Los gobiernos y las comunidades necesitan tener una gama de herramientas a su disposición para construir sistemas alimentarios y agropecuarios resistentes, aptos para enfrentar los desafíos que se avecinan. Eso incluye un énfasis mayor en políticas que acrecienten la soberanía alimentaria, estimulen la inversión en los mercados locales, apoyen la agricultura sustentable de pequeña escala, protejan a la protección local frente al dumping, implementen una reforma agraria genuina, y permitan la aplicación de instrumentos comerciales como cupos y aranceles de importación. Un grupo compuesto por 46 países en desarrollo conocido como G33 está proponiendo algunas de estas herramientas, en las negociaciones de la OMC sobre Productos Especiales y un Mecanismo de Salvaguardias Especiales.
2. La volatilidad de los precios de los productos agrícolas tiene que ser abordada y resuelta mediante políticas nacionales y acciones mundiales encaminadas a prevenir las crisis alimentarias y garantizarles a los pequeños productores rurales ingresos estables y seguros. Es necesario restablecer reservas de alimentos bien administradas. Esas reservas son un amortiguador importante contra la volatilidad de los precios y la inseguridad alimentaria. Es imperativo controlar la especulación y los altísimos precios que los operadores mercantiles y los comerciantes les imponen a los consumidores. En la OMC, el Grupo Africano tiene planteada desde hace tiempo una propuesta referida a la necesidad de que a los países productores de granos básicos se les permita establecer acuerdos entre sí encaminados a estabilizar los precios. Esa propuesta merece que se le preste mayor atención.
3. Los gobiernos deben crear redes de seguridad y sistemas públicos de distribución de alimentos para evitar hambrunas generalizadas. Los gobiernos tienen que brindarle apoyo financiero a los consumidores más pobres a fin de que éstos puedan comer. Los gobiernos tienen que utilizar la mayor cantidad de recursos disponibles dentro del Estado y a través de la comunidad internacional.
4. Una reforma del sistema de ayuda alimentaria que permita responder más rápidamente y de lugar a mayor flexibilidad en la distribución de la ayuda alimentaria. En lugar de volcar excedentes agrícolas como ayuda alimentaria 'en especie', los donantes deben asistir con dinero a los gobiernos y las agencias de ayuda para que compren alimentos producidos localmente.
5. Los países en desarrollo no deben comprometerse a la liberalización de los servicios financieros en el marco del Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS o GATS en inglés) ni de otras negociaciones comerciales bilaterales o regionales, ya que eso puede afectar negativamente el acceso de los agricultores a servicios financieros tales como seguros y créditos.
Quedamos a la espera de la oportunidad para discutir estos temas con usted más ampliamente, y pendientes y ansiosos de ver soluciones reales a la crisis alimentaria mundial.
Atentamente,
Redes internacionales y regionales
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