Madrid, del 27 de junio al 3 de julio.
PARTICIPA!!
http://www.nomassangreporpetroleo.org/site/
El Congreso Petrolero Mundial aglutina desde hace 75 años a la mayoría de los países productores (salvo Iraq) y a la totalidad de las empresas del ramo. Por primera vez en su historia, este Foro se organizará en Madrid con el lema “Suministrar energía para un consumo sostenible”, será del 29 de junio al 3 de julio.
¿Tú l@s has invitado? ¡Nosotr@s No!
Al congreso asistirán unos 4000 delegados, que trabajarán sobre cuatro áreas: upstream (extracción), downstream y petroquímica (refino y demás), gas natural y renovables, y gestión industrial. Se esperan visitas de ministros, altos cargos y demás, entre ellos los presidentes de Repsol, BP, Petrobras, Total, Cepsa, Shell o Chevron; además del Comisario de energía de la UE, el Global Compact de NNUU, la OPEP o países como Qtar.
La industria petrolera se reúne en Madrid mostrando su cara más amable ante la opinión pública mundial, recordándonos nuestra sed de energía barata e ilimitada, y mezclándolo con las manoseadas palabras “responsabilidad social”, “sostenible”, “ética” y “medio ambiente”.
Las petroleras quieren imponer el mensaje de que debemos apoyar su negocio porque no podríamos tener una calidad de vida "digna" sin él.
Más de un tercio del consumo energético se apoya en el petróleo (la mitad de éste se destina al transporte) y una cuarta parte depende del gas. Ambos recursos son no renovables y están controlados en buena medida por las mismas compañías. La enorme dependencia de estos combustibles crea gravísimos problemas:
· Acelera el empobrecimiento de la mayoría de las poblaciones del sur, estrangulándolas con precios impagables por los alimentos y los servicios básicos.
· Rige la política internacional hasta el punto de provocar la guerra en regiones con yacimientos, como es el caso de Irak y todo Oriente Medio, que tiene más del 60% de las reservas de petróleo conocidas y el 40% del gas. O como en Nigeria, el mayor productor de África, claro ejemplo de cómo el disponer de recursos codiciados puede convertirse en una maldición para sus gentes.
· Provoca dramáticos desplazamientos de poblaciones, debido al expolio y violencia estructural introducido en las zonas de explotación petrolera.
· Es la principal causa del cambio climático por sus emisiones de CO2 (el 34% de todos los gases de efecto invernadero proceden del petróleo y del gas). Provoca la contaminación continuada de mares y costas en todo el planeta por el constante transporte de crudo. Incluso su procesamiento en refinerías arriesga la salud y seguridad de la población del entorno, a lo que se añaden las muertes causadas por el tráfico.
Somos conscientes de la actual dependencia del petróleo, pero la indiferencia ante la necesidad urgente de un cambio de modelo político, económico y social, y el silencio ante los crímenes y saqueos cometidos constantemente por las mayores empresas petroleras del mundo, nos harían cómplices de la actual crisis en la que sus políticas, entre otras, han sumido al planeta y a sus pueblos.
Arrastrado por una economía capitalista y globalizada, el consumo energético está en aumento tanto en países ricos como en los empobrecidos, cuyo consumo por habitante es muchísimo menor.
Mientras tanto, la industria petrolera recoge los beneficios de la tiranía que nos ha impuesto el petróleo. Enriquecidas como nunca por los precios record del crudo, se preparan para seguir horadando el subsuelo en zonas que hasta ahora se salvaron porque resultaba demasiado costoso, como está haciendo Repsol YPF en las profundidades del Mar de Alboran o en la costa entre Marruecos y Canarias, por nombrar dos ejemplos cercanos.
Las petroleras se reúnen en Madrid para vendernos la idea de que las consideraciones ambientales y los derechos de las poblaciones son secundarios ante la necesidad de extraer crudo.
Saben que cuentan con la complicidad de los gobernantes, pues siempre se han ocupado de mantener estrechos canales de influencia. Seguramente su mayor éxito haya sido con la administración Bush, pero los ejemplos están por doquier. Recientemente, los gobiernos de
La industria del petróleo ha emprendido largas campañas de manipulación de la opinión pública al servicio de sus intereses. Su imperio económico le permite un acceso sin límites a los medios de comunicación y la oportuna “promoción” de expertos o censura de noticias que sean necesarios. Es el caso de las vigorosas campañas para negar el cambio climático que buscan desacreditar la gravedad del problema o la utilidad de la reducción de emisiones para frenarlo, cuando la realidad ya no puede ocultarse.
El largo brazo petrolero puede convertirse en puño de hierro cuando encuentra oposición. Lo saben bien las comunidades indígenas, los pueblos campesinos, l@s trabajadores de las petroleras y l@s habitantes cercanos a pozos, oleoductos y refinerías. Much@s de ell@s sufren detenciones arbitrarias, agresiones, asesinatos y ataques de ejércitos y grupos paramilitares.
Es evidente que no hay sostenibilidad ni futuro en el petróleo, que tiene atrapado al mundo en un laberinto de problemas sociales, políticos y ambientales de primera magnitud. Sólo se podrá salir de él si los países ricos asumen su responsabilidad histórica como principales consumidores de recursos energéticos, reducen su gasto de petróleo (y por tanto de transporte) y cambian a fuentes de energía verdaderamente limpias y renovables.
Nada de esto es posible sin una transformación social que rechace la maximización del beneficio individual basado en la explotación del ser humano y la naturaleza.
Al contrario de lo que proclama, la industria petrolera no es ni puede ser parte de esta transición. No está dispuesta a reducir sus beneficios y no cambiará sus métodos si no se ve forzada a ello. Por eso:
- Reivindicamos el respeto a la soberanía de los pueblos sobre su territorio y sus recursos.
- Luchamos por el respeto a los derechos de los pueblos a vetar la explotación petrolera.
- Rechazamos la manipulación de la opinión pública y el lavado de cara de las empresas: la extracción de petróleo no es ni puede ser “sostenible”.
- Denunciamos que los gobiernos se escuden en la seguridad energética para avalar cualquier proyecto de extracción de petróleo y gas.
- Reclamamos modelos energéticos basados en el ahorro, la eficiencia y las renovables, en armonía con el entorno y solidarios con los pueblos.
- Nos oponemos a la celebración de este Congreso Mundial del Petróleo y a la hipocresía de las empresas y de los gobiernos central, municipal y autonómico que lo apoyan mientras declaran luchar contra el cambio climático.
NO MÁS SANGRE POR PETRÓLEO
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